lunes, 30 de octubre de 2017

Iniciación a la Astrología Cabalística.

(Hoy vamos a comenzar un tema que seguro, seguro, seguro, que os apasiona a muchos. Es la Astrología Cabalística.)

1. Introducción.
     Esta joya de la Astrología cabalística o Astrocábala, nombre que le dio Kabaleb, puede considerarse ya una obra clásica. La descubrió en los años 50 en París. Podemos decir que Kabaleb fue uno de los mayores astrólogos del siglo XX y su contribución a esta ciencia fue enorme. Supo descubrir en la Cábala el origen de las corrientes astrológicas, aplicando las enseñanzas de el Árbol Cabalístico a los movimientos planetarios para que la interpretación cabalística pudiese emplearse de forma coherente y práctica. Convirtió el horóscopo en algo vivo. Así nació la Astrocábala que bajo el sello de dos ciencias milenarias nos revela un auténtico tratado del comportamiento humano.- Milena Llop. (Recuerdo que Milena es hija de Kabaleb).
     Recuerda, como siempre, seguir el CCA: Conocer, Comprender y Aplicar.

Introducción de Kabaleb.
     Iniciamos con estos textos el estudio de la Astrología Cabalística. Este Curso es la continuación de “Los Misterios de la Obra Divina” y se sugiere muy especialmente leerlo antes de empezar el que nos ocupa. (Los "Misterios de la Obra Divina" es lo que yo he estado compartiendo con el nombre de "El Método Kabaleb")
     En el primer curso, expusimos el principio cabalístico de la Creación del mundo, tratando de descifrar cuál es la mecánica de la vida. No se trata de efectuar una simple lectura, sino proceder a un estudio profundo, leyendo y releyendo cada uno de estos textos hasta interiorizar plenamente la enseñanza que contienen.
     El objetivo principal de este nuevo Curso es iniciarnos en la Astrología Cabalística. Hasta ahora la Astrología era enseñada dogmáticamente, lanzando conceptos sin explicarlos y al no tener un fundamento razonable propiciaban la multiplicación de errores. De este modo, la Ciencia Astrológica legada por la Tradición, al alejarse de una comprensión mucho más profunda, se fue desvirtuando y se despojó poco a poco de sus auténticos valores.
     La verdadera Ciencia Astrológica descubre la técnica de la Creación y nos permite ser colaboradores conscientes de la Obra Divina, ya que mientras no conozcamos el potencial que hay en nosotros, mientras no sepamos hacia dónde se dirige nuestro Ego Superior, iremos por el mundo dando bandazos ciegos en el espesor de la neblina. (Personalmente es una reflexión muy a tener en cuenta).
     En cada uno de nosotros se oculta el trazado de una ruta, un programa que cumplir y solo el estudio de las características de nuestro cielo natal nos lo revelará. (Por eso considero tan importante conocer un poco de Astrología para re-conocerme a mi misma y al otro).
     Antes de nacer, los Ángeles del Destino han ajustado con gran precisión nuestros distintos cuerpos y han esperado que se produjera un momento cósmico favorable a nuestros propósitos. Ese instante cósmico impregna nuestra materia con la primera respiración del recién nacido. El universo energético existente entonces penetra en nuestro interior y toda la vida nos acompañará. Las fuerzas zodiacales y planetarias actúan desde dentro de nosotros, no desde fuera, y los planetas que transitan fuera son una copia exacta de los que están transitando en nuestro mundo atómico y molecular interior. (También considero que esta cuestión es importante y a tener en cuenta: NO hemos nacido en un momento determinado por casualidad).

La evolución de la astrología.
     Para que el gesticular del ser humano pueda acompasarse con el del universo, es preciso que previamente se conozcan los ritmos universales a los que él debe integrarse.
     La astrología es la “ciencia” que estudia las pautas del discurrir universal poniendo a nuestro alcance los ingredientes para realizar la gran obra y enseñarnos la forma de utilizarlos gracias a los movimientos planetarios.
     La primera astrología, la que nos viene del fondo de los tiempos, fue una astrología revelada. Entidades de linaje superior al humano “escribieron” en la naturaleza de la humanidad el conocimiento y significado de cada una de las doce fuentes zodiacales y el sentido de la dinámica de los planetas al transitar por los signos. En cada uno de nosotros está “escrita” la dinámica cósmica y, por consiguiente, deberíamos estar en condiciones de comprenderla. Pero ese don divino que cada persona ha recibido, fue depositado en el ser humano en forma de semilla, una semilla que debe arraigar en nuestra tierra humana, florecer al exterior y dar fruto.

