domingo, 26 de mayo de 2019

"Las Leyes Espirituales" Vicent Guillem (6) - La Ley de la Evolución.- El Mundo Espiritual.

1ª Ley: Ley de la evolución.

• El destino de los espíritus es evolucionar, de forma indefinida, para siempre.

• ¿En qué se evoluciona? En amor y sabiduría. Sin amor no hay evolución. Sin amor no hay sabiduría. Sin amor no hay felicidad.

La evolución depende de la voluntad y el esfuerzo de uno mismo.

EL MUNDO ESPIRITUAL.

Has hablado al principio de que la vida del espíritu no comenzaba con el nacimiento.

Así es.

¿Y qué hay antes del nacimiento?

Lo mismo que después, VIDA, alternándose los periodos de vida sin estar ligado al mundo físico con los periodos en que el ser vuelve al mundo físico, encarnando en un recién nacido.

¿Entonces la vida no comienza con el nacimiento?

No.

¿Y todos hemos vivido otras vidas antes que la actual?

Sí.

¿Y dónde se supone que estamos antes de nacer?

En el mundo espiritual.

¿Y qué es lo que ocurre después de morir?

El espíritu se desprende del cuerpo físico y regresa al mundo espiritual, que es de donde ha venido. Es decir, continúa su vida sin estar ligado a la materia. Dicho de otro modo y para resumir, el espíritu procedente del mundo espiritual se liga al mundo físico, encarnando en un recién nacido, pasando una etapa encarnado físicamente, hasta que se produce la muerte de su cuerpo. En ese momento se desvincula de él y regresa al mundo espiritual.
Esta máxima acerca del origen y el destino del ser humano ya fue enunciada por Jesús en una sencilla frase cargada de significado y que no ha sido completamente entendida hasta ahora, y que está recogida en el Evangelio de Juan (3, 13): “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo.”

Ya, pero ¿en qué condiciones volvemos a ese mundo espiritual? Es decir, ¿estamos despiertos? ¿Somos conscientes de lo que nos ha ocurrido o, como creen algunas religiones, nos quedamos en un estado de aletargamiento hasta que suceda algo “al final de los tiempos”?

Todo lo contrario, se es más consciente de la realidad cuando se está en el mundo espiritual que cuando se está encarnado. No penséis que por el hecho de desencarnar el espíritu pierde la conciencia, ni entra en un estado de somnolencia perpetua. Al contrario, admitiendo que el espíritu pueda pasar por una etapa de confusión de tiempo variable, que depende de la evolución del espíritu y de las circunstancias en las que desencarnó, el espíritu se enfrenta a su auténtica vida real y toma conciencia, entre otras cosas, de cuál es el objetivo de las encarnaciones. Por supuesto, tiene una ocupación en interacción con otros seres, en un mundo tan real o más que el vuestro, ya que vuestro mundo es una imagen distorsionada, apenas un reflejo, del mundo espiritual.

¿Y dónde va exactamente?

Lo que normalmente ocurre es que cada espíritu, después de desencarnar, se sitúa en el plano del mundo espiritual que corresponde a su estado evolutivo. Y esto depende del comportamiento que haya tenido el espíritu durante la encarnación respecto a la ley del amor. El destino final del espíritu es siempre regresar a su hogar espiritual. Sin embargo, aquellos espíritus delincuentes, que han realizado grandes actos en contra de los demás seres de la Creación, quedarán atrapados por el peso de sus acciones en el nivel vibratorio más bajo del astral inferior. En el extremo opuesto, el espíritu que haya vencido gran parte de su egoísmo y que se haya comportado amorosamente, se elevará hacia las franjas vibratorias más altas del astral superior. Entre esos dos extremos, existen multitud de niveles intermedios en los que se situará cada espíritu conforme a su grado de elevación espiritual y su comportamiento respecto a la ley del amor.

Espera un poco porque me estoy perdiendo. ¿Me puedes aclarar qué significa esto del “nivel vibratorio” y qué tiene que ver con el estado evolutivo?

