domingo, 31 de marzo de 2019

"El Poder del Ahora" Eckhart Tolle (35) Cap. X: De la energía mental a la energía espiritual.

DE LA ENERGÍA MENTAL A LA ENERGÍA ESPIRITUAL.

Soltar la resistencia: es más fácil decirlo que hacerlo. No veo todavía claramente cómo soltarla. Si usted dice que por medio de la entrega, aún queda la cuestión de "cómo".

Empiece por reconocer que hay resistencia. Esté ahí cuando ocurra, cuando surja la resistencia. Observe cómo la produce su mente, cómo clasifica la situación, a usted mismo, a los demás. Mire el proceso de pensamiento involucrado en ello. Sienta la energía de la emoción. Al ser testigo de la resistencia, usted verá que no sirve para nada. Al concentrar toda su atención en el Ahora, la resistencia inconsciente se hace consciente, y ahí acaba. Usted no puede ser consciente e infeliz, consciente y negativo. La negatividad, la infelicidad o el sufrimiento de cualquier forma significan que hay resistencia y la resistencia es siempre inconsciente.

¿Seguro puedo ser consciente de mis sentimientos de infelicidad?

¿Escogería usted la infelicidad? ¿Si no la escogió cómo surgió? ¿Cuál es su propósito? ¿Quién la mantiene viva? Usted dice que es consciente de sus sentimientos de infelicidad, pero la verdad es que usted está identificado con ellos y mantiene vivo el proceso por medio del pensamiento compulsivo. Todo eso es inconsciente. Si usted fuera consciente, es decir, si estuviera totalmente presente en el Ahora, toda la negatividad se disolvería casi instantáneamente. No podría sobrevivir en su presencia. Sólo puede hacerlo en su ausencia. Incluso el cuerpo del dolor no puede sobrevivir mucho tiempo en su presencia. Usted mantiene viva su infelicidad dándole tiempo, que es su elemento vital. Suprima el tiempo por medio de la conciencia intensa del momento presente y morirá. ¿Pero quiere que muera? ¿Realmente ya está cansado? ¿Quién sería usted sin él?

Hasta que practique la entrega, la dimensión espiritual es algo sobre lo que lee, habla, con lo que se emociona, acerca de lo que escribe libros, en lo que cree, o en lo que no, según el caso. No hay ninguna diferencia. Sólo cuando usted se entrega se vuelve una realidad viva en su vida. Cuando usted lo hace, la energía que usted emana y que entonces gobierna su vida es de una frecuencia vibratoria mucho más alta que la energía de la mente que aún gobierna nuestro mundo, la energía que creó las estructuras sociales, políticas y económicas existentes en nuestra civilización. Y que también se perpetúa a sí misma continuamente por medio de nuestros sistemas educativos y de nuestros medios de comunicación. A través de la entrega, la energía espiritual llega a este mundo. No genera sufrimiento para usted, para los demás seres humanos o para cualquier otra forma de vida del planeta. Al contrario de la energía de la mente, no contamina la Tierra y no está sujeta a la ley de las polaridades, que determina que nada puede existir sin su contrario, que no puede haber bien sin mal. Los que funcionan con la energía de la mente, que son todavía la inmensa mayoría de la población de la Tierra, siguen siendo inconscientes de la existencia de la energía espiritual, la cual pertenece a un orden diferente de la realidad y creará un mundo diferente cuando un número suficiente de seres humanos entren en el estado de entrega y así queden totalmente libres de negatividad. Si la Tierra ha de sobrevivir, esta será la energía de los que habiten en ella.

Jesús se refirió a esta energía cuando hizo su famosa afirmación profética en el Sermón de la Montaña: "Bienaventurados los mansos; ellos heredarán la Tierra". Es una presencia silenciosa, pero intensa, la cual disuelve los patrones inconscientes de la mente, que pueden seguir aún activos por un tiempo, pero ya no gobernarán su vida. Las condiciones externas a las que uno se resistía tienden también a cambiar o a disolverse rápidamente por medio de la entrega. Es un transformador poderoso de las situaciones y de la gente. Si las condiciones no cambian inmediatamente, su aceptación del Ahora le permite elevarse por encima de ellas. En cualquier caso, usted es libre.

LA ENTREGA EN LAS RELACIONES PERSONALES.

¿Y qué pasa con la gente que quiere usarme, manipularme o controlarme? ¿Debo someterme a ellos?