La astrología de Fuego.
     Es cierto que muy pocos fueron capaces de trabajar internamente esa semilla del conocimiento cósmico hasta que alcanzara el estadio del florecimiento y el fruto. Para la inmensa mayoría ésta es una semilla que llevan dentro y que les sigue de encarnación en encarnación sin encontrar una tierra propicia en la que florecer. Algunos, en la primitiva humanidad, hicieron florecer esa semilla y ellos son los que podríamos llamar profetas de la astrología. Transmitieron lo que buenamente pudieron captar de esa “Escritura Sagrada” que llevaban dentro. Gracias a su trabajo llegó a la sociedad la astrología de Fuego, porque todo empieza con el fuego, elemento divino que aparece en el mundo material en forma de semillas sin las cuales nada puede florecer.

La astrología de Agua.
     Sucedió, como suceden todas las cosas, que esa astrología de Fuego, al circular de boca a oído, dio lugar a una subclase de astrólogos que en lugar de desarrollar la ciencia escrita y adscrita a su personalidad, se dedicaron a transmitir lo que habían oído. Le añadieron algunas cosas de su propia cosecha y que no eran generadas por su visión interna, sino emanadas de lo que habían oído o sentido, de su propia interpretación. Ello dio lugar a la aparición de la astrología de Agua, procedente de los sentimientos de las personas que la transmitían.
     La astrología de Agua se comercializó, fue escrita en libros y utilizada por los que se auto-proclamaban astrólogos solo para ganar dinero o consideración social. Algunos de ellos penetraron en las cortes y vivieron a cuerpo de rey, explotando sus pretendidos conocimientos. Esa astrología de Agua impregnada de sentimientos es la que solemos encontrar hoy en día.
     Los conocimientos astrológicos no han avanzado demasiado y así en cientos de manuales encontramos expresados los mismos conceptos con escasas variaciones. Los pocos astrólogos que han introducido conceptos nuevos han partido no del propio potencial astrológico, sino tratando de interpretarla gracias al psicoanálisis, a la sociología, a las estadísticas.

La astrología de Aire.
     Los textos que el lector tiene en sus manos inician el ciclo de la astrología del Aire que no ha sido levantada a partir de los tratados clásicos, sino a partir de la escritura divina que, como decíamos, se encuentra en el interior de cada uno. Es una astrología que pretende enmendar los errores del pasado y que permite entender coherentemente el proceso cósmico. Es una astrología distinta por la forma de discurrir y que moviliza al lector para que participe intelectualmente en los razonamientos, poniéndolo en condiciones de decir si aquello que lee es erróneo o verdadero.
     Se trata de la Astrología Cabalística, que permite desarrollar en el estudiante esa semilla interna que está en él desde el principio de los tiempos, para instaurar su
propia verdad. No es una astrología que establezca una dependencia maestro-discípulo, sino que suscita la aparición del maestro interno que libera al estudiante de toda subordinación. (Esta cuestión me parece importante, porque toda Enseñanza debe tender a eso: a sacar al Maestro Interior que todos tenemos).

La astrología de Tierra.
     La próxima etapa, será la astrología de Tierra. Una vez asimilada la astrología de Aire, los conocimientos adquiridos podrán aplicarse al propio comportamiento y a la dinámica de las empresas.
     Son ya numerosos los empresarios que, en el mayor de los secretos, piden asistencia a los astrólogos y, en un futuro próximo, cuando hayan astrólogos cabalistas, preparados para ejercer el cargo de asesores, todas las empresas funcionarán de acuerdo con los ritmos cósmicos y entonces ya no habrá crisis, tal y como la conocemos ahora, porque se seguirán los ritmos cósmicos. (Se me ocurre que, al igual que en las empresas, es: a nivel personal, a nivel de familia, a nivel de asociaciones ... a nivel de todo, porque todo tiene su Carta Natal o Carta Astral). 