El nivel vibratorio hace referencia a la manifestación en el plano energético del estado evolutivo del espíritu. Podemos decir que la manifestación del amor en el plano astral o energético es la vibración de alta frecuencia. Por lo tanto, la vibración de alta frecuencia corresponde al cuerpo astral de los espíritus más avanzados, con mayor capacidad de amar y desprendidos del egoísmo. La vibración de baja frecuencia es la propia de los espíritus poco avanzados y que todavía actúan con egoísmo. Entre esos dos extremos existen espíritus de niveles intermedios de evolución y, por lo tanto, de niveles intermedios de vibración. Cada uno de ellos, dependiendo de su estado evolutivo, después de la desencarnación, se situará en el plano correspondiente a su nivel vibratorio.





domingo, 19 de mayo de 2019

"Las Leyes Espirituales" Vicent Guillem (5).- Dios

DIOS

¡Hola, hermanito! ¡Ya era hora! ¡Me he hecho viejo esperándote! ¡Mira qué blanco se me ha quedado el pelo!

¿Cómo?... ¡Pero si tu pelo ya era blanco la otra vez!

No te ofendas, ¡era una broma! ¿Qué pensabas, que aquí arriba no tenemos sentido del humor? En fin, ¿qué tal te ha ido en tu vuelta al mundo? ¿Me has echado de menos?

Pues sí. Tenía muchas ganas de verte, de estar aquí de nuevo, en la paz. Encontré los libros que me dijiste y los leí. Me han ayudado, pero tengo muchas más preguntas.

Eso me alegra. Adelante, dispara. Exponlas libremente.

No digo que me lo crea, pero, según lo que cuentas de la evolución espiritual, y por lo que he podido deducir de los libros, debe existir una especie de plan organizado que es bastante complejo.

Así es. Un plan que engloba a todos los seres de la Creación y a todo lo que existe. Aunque para cada espíritu existe un plan concreto de evolución, porque cada ser de la Creación es amado y está destinado a ser feliz. En ese plan de evolución personal participan multitud de seres en diversos grados de evolución ayudando a cada espíritu a recorrer ese camino.

¿Qué quieres decir con esto?

Pues que tenéis una familia espiritual. Todos y cada uno de vosotros sois queridos por multitud de seres espirituales. Empezando por Dios y continuando por vuestro guía espiritual, que jamás os abandona, y otro buen número de espíritus. Muchos son amigos, familiares ya fallecidos, de esta y de otras vidas. Además, por si fuera poco, todos y cada uno de vosotros tenéis un alma gemela, vuestra media naranja, un espíritu perfectamente afín a vosotros mismos, el compañero perfecto por el que empezar a sentir lo que es el amor verdadero. Algunos de ellos pueden estar encarnados al mismo tiempo que vosotros y pueden formar parte o no de vuestra familia carnal, o ser simplemente personas amigas.

¿Y cómo puede ser que siendo uno tan querido se sienta muchas veces tan solo?

Porque vivís desconectados del mundo espiritual, ignorantes de vuestra conexión con otros seres que os son afines, tanto con aquellos que están encarnados simultáneamente con vosotros, como con los que os apoyan desde el mundo espiritual, inconscientes de vuestra misión en la Tierra, tan entretenidos como estáis en ver solo lo que vuestros sentidos y lo que vuestra mente os dicen, tan ajenos a lo que podéis percibir desde el sentimiento. Tened clara una cosa, aunque os sintáis solos en el mundo físico, jamás estáis solos por parte del mundo espiritual. A cada uno le corresponde descubrir esa conexión, descubrir esa sutil puerta tras la cual encontraréis vuestra auténtica vida, una puerta que solo la llave del sentimiento puede abrir. Pedid sinceramente y se os ayudará a despertar vuestra sensibilidad y se os reconfortará de vuestras penalidades. Pero tendréis que despojaros de vuestras corazas antiamor para sentirlo. Porque al que quiere estar solo y aislado del mundo, se le respeta su deseo.