Están separados del Ser, así que inconscientemente intentan tomar energía y poder de usted. Es cierto que sólo una persona inconsciente tratará de usar o manipular a los demás, pero es igualmente cierto que sólo una persona inconsciente puede ser usada y manipulada. Si usted se resiste o lucha contra la conducta inconsciente de los demás, usted también se vuelve inconsciente. Pero la entrega no significa que usted permita que lo usen las personas inconscientes. En absoluto. Es perfectamente posible decir "no" firme y claramente a una persona o apartarse de una situación y estar en un estado de completa falta de resistencia interior al mismo tiempo. Cuando usted dice "no" a una persona o a una situación, procure que su reacción nazca de la comprensión, de una clara conciencia de lo que es correcto o no para usted en ese momento. Haga que sea un "no" no reactivo, un "no" de alta calidad, un "no" libre de toda negatividad y que así no cree más sufrimiento.

Estoy en una situación en el trabajo que es desagradable. He intentado entregarme a ella, pero lo encuentro imposible. Sigue surgiendo mucha resistencia.

Si usted no puede entregarse, actúe inmediatamente. Hable o haga algo para producir un cambio en la situación, o apártese de ella. Asuma responsabilidad de su vida. No contamine su hermoso, radiante Ser interior ni la Tierra con negatividad. No le dé a la infelicidad en cualquier forma un lugar de residencia en su interior.

Si usted no puede actuar, por ejemplo, si está en prisión, le quedan dos elecciones: la resistencia o la entrega. La sujeción o la libertad interior de las condiciones externas. El sufrimiento o la paz interior.

¿La no resistencia debe practicarse también en la conducta externa de nuestra vida, como por ejemplo la no resistencia a la violencia, o es algo que sólo concierne a nuestra vida interior?

Usted sólo necesita preocuparse del aspecto interior. Eso es primordial. Por supuesto, eso también transformará la conducta de su vida externa, sus relaciones y así sucesivamente.

Sus relaciones cambiarán profundamente con la entrega. Si usted no puede aceptar nunca lo que es, eso implica que tampoco podrá aceptar a las personas como son. Usted juzgará, criticará, encasillará, rechazará o intentará cambiar a las personas. Además, si usted convierte continuamente al Ahora en un medio para alcanzar un fin en el futuro, usted también convertirá a cada persona que encuentre o con la que se relacione en un medio para un fin. La relación -el ser humano- es entonces de importancia secundaria para usted, o sin ninguna importancia. Lo que usted puede obtener de la relación es lo primordial, sea ello una ganancia material, una sensación de poder, placer físico, o alguna forma de gratificación del ego.

Permítame ilustrarle cómo la entrega puede funcionar en las relaciones. Cuando usted se involucra en una discusión o en alguna situación de conflicto, quizá con una pareja o con alguien cercano a usted, empiece por observar cómo se vuelve defensivo según es atacada su posición, o sienta la fuerza de su propia agresión según ataca la posición de la otra persona. Observe su apego a sus puntos de vista y opiniones. Sienta la energía mental-emocional que hay tras su necesidad de tener la razón y de mostrar lo equivocada que está la otra persona. Esa es la energía de la mente egotista. Usted lo hace consciente al reconocerlo, al sentirlo tan plenamente como sea posible. Entonces un día, en medio de una discusión, se dará cuenta súbitamente de que tiene una opción y puede que decida abandonar su reacción, sólo para ver qué pasa. Usted se entrega. No me refiero a abandonar la reacción sólo verbalmente diciendo: "De acuerdo, usted tiene razón" con una cara que dice: "Estoy por encima de toda inconsciencia infantil". Eso es sólo desplazar la resistencia a otro terreno, con la mente egotista todavía dominando, reclamando superioridad. Estoy hablando de soltar todo el campo de energía mental-- emocional que está dentro de usted luchando por el poder.

El ego es astuto, así que usted debe estar muy alerta, muy presente y ser totalmente honesto consigo mismo para ver si ha abandonado verdaderamente su identificación con una posición mental y se ha liberado así de su mente. Si usted súbitamente se siente muy ligero, claro y profundamente en paz, ese es un signo inequívoco de que se ha entregado verdaderamente. Entonces observe qué ocurre a la posición mental de la otra persona cuando usted ya no la energiza con su resistencia. Cuando la identificación con las posiciones mentales deja de estorbar, comienza la verdadera comunicación.

¿Y qué hay de la no resistencia frente a la violencia, la agresión y las situaciones similares?