El enlace al canal de youtube, por si prefieres escucharlo:




miércoles, 25 de octubre de 2017

Método Kabaleb 37.- Hesed.- Gueburah.- Caín.- Abel.

(Hoy es el último capítulo de El Método Kabaleb. Entiendo que son temas un poco farragosos, solo que insisto, una vez más: No te quedes en lo que no entiendes, porque seguro que hay mucho más que entiendes de lo que tu te puedes imaginar.)

Hesed.
     El trabajo conjunto de Kether-Hochmah-Binah da lugar a una creación. Binah, al oscurecerse o enfriarse, ha permitido que un mundo existiera en un plano inferior al de esos tres principios. Esa nueva esfera se conoce con el nombre de Hesed.
     Hesed fue el mundo que los Elohim concibieron para el ser humano y en el que podríamos haber vivido eternamente, pero ya sabemos que fuimos expulsados del Paraíso.
     El Centro de energía llamado Hesed entró en funciones en el cuarto Día de la Creación, que es el actual. La divinidad ya había desplegado entonces todos sus
poderes, los inherentes a Kether, a Hochmah y a Binah. El resultado era Hesed, que encerraba todos los poderes sagrados y del que emanaban todas las virtudes espirituales. Hesed es un mundo de libertad; es un espacio en el cual la Gracia ha concentrado todos sus dones, y es un mundo en el que la Ley apenas prohíbe nada, tanta es la Bondad que reina en este sagrado lugar. En una palabra: Hesed es el Paraíso Terrenal.
     “Adam y Eva vivieron allí como reyes absolutos, con dominio sobre los animales y las cosas”. La interpretación profana de este pasaje bíblico convierte a Adam y Eva en un hombre y una mujer, pero en realidad, las letras ADM, que dan lugar al nombre de Adam, significan el Género Humano en la etapa primigenia de su desarrollo, y Eva significa: el Ser que transmite la Vida. Adam y Eva somos todos nosotros en un momento de nuestro desarrollo.
     La humanidad de ese periodo apenas tenía conciencia de sí misma y obedecía los imperativos divinos como un autómata obedece los impulsos eléctricos que recibe. El ser humano poseía una visión de la divinidad y actuaba conforme a la voluntad divina.
     Hubiese quizá permanecido allí hasta el final de los ciclos evolutivos, pero fue sensible a la voz de la experiencia, del “Mal”. Hemos visto como los disidentes de la esfera de Binah fueron precipitados al "abismo" para evitar que perturbaran los designios divinos. Este grupo de disidentes transmitió su herencia, por decirlo de algún modo, a las sucesivas generaciones que alcanzaron la auto-conciencia en los tres primeros días de la Creación, de modo que en los Trabajos de cada Día intervenía una categoría de seres cuya situación era anómala y su actuación contraria a los planes del Creador.
     En la época paradisíaca aparecieron pues los Luciferes, que como sabemos eran un grupo de rezagados de la generación de los Ángeles. Para asegurar su propia evolución, los Luciferes decidieron "ayudar" al ser humano, instruyéndolo en todo lo referente a las funciones creadoras. "Si comes esta fruta, -le dijeron-, serás como Dios".
     Esto significa que cada vez que uno se encuentra en el paraíso, es decir, disfrutando de un descanso, de una situación de relax, de un alto en el camino, aparece un luciferiano para incordiar.
     Pero conviene recordar que actúan movidos por nuestra propia voluntad. Se produce la misma situación cuando nos echamos a dormir la siesta y le pedimos a la pareja que nos despierte al cabo de media hora. Cuando ejecute nuestro mandato, estaremos en el paraíso y su intervención puede molestarnos, pero ha sido generada por nuestra propia necesidad de levantarnos y continuar la evolución.
     Se ha especulado mucho sobre el sentido de la "fruta prohibida". Pero todo ello encierra un misterio muy sencillo de entender. La esfera de Hesed, tal como hemos comentado, es el resultado de la acción de los tres centros superiores, Kether-Hochmah-Binah. Se ha visto como este último tuvo que renunciar a parte de la luz que le correspondía para poder engendrar una vida inferior a sí mismo (al igual que la madre cede los elementos de su cuerpo al feto que lleva en su interior.) Ese aspecto de renuncia, de restricción, Binah lo proyecta a todo lo que sale de su esfera, de modo que en ese Paraíso era natural que existiera una restricción, inherente a la participación de Binah. Así pues, Dios tenía necesariamente que prohibir algo a la primitiva humanidad. Sucede lo mismo en el momento que prohibimos a nuestros hijos que falten al colegio, por ejemplo, cuando a nosotros nos pillaron en más de
una campana.