Bueno, ya que has mencionado a Dios, yo tengo serias dudas de que exista un dios. ¿Acaso alguien lo ha visto?

¿Acaso no has visto su obra? El universo, la vida, tú mismo. Dios no puede estar más cerca de ti de lo que está. Pero él no te obliga a que tú le reconozcas y te abras a él. Hace falta que tú quieras sentirlo, percibirlo. Pero si esperas ver a alguien como tú, de tu tamaño, con ojos, cara, brazos y piernas, entonces jamás lo reconocerás, porque Dios es mucho más que eso. Sería como si una célula de tu cuerpo preguntara: “¿Dónde está el cuerpo al que pertenezco, que no lo veo?”. “Estás en él, célula. ¿No te das cuenta?” Y la célula diría: “¡Pero si yo lo único que veo son células, células y más células como yo por todas partes!”. Pues estudia tu propia naturaleza, tu propio funcionamiento, las relaciones que estableces con otras células y las de ellas entre sí, cómo se organizan tan maravillosamente para formar un conjunto, y observa lo que forma ese conjunto. Entonces, célula, podrás conocer y reconocer el cuerpo del que formas parte.

¿Dónde podemos encontrar entonces pruebas de la existencia de Dios?

Como en la célula del ejemplo, primero en tu propia existencia y luego en la existencia de lo que te rodea. ¿Cuál puede ser el origen de un ser que siente y piensa, consciente de su propia existencia? ¿Y de un universo tan perfectamente engranado? No puede ser la nada, porque la nada no puede crear algo tan complejo y bello a la vez. ¿O acaso alguien puede creer que una bella sinfonía puede ser confeccionada tocando teclas de un piano al azar? Pues de la misma manera no puede ser que algo tan bello y tan complejo a la vez como el universo, la vida y el ser humano sea fruto de la casualidad, sino que lo es de la causalidad.

Pero ¿por qué tiene que ser Dios el que lo haya creado todo? ¿Acaso no existe en la naturaleza un poder de crear?

Así es. Pero ¿de dónde viene el poder creador de la naturaleza? ¿De dónde proceden las leyes que rigen el universo? Reconocéis que en la naturaleza, en el universo, existe un poder creador, y unas leyes, las leyes de la física, de la química, de la biología, que lo estructuran, que lo ordenan, de manera que los científicos, cuando descubren algún fenómeno desconocido, no lo atribuyen a la nada, sino que intentan buscar la causa que lo provocó. Es decir, que vosotros admitís en vuestro día a día que una de las leyes del universo es que no existe efecto sin causa. Pero a la hora de responder a la pregunta: ¿cuál es el origen del universo, es decir, la primera causa?, vosotros mismos, y en contra de la propia ley de causa y efecto que aceptáis como válida el resto del tiempo, no tenéis problemas en admitir que fue un efecto sin causa, es decir, ¡que surgió de la nada! ¡Esto es un contrasentido! Por tanto, debe existir una primera causa de todo, y esa es Dios.

Perdona que insista, pero ¿por qué tiene que ser Dios necesariamente el que lo haya creado todo? ¿Acaso los humanos no somos capaces de crear cosas bellas y complejas? Ahí están la música, los ordenadores…

Cierto, porque vosotros también tenéis poder creador. Pero si lo tenéis, ¿de dónde procede? En el universo existen muchos seres en diferentes estadios de evolución, con mayor y menor capacidad de crear que la vuestra, según su grado de avance. Pero habremos de admitir que, si ellos tuvieron un principio, por la ley de causa y efecto, debieron ser creados por algún proceso anterior, y que en realidad el poder creador de los seres creados se ejerce sobre algo ya creado, siguiendo unas leyes ya existentes. Por tanto, llegamos a un punto en el que necesitamos encontrar un principio creador que no haya sido creado, sino que haya existido siempre y que siempre existirá, y que haya establecido las leyes y los principios de todo lo que existe, y ese es Dios.