La no resistencia no significa necesariamente no hacer nada. Todo lo que significa es que cualquier acto se vuelve no reactivo. Recuerde la profunda sabiduría que subyace en la práctica de las artes marciales orientales: no se resista a la fuerza del oponente. Ceda para superarla.

Se ha dicho que "no hacer nada" cuando usted está en un estado de intensa presencia es un elemento transformador poderoso y un curador de la situaciones y de la gente. En el taoísmo, hay un término llamado wu wei, que se traduce habitualmente como "actividad sin acción" o sentarse en silencio sin hacer nada. En la antigua China, esto se consideraba uno de los más altos logros o virtudes. Es radicalmente diferente de la inactividad en el estado ordinario de conciencia, o más bien de inconsciencia, que brota del miedo, la inercia o la indecisión. El verdadero "no hacer nada" implica no resistencia interior e intenso estado de alerta.

Por otro lado, si se requiere acción, usted ya no reaccionará a partir de su mente condicionada, sino que responderá a la situación a partir de su presencia consciente. En ese estado, su mente está libre de conceptos, incluido el concepto de no violencia. ¿Así que, quién puede predecir lo que usted hará?

El ego cree que su fuerza se encuentra en su resistencia, mientras que en verdad la resistencia lo separa del Ser, el único lugar de verdadero poder. La resistencia es debilidad y miedo enmascarados como fuerza. Lo que el ego ve como debilidad es su Ser en su pureza, inocencia y poder. Lo que ve como fuerza es debilidad. Así pues el ego existe en un modo de resistencia continua y simula papeles para encubrir su "debilidad", que en realidad es su poder.

Hasta que haya entrega, la representación inconsciente de papeles en un drama constituye una parte importante de la interacción humana. En la entrega, usted ya no necesita defensas del ego ni falsas máscaras. Usted se vuelve muy sencillo, muy real. "Eso es peligroso" dice el ego. "Vas a resultar herido. Te vas a volver vulnerable". Lo que el ego no sabe, desde luego, es que sólo abandonando la resistencia, volviéndose "vulnerable", usted puede descubrir su verdadera invulnerabilidad.




domingo, 24 de marzo de 2019

"El Poder del Ahora" Eckhart Tolle (34) Capítulo X: El Significado de la Entrega.

LA ACEPTACIÓN DEL AHORA. 



Usted mencionó "entrega" unas cuantas veces. No me gusta esa idea. Me suena algo fatalista. Si siempre aceptamos el modo en que son las cosas, no estamos haciendo ningún esfuerzo para mejorarlas. Me parece que el progreso consiste, tanto en nuestra vida personal como colectivamente, en no aceptar las limitaciones del presente sino en esforzarse por superarlas y crear algo mejor. Si no hubiéramos hecho esto, aún estaríamos viviendo en las cavernas. ¿Cómo reconcilia la entrega con cambiar las cosas y lograr hacerlas?




Para algunas personas, la entrega puede tener connotaciones negativas, implica derrota, renunciar, fracasar en superar los retos de la vida, aletargarse, o algo así. La verdadera entrega, sin embargo, es algo completamente diferente. No significa soportar pasivamente cualquier situación en la cual se encuentre y no hacer nada al respecto. Tampoco significa dejar de hacer planes o de iniciar acciones positivas. 




La entrega es la simple, pero profunda sabiduría de ceder más que oponerse al fluir de la vida. El único lugar donde usted puede experimentar el fluir de la vida es en el Ahora, así que entregarse es aceptar el momento presente incondicionalmente y sin reservas. Es abandonar la resistencia interior a lo que es, por el juicio mental y la negatividad emocional. Se vuelve particularmente pronunciada cuando las cosas "van mal", lo que significa que hay una brecha entre las demandas o expectativas rígidas de su mente y lo que es. Esa es la brecha del dolor. Si usted ha vivido bastante, sabrá que las cosas "van mal" muy a menudo. Es precisamente en esas ocasiones cuando se debe practicar la entrega, si usted quiere eliminar el dolor y la tristeza de su vida. La aceptación de lo que es lo libera inmediatamente de la identificación con la mente y así lo vuelve a conectar con el Ser. La resistencia es la mente.