Gueburah.
     La desobediencia a las reglas que imperaban en Hesed-Paraíso propició que aquel mundo de libertad y felicidad se esfumara en beneficio de la polaridad contraria y que el ser humano entrara en el dominio del Rigor. Un nuevo Centro de energía entró en funciones, para ser sede de ese Rigor. Recibe el nombre de Gueburah, cuyo atributo es la Justicia.
     Se puede decir pues que el ser humano se vio obligado a salir del Paraíso por haber querido apurar todas las posibilidades que le ofrecía ese mundo. De ahí se desprende una regla importante en la conducta diaria: para conservar la felicidad y el bienestar, es preciso que evitemos apurar las cosas. En las antiguas reglas de urbanidad, se enseñaba a los niños que era de buena educación dejar un poco de comida en el plato. Ese "poco" es la parte de Binah y al hacerlo así se respeta su Ley, la de la renuncia. Apurar hasta su extremo límite, propicia la entrada en funciones del Rigor y la felicidad desaparece. Si apuramos hasta el último minuto para salir hacia una cita es posible que lleguemos tarde, con el consiguiente problema que ello pueda generarnos. Si apuramos la gasolina del coche, el carburador puede llenarse de los restos del fondo del depósito. Si apuramos la batería del móvil, podemos quedarnos a media llamada.
     La salida del Paraíso supuso que la conciencia del ser humano se oscureciera y se desconectara de los creadores. Dejó de oír la voz divina de forma directa y, perdida esta guía luminosa, cayó bajo el imperio del deseo. Eso significó un importante cambio de planes y una nueva vía a transitar.
     Los deseos le hicieron descubrir su capacidad generadora y el placer inherente al acto sexual. Con anterioridad, en el periodo paradisíaco, los creadores unían las parejas en ciertas épocas del año, a fin de que el acto de generación se realizara al unísono con las fuerzas cósmicas y los hijos venían al mundo sin dolor. Al perder el contacto con la divinidad, el ser humano generó según sus deseos y al violar las normas cósmicas, apareció el dolor. (Ojo al dato: lo hemos generado nosotros).

Caín.
     El primer hijo de Eva fue Caín, hijo de Samael, la Serpiente. Ello significa que Caín era de una estirpe superior a la humana. La Imaginación, atributo de la mujer, había entrado en relaciones íntimas con los rezagados de una generación superior, que eran los Luciferes, expertos en descifrar la Ley, pero trabajando bajo el dominio de Binah, el rigor.
     A partir de entonces el ser humano, llevado por el luciferiano Caín, comprendería la ley que rige el universo con la sola ayuda de sus deseos. Sería el principio de todos los
dramas y sufrimientos, el precio a pagar por su capacidad creadora.
     El Génesis nos habla de la seducción de la mujer por parte de la Serpiente. La palabra que es traducida vulgarmente por serpiente es Nahash, formada por las letras Noun- He-Shin, y nos describe una espiritualidad corrompida, generada en los bajos niveles del mundo material (Noun.) Fabre d'Olivet, un traductor iniciado del Génesis, decía sobre esta palabra: "Nahash quiere decir el ardor cupido, envidioso, interesado, egoísta, que serpentea en el corazón de los seres humanos y lo envuelve en sus repliegues."
     La mujer primordial fue seducida por ese ardor interno que pusieron en el corazón de los seres humanos los luciferes. Lo que interesa ahora recalcar es que Caín es el hijo de la mujer y de una semi-divinidad corrompida, postergada. Ello dio lugar a una alteración en el proceso de creación divina.
     El despliegue del potencial divino exigía que la especie humana, después de ocupar los centros correspondientes a Kether, Hochmah y Binah, ocupara Hesed. Pero Caín en lugar de ser el representante humano de Hesed, es el de Gueburah. Nahash perturbó el orden divino haciendo que naciera primero el hijo destinado a nacer después. Así la humanidad fue arrojada del paraíso sin apenas haber vivido en él. (Se me ocurre que esto es una historia bien diferente de la que nos han contado cuando chicos, a los que nos han educado en la religión cristiana, o católica-apostólica-romana).