Bueno, admitamos solo como mera posibilidad que Dios pudiera existir. En el hipotético caso de que Dios existiera, yo tendría curiosidad por saber quién y cómo es ese supuesto Dios, tan escurridizo que no se deja ver a simple vista.

Por la obra conocerás al autor. Conócete a ti mismo y el mundo que te rodea y estarás comenzando a conocer a Dios. Ya que en la criatura están las potencialidades del creador, si imaginas todas las buenas cualidades humanas en el grado más perfecto que puedas, estarás comenzando a dibujar un bosquejo de Dios que, aunque muy imperfecto, será el más avanzado que puedas tener de él, dada tu capacidad actual. Hay un proverbio muy antiguo y muy cierto que a la pregunta: “¿Cómo es Dios?”, responde: “Como tú cuando hayas llegado hasta él”.

¿Cuáles son esas cualidades?

Amor, sabiduría, justicia, verdad, humildad, generosidad, sinceridad, sensibilidad, comprensión, compasión...

¿Existen cualidades de Dios que no podemos poseer?

Sí. El Creador es inmutable, omnipotente, increado y ha existido siempre. La criatura, aunque no tiene fin, tiene un principio. Es mutable, ya que está en constante perfeccionamiento y aunque su capacidad de progreso no tiene límite, porque aumenta constantemente, no es infinita.

Y si ese ser es tan perfecto... ¿Por qué permite que exista el mal en el mundo?

Él permite que las criaturas experimenten a su aire, que aprendan de sus errores. El mal del mundo no surge de Dios, sino de las criaturas en proceso de evolución que, debido a su desconocimiento de las leyes espirituales, actúan contra los otros seres de la Creación.

Pues entonces tendrás que explicarme de qué van esas leyes, porque dudo mucho que puedan explicar la gran cantidad de preguntas que tengo, a las que todavía no he encontrado una respuesta satisfactoria, y de cosas que no entiendo y que me parecen tremendamente injustas del mundo en que vivimos.

Encantado. Prepárate, porque vamos a tener mucho de qué hablar.




domingo, 12 de mayo de 2019

"Las Leyes Espirituales" Vicent Guillem (4)

¿Y qué tipo de pruebas o circunstancias son esas que tenemos que pasar en cada vida y por qué?

Muchas de esas pruebas consisten en experimentar en nosotros mismos aquello que hemos hecho a los demás, en enfrentarnos a las consecuencias de las situaciones que nosotros mismos hemos provocado, para que tomemos conciencia del sufrimiento o felicidad que estas acciones han tenido sobre los demás. Las pruebas son de lo más variopintas, pero en general son pruebas que tienen la intención de que nos vayamos desprendiendo del egoísmo y creciendo en amor.

¿Y es necesario morirse o vivir una experiencia cercana a la muerte para experimentar la conciencia de que tú eres tu espíritu y no tu cuerpo?

No. De hecho todos vosotros tenéis la capacidad de separaros temporalmente de vuestro cuerpo, y así sucede de forma inconsciente en una etapa del sueño. Pero hay gente que es capaz de conseguir inducir esta separación de forma consciente a través de ciertas técnicas de relajación. Los viajes astrales aportan pruebas de que la conciencia no está ligada al cuerpo.

¿Qué es un viaje astral?

Es una separación temporal del cuerpo. Pero ¿por qué preguntas lo que ya sabes? ¿Acaso no has llegado aquí de esa forma?

Yo solo estaba intentando probar lo que otros han descrito. Una cosa es la teoría y otra la práctica. ¡No me esperaba que fuera a ocurrir algo así!

Pues ocurre. Tu cuerpo no está aquí. Está tumbado en tu cama. Pero tú sí.

¿Quieres decir que no solo podemos vivir sin estar ligados a un cuerpo, sino que estando físicamente vivos podemos salir y volver del cuerpo sin que se produzca la muerte?

Así es.

¿Qué es lo que se separa exactamente?

Se separa el espíritu del cuerpo físico que, como ya he dicho, solo es un revestimiento que se utiliza para poder actuar en el mundo físico. Sin embargo, esta separación es solo temporal y siempre existe un nexo entre los dos que nunca se rompe y que permite la vuelta al cuerpo físico sin que haya ningún tipo de problema de salud. Es el llamado cordón de plata.