La entrega es un fenómeno puramente interior. No significa que en el exterior usted no pueda actuar y cambiar la situación. De hecho, no es la situación total lo que usted debe aceptar cuando se entrega, sino sólo el minúsculo segmento llamado el Ahora. Por ejemplo, si usted estuviera atascado en el barro en algún sitio, no diría: "Bien, me resigno a quedarme en el barro". La resignación no es entrega. Usted no tiene que aceptar una situación vital indeseable o desagradable. Ni necesita engañarse a sí mismo y decir que no hay nada malo en estar atascado en el barro. No, usted reconoce completamente que quiere salir de ahí. Entonces concentra su atención en el momento presente sin etiquetarlo mentalmente de ninguna forma. Esto significa que no juzga al Ahora. Por lo tanto, no hay resistencia, ni negatividad emocional. Usted acepta el ser del momento. Entonces emprende la acción y hace todo lo que puede para salir del barro. A tal acción la llamo acción positiva. Es mucho más efectiva que la acción negativa, que surge de la ira, la desesperación o la frustración. Hasta que usted logre el resultado deseado, continúa practicando la entrega refrenándose de calificar el Ahora.




Permítame darle una analogía visual para ilustrar lo que trato de decir. Usted está caminando por un sendero por la noche, rodeado de una niebla espesa. Pero tiene una linterna potente que atraviesa la niebla y crea un estrecho espacio claro frente a usted. La niebla es su situación vital, que incluye el pasado y el futuro; la linterna es su presencia consciente; el espacio claro es el Ahora.




La incapacidad de aceptar endurece su forma psicológica, la cáscara del ego, y crea así un fuerte sentido de separación. El mundo que lo rodea y en particular la gente se perciben como amenazas. Surge la compulsión inconsciente de destruir a los demás por medio del juicio, así como la necesidad de competir y dominar. Incluso la naturaleza se convierte en su enemiga y sus percepciones e interpretaciones están dominadas por el miedo. La enfermedad mental que llamamos paranoia es sólo una forma un poco más aguda de este estado normal, pero disfuncional, de conciencia.




No sólo su forma psicológica sino también su forma física -su cuerpo- se vuelve duro y rígido por la resistencia. La tensión surge en diferentes partes del cuerpo y el cuerpo en su totalidad se contrae. El flujo libre de la energía vital a través de él, que es esencial para su funcionamiento saludable, se restringe en gran medida. El ejercicio y ciertas formas de terapia física pueden ayudar a restaurar este flujo, pero a menos que usted practique la entrega en su vida diaria, estas medidas sólo producen un alivio temporal de los síntomas puesto que la causa -el patrón de la resistencia- no ha sido disuelto.




Hay algo dentro de usted que no se afecta por las circunstancias transitorias que forman su situación vital y sólo a través de la entrega usted tiene acceso a ello. Es su vida, su verdadero ser, que existe eternamente en el reino intemporal del presente. Descubrir esa vida es "la única cosa necesaria", de la que habló Jesús.


Si usted encuentra su situación vital insatisfactoria o incluso intolerable, sólo entregándose primero puede romper el patrón de resistencia inconsciente que perpetúa esa situación.



La entrega es perfectamente compatible con la acción, con iniciar cambios o lograr metas. Pero en el estado de rendición hay una energía totalmente diferente, una cualidad

distinta, que fluye en su actuar. La entrega lo vuelve a conectar con la fuente de energía del Ser y si su actuación está infundida por el Ser, se convierte en una celebración gozosa de energía vital que lo lleva más profundamente al Ahora. Por medio de la no resistencia, la calidad de su conciencia y, por lo tanto, la calidad de todo lo que está haciendo o creando se realza inconmensurablemente. Los resultados entonces se producirán por sí mismos y reflejarán esa calidad. Podríamos llamar a esto "acción entregada". No es el trabajo como lo hemos conocido por miles de años. Según más seres humanos alcancen el despertar, la palabra trabajo irá desapareciendo de nuestro vocabulario y quizá se cree una nueva palabra para reemplazarla.



La cualidad de su conciencia en este momento es la que constituye el determinante principal del tipo de futuro que experimentará; así pues, entregarse es lo más importante que puede hacer para producir un cambio positivo. Cualquier acción que realice es secundaria. No puede surgir una acción verdaderamente positiva de un estado de conciencia sin entrega.




Puedo entender que si estoy en una situación desagradable o insatisfactoria y acepto completamente el momento como es, no habrá sufrimiento o infelicidad. Me habré elevado por encima de ella. Pero aún no puedo entender bien de dónde vendrá la energía o motivación para actuar y producir el cambio si no hay cierta cantidad de insatisfacción.




En el estado de entrega, usted ve muy claramente lo que debe hacerse y actúa, haciendo una cosa cada vez y concentrándose en una cosa a la vez. Aprenda de la naturaleza: vea cómo todo se logra y cómo el milagro de la vida se despliega sin insatisfacción o infelicidad. Por eso Jesús dijo: "miren los lirios, cómo crecen; ni se afanan ni se enredan".