Abel.
     Caín es el hermano mayor de la pareja inicial, pero ese puesto hubiese correspondido a Abel, ya que Abel es la entidad espiritual-humana que corresponde a Hesed. Queda así explicado el misterio de los hermanos mayores que deben ceder sus derechos a los menores, que son quienes heredan el reino del Padre. Con Caín el orden divino se alteró, pero ello sólo constituye una peripecia. Hesed es el heredero del reino del Padre, de modo que por muy mayor que sea la estirpe de Caín por su aparición en el mundo, los derechos de primogenitura corresponden a la estirpe de Abel-Hesed.
     Caín y Abel suponen dos voluntades enfrentadas, una dirigida a la conquista del mundo material y el conocimiento de todas sus leyes; la otra orientada hacia la conquista de los mundos espirituales. La voluntad que hizo concebir Caín fue más fuerte que la otra y esa voluntad resultó excluyente, es decir, "mató" a la otra.
     Como en la mayoría de los sucesos relatados en la Biblia, es preciso entenderlo como un proceso interior que tiene lugar cada vez que se concibe una tendencia. Si el objetivo al generarla está orientado hacia lo material, es decir, si sólo se desean resultados materiales, si en ellos se encuentra la pasión egoísta de Nahash, el hijo que nacerá será Caín. Si, por el contrario, se realiza con un objetivo superior, como podría ser el de adquirir conocimientos, entonces nacerá Abel. Un Abel que dejará de estar amenazado de muerte, puesto que con el correr del tiempo la voluntad de Caín se ha temperado y la misma Biblia nos relata más adelante como Esaú, el hermano mayor, perdonó a Jacob, el hermano menor.
     Pero en ese estadio primordial a que se refiere el relato bíblico, la voluntad de Adam y Eva, presionados por Nahash, se orientó hacia la conquista del mundo material y ello los condujo al Este del Edén, fuera de ese exuberante paraíso en el que hubiesen podido vivir, cuyas llaves están en Abel.

Preguntas:
1.- ¿Cuáles son los atributos de Kether, Hochmah y Binah?
2.- ¿Qué es el abismo?
3.- ¿Por qué resulta importante el sacrificio?
4.- ¿Qué significa Adam?
5.- ¿Qué supuso para el ser humano la salida del paraíso?

     Aquí damos por terminado el curso de Los Misterios de la Obra Divina y con él el recorrido que nos lleva desde lo que llamamos vida a lo que denominamos muerte, hasta volver a la vida.
     Por el camino hemos descubierto el engranaje que mueve nuestra realidad, las leyes que rigen el universo.
     Ahora, conociéndolas, se trata que empieces a aplicarlas. Al hacerlo, estarás sintonizándote con el universo y con ello conseguirás que las cosas en tu vida empiecen a funcionar y tendrás la sensación de ser tú quien maneja el mando a distancia de tu vida.


(O sea que toda esta palabrería que os puede resultar como muy así, son Claves, para entender nuestra Vida (lo que yo llamo Vida con Mayúsculas). Es cuestión de que nos pongamos a ello: a conocernos un poco más.

Los próximos temas van a ser de una temática que seguro que va a interesaros a muchos más: va a tratar sobre Astrología Cabalística, un tema apasionante.)