¿Qué es el cordón de plata?

Es el nexo de unión entre el cuerpo astral y el físico, como un cordón umbilical que permite aportar al cuerpo físico la energía vital que necesita para continuar con vida en ausencia del cuerpo astral. Los clarividentes suelen describir este "cordón" como una especie de hilo muy elástico de tono plateado, extensible hasta el punto de que por mucho que se separe el cuerpo astral del cuerpo físico, el cordón siempre da de sí lo necesario, es decir, se alarga hasta grandes distancias cuando el espíritu se separa y viaja lejos del cuerpo físico.

¿Y dónde va el espíritu cuando se separa del cuerpo?

Donde su pensamiento le lleva, al mundo astral, y ese es un viaje natural que responde a una dinámica necesaria en el desarrollo humano. Esas visitas nocturnas procuran a la persona energías y experiencias que le ayudan más tarde en su vida física, puesto que allí es asistido por entidades espirituales más avanzadas que le aconsejan y guían. Si quieres saber algo más, te aconsejo que leas el libro El viaje astral de Oliver Fox.

¿Cuerpo astral? ¿Mundo astral? ¿Entidades espirituales? ¡Buf! ¡Espera un poco! ¡Esto va demasiado rápido para mí!

Bueno, yo solo intento responder a lo que tú me preguntas. Pero, como vamos saltando de unas cosas a otras, no podemos profundizar en nada. Si te parece lo que podemos hacer es dejarlo aquí por el momento, porque ya es hora de que vuelvas al cuerpo. Ahora ya tienes algunas cosas sobre las que ir indagando por tu cuenta y reflexionando. Busca los libros que te he recomendado e intenta leerlos. Te servirán como prueba para confiar en que todo esto que has vivido no es una alucinación de tu mente, sino una auténtica realidad.

No sé si me acordaré de todo...

No te preocupes. Si pones tu voluntad, recordarás lo que necesites para encontrarlos. Recoge las nuevas preguntas que te vayan surgiendo durante ese tiempo para formularlas en las próximas ocasiones en que nos veamos, si es que quieres que nos sigamos viendo.

¿Cuándo nos volveremos a ver?

Depende de ti. De si quieres seguir profundizando en los temas que tan superficialmente hemos comenzado a abordar, o prefieres quedarte como estás.

A medida que vamos hablando me van surgiendo más preguntas, respecto a la evolución, a la inmortalidad del espíritu y estas cosas.

Guárdalas para la próxima ocasión. Lo que podemos hacer es ir abordando las preguntas por temas aunque, como verás, es casi imposible profundizar en algún aspecto sin necesariamente entrar en otro tema. También las respuestas sugieren otras preguntas que requieren más explicación.

Pero tienes que entender que de momento mantenga una postura de escepticismo respecto a lo que cuentas.

Lo comprendo. Sé que tu búsqueda de respuestas es sincera y que estás abierto a escuchar, de lo contrario yo no estaría aquí. Percibo que has escuchado detenidamente y que necesitas tu tiempo para meditar lo que hemos hablado. Eso es suficiente para mí. Hasta la vista, hermano.

Adiós, Isaías.