Si su situación general es insatisfactoria o desagradable, separe este instante y entréguese a lo que es. Esa es la linterna que atraviesa la niebla. Su estado de conciencia deja entonces de ser controlado por las condiciones externas. Usted ya no depende de la reacción y la resistencia.




Entonces mire los detalles específicos de la situación. Pregúntese a sí mismo: "¿Hay algo que pueda hacer para cambiar la situación, mejorarla o apartarme de ella?" Si es así, actúe apropiadamente. No se concentre en las cien cosas que hará o podría hacer en el futuro sino en la única que puede hacer ahora. Eso no significa que no deba planear. Puede ser que esa planeación sea lo único que puede hacer ahora. Pero asegúrese de no empezar a proyectar "películas mentales", a proyectarse a sí mismo hacia el futuro y a perder así el Ahora. Cualquier acción que usted emprenda puede no producir fruto inmediatamente. Hasta que lo haga, no se resista a lo que es. Si no puede actuar y tampoco se puede apartar de la situación, úsela para ayudarle a profundizar más en la entrega, para profundizar más en el Ahora, en el Ser. Cuando usted entra en esta dimensión intemporal del presente, el cambio llega a veces de forma extraña sin necesidad de mucha acción de su parte. La vida se vuelve cooperadora y viene en su ayuda. Si factores internos, como el miedo, la culpa o la inercia le impiden actuar, se disolverán a la luz de su presencia consciente.




No confunda la entrega con una actitud de "Nada me puede molestar ya" o "Ya no me importa". Si lo mira de cerca, descubrirá que tal actitud está teñida de negatividad en forma de resentimiento oculto y por lo tanto no es entrega sino resistencia enmascarada. Según se entrega, dirija su atención hacia el interior para comprobar si queda alguna huella de resistencia dentro de usted. Esté muy alerta cuando lo haga; de otra forma la resistencia puede seguir ocultándose en algún rincón oscuro, en forma de un pensamiento o una emoción no reconocidos.








domingo, 17 de marzo de 2019

"El Poder del Ahora" Eckhart Tolle (33) Compasión

LA NATURALEZA DE LA COMPASIÓN.

Al ir más allá de los opuestos de la mente, usted se vuelve como un lago profundo. La situación externa de su vida y lo que pase en ella, es la superficie del lago. A veces calmada, a veces ventosa y tempestuosa, de acuerdo con los ciclos y las estaciones. En el fondo, sin embargo, el lago está siempre en calma. Usted es todo el lago, no sólo la superficie, y está en contacto con su propia profundidad, que permanece absolutamente calmada. Usted no se resiste al cambio aferrándose mentalmente a ninguna situación. Su paz interior no depende de ello. Usted habita en el Ser -inmutable, intemporal, inmortalya no es dependiente para la realización o la felicidad de ese mundo exterior que se compone de formas constantemente fluctuantes. Usted puede gozar de ellas, jugar con ellas, crear nuevas formas, apreciar la belleza de todo ello. Pero no habrá necesidad de apegarse a ninguna.

Cuando usted se desapega así, ¿no significa que también se aleja de los demás seres humanos?

Al contrario. Mientras no es consciente del Ser, la realidad de los demás seres humanos lo eludirá, porque no se ha encontrado a sí mismo. A su mente le agradará o desagradará su forma, que no es solamente su cuerpo sino que incluye su mente también. La verdadera relación se vuelve posible sólo cuando hay una conciencia del Ser. Viniendo del Ser, usted percibirá el cuerpo y la mente de otra persona como una especie de pantalla detrás de la cual usted puede sentir la verdadera realidad del otro, como siente la suya propia. Así pues, cuando confronta el sufrimiento o la conducta inconsciente del otro, permanece presente y en contacto con el Ser y es capaz de mirar más allá de la forma y percibir el Ser radiante y puro de la otra persona a través del propio. En el nivel del Ser, todo sufrimiento es reconocido como una ilusión. EL SUFRIMIENTO SE DEBE A LA IDENTIFICACIÓN CON LA FORMA. A veces ocurren milagros de sanación por medio de esta comprensión, al despertar en otros la conciencia de Ser, si están listos.

¿En eso consiste la compasión?