El enlace al canal de youtube, para que lo escuches a tu ritmo y te empapes de esta Sabiduría Ancestral: 

https://www.youtube.com/watch?v=jXSEr5aVJtU






lunes, 23 de octubre de 2017

Método Kabaleb 36.- Adam, Aisha y Eva.-

Adam, Aisha y Eva.
     Si en nuestro fuero interno el sacrificio produce una división de tendencias, en el ámbito del Ego Superior, el "drama" de Binah también produjo una división. El ser humano, que en su primera fase evolutiva era hermafrodita, encerrando en él mismo la polaridad positiva y negativa, al entrar Binah en su período activo, produjo en el alma humana una separación y el primitivo Adam (con m) tuvo que ceder parte de su ser a Eva. A partir de entonces, el hombre debería juntar sus fuerzas sexuales con las de la mujer para dar vida a nuevas almas. Y, lo mismo que en el terreno físico sucede en el espiritual. Para cualquier creación estable son necesarias la colaboración de la Voluntad-Adam y la Imaginación-Eva. (Aquí quiero recordar que lo que llamamos Ser Humano no siempre ha sido como lo conocemos ahora).
     ¿Por qué decimos Adam en lugar de Adán? Este es un error frecuente. Sabemos que la Biblia, el libro que transmite el génesis de nuestra humanidad en forma de historias simbólicas y reales, está escrito con las letras del código hebraico. Así Adam está formado por las letras Aleph-Daleth-Mem. EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA ADAM
REPRESENTA LA HUMANIDAD ANTES DE SER INDIVIDUALIZADA.
     Así como en el primer Día de la Creación, Kether fue el principal centro activo, también en el despliegue de la Oleada de vida humana, la primera forma de vida que existió fue Adam. Este nombre debe escribirse con M final. En las tres letras que lo componen están representados los tres centros de energía que participaron en esta creación. El Aleph es Kether o la Voluntad que lo mueve todo; el Daleth es Hochmah, o el Amor que crea la vida; el Mem es Binah, o la Forma material que da a las virtudes espirituales un vehículo para su manifestación.
     En la terminología alquímica, ese primer estadio de la existencia material representado por Adam recibe el nombre de Azufre, considerado como el padre de todos los metales, su generador, que se encuentra en las múltiples combinaciones materiales a que dio lugar la diversificación de la Creación. La humanidad adamita tenía un nivel de conciencia semejante a los minerales actuales, es decir, ausencia total de conciencia de sí misma. (Una reflexión: se supone y repito lo de "se supone" que la humanidad de hoy día tiene conciencia de sí misma, aunque a veces su actuación sea para ponerlo en duda).
     En el segundo Día de la Creación, el principal Centro activo fue Hochmah. La especialidad de ese Séfira es la de llevar a la madurez aquello que Kether-Voluntad ha iniciado. En Hochmah se encuentra almacenada la corriente luminosa procedente de Kether y el suplemento de luz que correspondería a Binah y al que éste renunció para que fuera posible la existencia de nuevas oleadas de vida; de modo que Hochmah es un auténtico pozo de fuerzas luminosas que sirven para reconstituir la armonía allí donde reina el desorden, el caos y la enfermedad.
     Del mismo modo que en el segundo Día de la Creación el centro activo fue Hochmah, también en la segunda etapa del desarrollo de la Oleada de Vida humana apareció la mujer. La humanidad adamita era hermafrodita, y así lo es el feto en la etapa de su desarrollo en que recapitula ese período. Al entrar Hochmah en fase dinámica, Adam, el hombre primordial, se dividió y el sexo masculino fue separado del femenino.
     Es preciso entender correctamente este proceso, porque una lectura equivocada de la Biblia podría llevaros a pensar que el primer sexo que apareció en la tierra fue el masculino, cuando queda claro que Adam era hermafrodita, hombre y mujer a la vez. (Quiero repetir esto último, para que quede más claro: Adam era hermafrodita, hombre y mujer a la vez).
     En una traducción simple de la Biblia (Génesis II/23), se apunta que Adam dio a ese nuevo estado de ser, nacido de su costado, el nombre de mujer o varona. En realidad la palabra que aparece en el texto de Moisés es Aisha, palabra formada por las letras hebraicas: Aleph-Shin-He. El análisis de esas letras nos permitirá comprender su profundo significado. El Aleph, representa la fuente primordial de la vida en la cual toda voluntad tiene su origen. El Shin es el signo de enlace entre la divinidad y el ser humano, es el terreno de encuentro entre la naturaleza espiritual y la material y, por lo tanto, ilustra el instante en que el ser humano comprende los objetivos de Dios. El He es la fecundidad, la fertilidad material. Este nombre revela un estadio, en el desarrollo humano, en el cual el ser humano posee ya la facultad de comprender, encerrada dentro de sí, y de transmitir esa facultad a través del He a todas las cosas.