Y casi sin darme tiempo a despedirme, sentí un fuerte tirón. Y con la misma velocidad con la que había salido catapultado hacia fuera, sentí como si me lanzara en caída libre a la velocidad del rayo hasta precipitarme sobre mi cuerpo. La vuelta al cuerpo fue muy dura. ¡Qué contraste con la liviandad de estar fuera del cuerpo, con la dulce y serena vibración que sentí en aquel lugar de ensueño! Sentí frío. Me sentí mareado, con ganas de vomitar y pesado, como si me hubiera puesto un traje de plomo que pesara cien kilos. Al principio no podía moverme, no podía hablar. Fue entonces cuando comencé a tomar conciencia de lo que me había pasado. Estaba impactado. Lloré de emoción. Aquella había sido la experiencia más extraordinaria de mi vida. Durante los meses siguientes intenté volver a la normalidad. Pero por mucho que lo intentaba no podía ver las cosas de la misma manera. Casi todo me parecía banal. Las preocupaciones cotidianas, el trabajo. Muchas veces me quedaba como ido, sin escuchar, sin ver lo que había a mi alrededor, pensando en aquella experiencia. Me daban ganas de contárselo a la gente, a la familia, a algún amigo. Pero luego mi sentido común me decía que no me esforzara, que no lo iban a entender, que me iban a tomar por un loco. Me sentía un extraño, como si fuera extraterrestre. Me preguntaba cuánta gente habría experimentado aquello. Con el tiempo comenzaron a surgirme dudas. ¿Y si todo hubiera sido una alucinación, fruto de mi imaginación? Para intentar contrarrestarlas recordé algo que Isaías me dijo: “Busca los libros que te he recomendado y léelos. Te servirán como prueba para confiar en que todo esto que has vivido no es una alucinación de tu mente”. Me puse a buscar por Internet los libros. No podía recordar los nombres y los títulos, pero sí palabras y nombres que recordaba de nuestra conversación. Puse en Google “reencarnación, vidas pasadas, vida después de la muerte”, y empezaron a surgir los nombres de autores y títulos, y pude reconocer entre ellos los que Isaías había mencionado. Los estudié con detenimiento y fueron confirmando punto por punto lo que él me había dicho. Si aquello había sido una alucinación era realmente muy acertada.

Volví a tener ganas de ver a Isaías. De que su mirada dulce me reconfortara. De sentirme otra vez en paz. Los libros me habían ayudado a saber que había otra gente intentando responder a las mismas preguntas que yo, y que ellos, por su parte, habían emprendido un camino para intentar responderlas. Pero también me generaron muchas más preguntas, preguntas que iba anotando en una libreta y que repasaba mentalmente de vez en cuando para poder recordarlas, por si tenía oportunidad de volver a ver a Isaías. Aunque me costaba reconocerlo, necesitaba que Isaías me siguiera explicando, aclarando dudas, porque aquel anciano joven había conseguido por primera vez que las respuestas de alguien me llegaran muy profundamente. Además, ¡me hacía sentir tan bien, tan querido...! Seguía siendo escéptico, pero algo en mi interior me decía que estaba en el camino correcto. Así que retomé los ejercicios de relajación con la esperanza de volver a contactar con Isaías. Y me volví a salir del cuerpo. Está vez no necesité tanto esfuerzo. En solo cinco sesiones estaba fuera. Volví a experimentar las mismas sensaciones, el mismo viaje. Y allí estaba él. Esperándome de nuevo, con una sonrisa en la cara y su mirada enternecedora de la primera vez.






domingo, 5 de mayo de 2019

"Las Leyes Espirituales" Vicent Guillem (3)

Aun así me parece un soporte poco consistente, casi accidental, para utilizar como prueba de la existencia de vida después de la muerte. Proporcionalmente, existen pocos casos de muerte clínica y reanimación respecto a los que mueren y no vuelven.

Existen muchos más testimonios, precisamente de personas moribundas, que están en proceso de separación definitiva del cuerpo, al que llamáis muerte, porque durante este proceso muchas de ellas afirman ver y conversar con sus seres queridos ya fallecidos o con otros seres luminosos que les preparan para la transición al otro lado. En casi todas las familias alguien recuerda un testimonio de estas características sucedido a algún familiar ya fallecido. Pero normalmente se suele creer que está alucinando. Nuevamente, parece ser que, cuando se acerca la muerte, todo el mundo se pone de acuerdo para alucinar lo mismo en todas las partes del mundo. También ha habido muchos estudiosos, como la prestigiosa psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, que se han dedicado a estudiar en serio este tema. Te invito a que leas su libro La muerte, un amanecer.

Pero todos estos son casos de personas que, aunque hayan estado cercanas a la muerte, están físicamente vivas.