Sí. La compasión es la conciencia de un vínculo profundo entre usted y todas las criaturas. Pero hay dos aspectos en la compasión, dos lados en ese vínculo. Por una parte, puesto que usted todavía está aquí como un cuerpo físico, comparte la vulnerabilidad y mortalidad de su forma física con todos los demás hombres y con todo ser viviente. La próxima vez que diga "No tengo nada en común con esta persona" recuerde que tiene mucho en común: dentro de unos años -dos o setenta, no hay mucha diferencia- ambos se habrán convertido en cadáveres que se pudren, luego en montones de polvo, luego en nada. Esta es una comprensión que lo ayuda a ser sobrio y humilde y deja poco campo al orgullo. ¿Es este un pensamiento negativo? No, es un hecho. ¿Por qué cerrar los ojos ante él? En ese sentido, hay total igualdad entre usted y todas las demás criaturas.

Una de las prácticas espirituales más poderosas es meditar profundamente en la mortalidad de las formas físicas, incluida la propia. A esto se le llama morir antes de morir. Entre en ello profundamente. Su forma física se está disolviendo, no existe más. Después viene un momento en que todas las formas de la mente o pensamientos también mueren. Sin embargo usted está aún ahí, la presencia divina que es usted. Radiante, completamente despierta. Nada que fuera real murió nunca, sólo los nombres, las formas y las ilusiones.


La comprensión de esta dimensión inmortal, su verdadera naturaleza, es el otro lado de la compasión. En un nivel de percepción profundo, usted reconoce ahora no sólo su propia inmortalidad sino a través de la suya la de todas las demás criaturas también. En el nivel de la forma, usted comparte la mortalidad y la precariedad de la existencia. En el nivel del Ser, usted comparte la vida radiante, eterna. Estos son los dos aspectos de la compasión. En la compasión, los sentimientos aparentemente opuestos de tristeza y alegría se mezclan en uno y se transmutan en una profunda paz interior. Esa es la paz de Dios. Es uno de los sentimientos más nobles de los que el ser humano es capaz, y tiene un gran poder curativo y transformador. Pero la verdadera compasión, como la he descrito, todavía es escasa. Sentir profunda empatía con el sufrimiento de otro ser ciertamente requiere un alto grado de conciencia, pero representa sólo una cara de la compasión. No es completa. La verdadera compasión va más allá de la empatía o simpatía. No ocurre hasta que la tristeza se mezcla con la alegría, la alegría del Ser más allá de las formas, la alegría de la vida eterna.

HACIA UN ORDEN DE REALIDAD DIFERENTE.

No estoy de acuerdo en que el cuerpo tiene que morir. Estoy convencido de que podemos lograr la inmortalidad física. Creemos en la muerte y por eso el cuerpo muere.

El cuerpo no muere porque usted cree en la muerte. El cuerpo existe, o parece existir, porque usted cree en la muerte. El cuerpo y la muerte son parte de la misma ilusión, creada por el modo de conciencia egotista, que no tiene conciencia de la Fuente de la vida y se ve a sí mismo como separado y bajo una constante amenaza. Así pues, crea la ilusión de que usted es un cuerpo, un denso vehículo físico que está constantemente bajo amenaza.

Percibirse a sí mismo como un cuerpo vulnerable que nació y un poco más tarde muere, es una ilusión. Cuerpo y muerte: una ilusión. Usted no puede tener uno sin la otra. Usted quiere conservar una cara de la ilusión y librarse de la otra, pero eso es imposible. O lo conserva todo o renuncia a todo.

Sin embargo, no puede escapar del cuerpo, ni tiene que hacerlo. El cuerpo es una increíble percepción falsa de su verdadera naturaleza. Pero su verdadera naturaleza está escondida en alguna parte dentro de esa ilusión, no fuera de ella, así que el cuerpo es todavía el único punto de acceso a ella.

Si usted viera un ángel, pero lo confundiera con una estatua de piedra, todo lo que tendría que hacer sería ajustar su visión y mirar más de cerca la "estatua de piedra", no empezar a mirar a otra parte. Entonces descubriría que nunca hubo una estatua de piedra.

Si la creencia en la muerte crea el cuerpo ¿por qué un animal tiene cuerpo? Un animal no tiene un ego y no cree en la muerte... 

Pero a pesar de ello, muere, o eso parece.

Recuerde que su percepción del mundo es un reflejo de su estado de conciencia. Usted no está separado de él y no hay mundo objetivo allá afuera. En cada momento, su conciencia crea el mundo que usted habita. Una de las grandes comprensiones que ha surgido de la física moderna es la de la unidad entre el observador y lo observado: la persona que dirige el experimento -la conciencia observadora- no puede separarse de los fenómenos observados, y una forma diferente de mirar hace que los fenómenos observados se comporten de modo diferente. Si usted cree, en un nivel profundo, en la separación y la lucha por la supervivencia, entonces ve esta creencia reflejada alrededor de usted y sus percepciones son gobernadas por el miedo. Usted habita un mundo de muerte y de cuerpos que luchan, matan, y se devoran unos a otros.

Nada es lo que parece ser. El mundo que usted crea y ve a través de la mente egotista puede parecer un lugar muy imperfecto, incluso un valle de lágrimas. Pero cualquier cosa que usted perciba es solamente una especie de símbolo, como una imagen en un sueño. Es la forma en que su conciencia interpreta e interactúa con la danza de energía molecular del universo. Esta energía es la materia prima de la "llamada" realidad física. Usted la ve como cuerpos y nacimiento y muerte, o como lucha por la supervivencia. Es posible y de hecho existe, un número infinito de interpretaciones completamente diferentes, de mundos completamente diferentes, según la conciencia que los percibe. Cada ser es un punto focal de conciencia y cada punto focal crea su propio mundo, aunque todos los mundos están interconectados. Hay un mundo humano, un mundo de las hormigas, un mundo de los delfines, etcétera. Hay innumerables seres cuya frecuencia de conciencia es tan diferente de la suya, que probablemente usted es inconsciente de su existencia, como ellos lo son de la suya. Los seres altamente conscientes, que se dan cuenta de su conexión con la Fuente y con los demás, habitarían un mundo que parecería un reino celestial; y sin embargo todos los mundos son finalmente uno.

Nuestro mundo humano colectivo se crea en gran medida por medio del nivel de conciencia que llamamos mente. Incluso dentro del mundo colectivo humano hay grandes diferencias, muchos "submundos" diferentes, dependiendo de los que perciben o crean sus mundos respectivos. Puesto que todos los mundos están interconectados, cuando la conciencia colectiva humana se transforme, la naturaleza y el reino animal reflejarán esa transformación. De ahí la frase de la Biblia que dice que en los tiempos venideros "El león descansará con el cordero". Esto señala la posibilidad de un orden de realidad completamente diferente.

El mundo como se nos aparece ahora es en gran medida, como dije, un reflejo de la mente egotista. Puesto que el miedo es una consecuencia inevitable del error egotista, es un mundo dominado por el miedo. De la misma forma en que las imágenes de un sueño son símbolos de estados y sentimientos interiores, nuestra realidad colectiva es en gran medida una expresión simbólica de miedo y de las pesadas capas de negatividad que se han acumulado en la psique humana colectiva. No estamos separados de nuestro mundo, así que cuando la mayoría de los seres humanos se libere del engaño egotista, este cambio interior afectará a toda la creación. Usted habitará literalmente en un mundo nuevo. Es un cambio en la conciencia planetaria. El extraño dicho budista de que cada árbol y cada hoja de hierba eventualmente se volverán iluminados, apunta a la misma verdad. De acuerdo con San Pablo, toda la creación está esperando a que los seres humanos se vuelvan iluminados. Así interpreto yo su dicho de que "El universo creado está esperando con ansiedad a que el hijo de Dios sea revelado". San Pablo continúa diciendo que toda la creación será redimida por medio de esto: "Hasta el presente... todo el universo creado en todas sus partes gime con dolores de parto".

Lo que está naciendo es una nueva conciencia y, como su reflejo inevitable, un nuevo mundo. Esto también se predice en el Libro de la Revelación del Nuevo Testamento: "Entonces vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido".

Pero no confunda causa y efecto. Su tarea primordial no es buscar la salvación por medio de la creación de un mundo mejor, sino despertar de la identificación con la forma. Entonces usted no está atado a este mundo, a este nivel de realidad. Usted puede sentir sus raíces en lo No Manifestado y así está libre del apego al mundo manifestado. Usted puede disfrutar aún de los placeres pasajeros de este mundo, pero ya no hay miedo de la pérdida, así que no necesita aferrarse a ellos. Aunque usted puede gozar los placeres sensoriales, el anhelo de experiencia sensorial se ha ido, así como la búsqueda constante de realización a través de la gratificación psicológica, a través de la alimentación del ego. Usted está en contacto con algo infinitamente más grande que cualquier placer, más grande que cualquier cosa manifestada.