También existen los testimonios de personas que contactaron con seres no encarnados, más frecuentemente con seres queridos fallecidos recientemente, que se despiden de ellos en sueños muy vívidos o en apariciones a pie de cama. También este es un caso bastante frecuente, aunque menos estudiado por los investigadores.

Aun así, creo que debería haber pruebas más sólidas, no solo limitadas a la interfase entre la vida y la muerte.

Existen médiums (personas sensibles) que tienen un contacto más frecuente y duradero con el mundo espiritual.

Esto todavía me parece más difícil de creer.

No lo creas a priori, pero estúdialo, analiza los mensajes recibidos, porque por la calidad del mensaje conocerás al autor.

¿Y cómo podemos saber que esto no es un fraude, es decir, que el supuesto médium no finge ser un difunto cuando es él mismo?

El fraude es siempre posible. Pero el que algunas personas falsifiquen dinero no quiere decir que todo el dinero sea falso, el que algunas personas finjan ser médiums no quiere decir que todos los médiums sean impostores o aprovechados. La mejor garantía contra el fraude es que el médium sea una persona honesta en su vida cotidiana y no emplee su facultad para su propio lucro. Hay muchas más personas con algún tipo de mediumnidad innata de las que pensáis, y esta se les despierta ya en la niñez. Pero, debido al rechazo e incomprensión que generalmente reciben de su entorno, tienden a reprimirla, y los pocos que consiguen desarrollarla convenientemente y emplearla para el bien común, lo hacen discretamente, para no ser objeto de burla y descalificaciones que les perjudiquen en su vida cotidiana.

¿Y por qué unas personas son médiums y otras no? ¿De qué depende esto?

Depende del programa evolutivo de cada espíritu. Es una circunstancia, la de ser médium, que se elige y se conoce antes de encarnar y, cuando se utiliza correctamente, le sirve al poseedor de la facultad para avanzar más rápidamente en su evolución, a través de la ayuda que presta a otras personas. Está muy relacionado con los actos que el espíritu realizó en otras vidas.

¿Quieres decir entonces que el espíritu existe antes de nacer y que ha vivido otras vidas?

Así es. Y en la actual vida física, las circunstancias y pruebas que el espíritu se encuentra están estrechamente relacionadas con las decisiones que tomó en las vidas físicas pasadas, y en el periodo de vida entre encarnaciones, no ligado a un cuerpo físico.

¿Y qué pruebas tenemos de que existan vidas anteriores, es decir, de que exista la vida antes del nacimiento?

Existen los testimonios de personas que tienen recuerdos de vidas pasadas, que pueden ser espontáneos (sobre todo en niños) o inducidos a través de hipnosis regresiva. Hay bastante bibliografía sobre el tema. Respecto al recuerdo en niños, te recomiendo que leas el trabajo de Ian Stevenson, un médico psiquiatra canadiense, que se dedica al estudio de los supuestos casos de reencarnación en aquellos niños pequeños que "recuerdan" una vida anterior. En la actualidad lleva estudiados más de dos mil quinientos casos de posible reencarnación en todo el mundo. Ha publicado más de veinte libros y diversos artículos en revistas especializadas de psicología y psiquiatría. Te recomiendo su libro Veinte casos que hacen pensar en la reencarnación.

¿Y no puede ser todo esto fruto de la imaginación?

Admitiendo que haya casos que puedan ser fruto de la imaginación o de alguna alteración psíquica, o por cualquier otra razón, existen muchos otros en los que las personas recuerdan detalles muy concretos de la vida pasada anterior que han sido históricamente comprobados. Recuerdan lugares, acontecimientos, nombres, con mucho detalle, muchos de ellos vividos en países en los que la persona jamás ha estado en su vida actual. Los casos más llamativos son aquellos que suceden en niños de corta edad, que pueden incluso hablar espontáneamente en un idioma al que jamás han estado expuestos en la vida actual, por lo que este es un recuerdo del idioma que hablaron en la vida anterior. Suelen ser niños de entre dos y cuatro años de edad, que empiezan a hablar a sus padres o hermanos de una vida que tuvieron en otro lugar y en otro tiempo. El niño suele sentir una atracción muy fuerte hacia los hechos de esa vida y con frecuencia insiste a sus padres en que lo dejen volver a la familia en la que afirma haber vivido anteriormente.