En un sentido, usted no necesita entonces ya del mundo. No necesita siquiera que sea diferente de como es. Sólo en este punto usted comienza a hacer una contribución real a la venida de un mundo mejor, a crear un orden diferente de realidad. Sólo en este punto usted es capaz de sentir verdadera compasión y de ayudar a los demás en el nivel de las causas. Sólo los que han trascendido el mundo pueden hacer surgir un mundo mejor.

Puede que recuerde que hemos hablado de la naturaleza dual de la compasión verdadera, que es conciencia de un lazo común de mortalidad e inmortalidad compartidas. En este nivel profundo, la compasión se vuelve sanadora en su sentido más amplio. En ese estado, su influencia de sanación está basada primariamente no en el hacer sino en el ser. Toda persona con la que usted entre en contacto será tocada por su presencia y afectada por la paz que usted emane, sean conscientes de ello o no. Cuando usted está completamente presente y las personas que lo rodean manifiestan conducta inconsciente, usted no sentirá necesidad de reaccionar a ella, así que no le da realidad. Su paz es tan vasta y profunda que todo lo que no es paz desaparece en ella como si nunca hubiera existido. Esto rompe el ciclo kármico de la acción y la reacción. Los animales, los árboles, las flores, sentirán su paz y responderán a ella. Usted enseña por medio del ser, demostrando la paz de Dios. Usted se vuelve la "luz del mundo", una emanación de pura conciencia y así elimina el sufrimiento desde su causa. Usted elimina la inconsciencia del mundo.


Esto no significa que usted no pueda enseñar también a través del hacer, por ejemplo señalando cómo dejar la identificación con la mente, cómo reconocer patrones inconscientes en uno mismo, etcétera. Pero quien es usted es siempre una enseñanza más vital y un elemento de transformación del mundo más poderoso que lo que usted dice, y más esencial incluso que lo que usted hace. Más aún, reconocer la primacía del Sertrabajar así desde la causa no excluye la posibilidad de que su compasión se manifieste simultáneamente en el nivel del hacer y de los efectos, al aliviar el sufrimiento siempre que se tropiece con él. Cuando una persona hambrienta le pida pan y usted tenga, se lo dará. Pero mientras da el pan, aunque su interacción pueda ser sólo muy breve, lo que realmente importa es ese momento de Ser compartido, del cual el pan es sólo un símbolo. En él tiene lugar una profunda curación. En ese momento no hay dador ni quien recibe.

Pero en primer lugar no debería haber hambre ni miseria. ¿Cómo podemos crear un mundo mejor sin luchar primero contra males como el hambre y la violencia?

Todos los males son el efecto de la inconsciencia. Usted puede aliviar los efectos de la inconsciencia, pero no puede eliminarlos a menos que elimine su causa. El cambio verdadero ocurre dentro, no en el exterior.

Si usted se siente llamado a aliviar el sufrimiento del mundo, es una tarea muy noble, pero recuerde no concentrarse exclusivamente en lo exterior; de otro modo, encontrará frustración y desesperación. Sin un cambio profundo en la conciencia humana, el sufrimiento del mundo es un pozo sin fondo. Así que no deje que su compasión se vuelva de una sola cara. La empatía con el dolor o las carencias de los demás y el deseo de ayudar deben ser equilibrados con una comprensión más profunda de la naturaleza eterna de toda vida y de la ilusión última que hay detrás de todo dolor. Entonces deje que su paz fluya en todo lo que hace y estará trabajando en los niveles de la causa y el efecto simultáneamente.

Esto también se aplica si usted está apoyando un movimiento destinado a evitar que los hombres profundamente inconscientes se destruyan a sí mismos, unos a otros y al planeta, o que continúen infligiendo horribles sufrimientos a otros seres sensibles. Recuerde: lo mismo que usted no puede combatir la oscuridad, no puede combatir la inconsciencia. Si intenta hacerlo, los polos opuestos se fortalecerán y se atrincherarán más profundamente. Usted se identificará con una de las polaridades, creará un "enemigo" y será así arrastrado a la inconsciencia. Aumente la conciencia divulgando información o a lo sumo practique la resistencia pasiva. Pero asegúrese de que no lleva resistencia en su interior, ni odio, ni negatividad. "Ama a tus enemigos", dijo Jesús, lo que por supuesto significa "no tengas enemigos".

Una vez se involucre en trabajar en el nivel de los efectos, es muy fácil perderse en él. Manténgase alerta y muy, muy presente. El nivel causal debe seguir siendo su foco primario, la enseñanza de la iluminación su propósito principal y la paz su más precioso don para el mundo.