Bueno, los niños tienen mucha imaginación. Es complicado darle credibilidad a estos testimonios.

Pues se trata de una imaginación prodigiosa, cuando lo que “imaginan” se demuestra que es una realidad. Por otra parte, hay muchos casos de personas adultas que recuerdan vidas anteriores cuando son sometidos a regresiones hipnóticas.

¿Y no puede ser que esa supuesta vida recordada sea fruto de la imaginación, sugestionada por la propia hipnosis?

Vuelvo a repetir lo mismo. Admitiendo que haya casos que puedan ser fruto de la imaginación o por cualquier otra razón, existen muchos otros en los que las personas recuerdan detalles muy concretos de la vida pasada anterior que han sido históricamente comprobados. También resulta llamativo que muchas personas, y en contra de sus creencias religiosas, que no admiten la existencia de la reencarnación, cuando son sometidas a hipnosis regresiva recuerden acontecimientos de vidas anteriores. Pero todo ello requiere un estudio serio y exhaustivo para poder separar lo que puede ser sugestión de lo que es un posible recuerdo de otra vida. Existen muchos estudiosos serios que se han dedicado a explorar la posibilidad de la existencia de vidas anteriores a través de las respuestas obtenidas de personas sometidas a hipnosis regresiva, como la psicóloga Helen Wambach, autora del libro Vida antes de la vida, el psiquiatra Brian Weiss y su libro Muchos cuerpos, una misma alma o el anteriormente citado Raymond Moody, en su libro Regresiones. Todos ellos han explorado las respuestas a las preguntas realizadas bajo hipnosis a miles de personas acerca de sus posibles vidas antes del nacimiento, han reconocido una serie de elementos comunes en estas experiencias y han llegado a conclusiones semejantes.

¿Y cuáles son esas conclusiones?

Que la vida física no es más que un instante de la vida real, que nunca acaba. Que la muerte del cuerpo no es el fin, sino una etapa de transición hacia otra existencia menos limitada. Que todos nos vamos a reencontrar con los seres queridos que se fueron al otro lado antes que nosotros y que también nos los vamos a encontrar en encarnaciones posteriores. Nos dicen que realmente existe un plan para cada uno de nosotros, que pretende que vayamos creciendo, tanto en sabiduría, como en amor, y que sea por nuestros propios méritos, a base de experimentar en el plano físico, con libertad. Que las circunstancias a las que nos enfrentamos en la vida no son fruto del azar, sino consecuencia de los actos realizados en vidas anteriores. Que antes de nacer ya conocemos las pruebas a las que nos vamos a enfrentar en la vida y que nos preparamos concienzudamente para intentar superarlas con éxito.

No entiendo cómo pueden sacar estas conclusiones de lo vivido en otras vidas físicas, si en esas vidas tenemos la misma conciencia que en esta, es decir, somos tan inconscientes de la existencia de vidas pasadas como en esta.

Porque muchos de ellos no solo recuerdan los detalles de vidas pasadas, sino que, al mismo tiempo, recuerdan el motivo por el que tuvieron que pasar por ciertas vidas y pruebas. Es decir, también recuerdan lo que les sucedió en los periodos entre vidas físicas, en los cuales no estaban encarnados. Hay investigadores que se han dedicado a investigar específicamente esos recuerdos de periodos entre encarnaciones, como el doctor en psicología Michael Newton. El doctor Newton se ha especializado en inducir estados hipnóticos muy profundos en los que las personas recuerdan el espacio entre una vida y otra y las decisiones que los llevaron a encarnar precisamente en determinado tiempo, con determinada familia y bajo determinadas circunstancias. Te recomiendo sus libros Vida entre vidas y Destino de las almas.