     Pero más allá de ese significado, en Aisha, Dios establece una alianza con el ser humano, marcándolo con el Shin, signo que constituye una promesa de redención. Es por ese signo que un día vendría al mundo material Jesús-Cristo, denominado el Hijo, y que además de representar un acontecimiento histórico, aparecería en nuestra propia naturaleza individual. Aisha se manifestará un día dentro de nosotros y nos traerá el hijo tan esperado, y ese será un nacimiento sin la intervención de un varón: será obra de nuestro espíritu que habrá conquistado una categoría superior. (Precioso si supiéramos asumir lo que significa).
     En la terminología alquímica, ese segundo estadio de la existencia material representado por Aisha, recibe el nombre de Mercurio, considerado como la madre de todos los metales.
     En el tercer Día de la Creación el principal centro activo fue Binah. Su especialidad fue servir de fundamento a todo lo creado. Binah sería así la portadora de oscuridad, pero al mismo tiempo la que hizo posible nuestra existencia, la matrona que, en sucesivas etapas, iría "enfriando" las energías primordiales, a fin de que pudiéramos disponer de una Tierra material como campo de operaciones.
     Binah ha sido llamada Madre Oscura del Mundo. Ella ha gestado nuestra Tierra y su representante en el ámbito humano, la mujer, es la encargada de gestar las criaturas.
     Del mismo modo que en el tercer Día de la Creación fue Binah el principal centro activo, también en la tercera etapa del desarrollo de la Oleada de vida humana apareció Eva, cuyo nombre es citado por primera vez en el tercer capítulo del Génesis (3, 20.) Así, tenemos que en Adam la humanidad es hermafrodita, cuando Kether ejerce su dominio. Bajo el dominio de Hochmah la humanidad se divide en dos sexos y el femenino es llamado Aisha. Bajo el dominio de Binah, después de haberse producido el acto de desobediencia a la ley restrictiva de este séfira (el de los luciferes), la mujer primordial recibió de Adam el nombre de Eva y a partir de entonces tuvo la facultad, inherente a Binah, de engendrar hijos. La palabra Eva está formada por las letras Heith-Vav-He.
     Aisha significa la facultad de comprender, reflejada en la propiedad mineral del mercurio. Esta facultad de comprender es la que genera este nuevo nombre, ya que el Heith describe ese estado de las energías en el cual sentimientos y razón se tocan y construyen la base de comprensión de dos mundos, el Emotivo y el Mental. Zodiacalmente el Heith enlaza Piscis con Libra, que es el signo de la mujer. El Vav es el signo de transmisión-enlace de la luz con las tinieblas y de las tinieblas con la luz. La mujer es la que da a luz y también la que recoge la luz-simiente masculina para introducirla en las tinieblas de su organismo físico y elaborar con ella la nueva existencia. El He es el signo de la vida, de la fertilidad. EN TÉRMINOS GENERALES EVA SIGNIFICA: EL SER QUE TRANSMITE LA VIDA.
     Así vemos que a través de Aisha Dios nos transmite la vida espiritual y a través de Eva nos confiere la facultad de transmitir la vida física. En la terminología alquímica, ese tercer estadio de la existencia material, representado por Eva, recibe el nombre de sal, cuya propiedad permite dar un sabor particular a cada cosa, diferenciándolas así entre ellas.
     Como el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y, según el principio hermético, lo de arriba es como lo de abajo, tendremos que esos tres Principios se encuentran interiorizados en él y constituyen las tres fuerzas que trabajan constantemente en su vida.
   Azufre, mercurio y sal corresponden pues a propiedades activas en cada uno de nosotros y que se manifiestan como voluntad, sabiduría e inteligencia que discierne. Es difícil que el azufre de Kether pueda manifestarse en nosotros en toda su pureza porque representa la suprema unidad, mientras que los hombres estamos divididos en sexos, sin constituir aún vehículos apropiados para la manifestación de la unidad.
Desde la cúspide del triángulo supremo, Kether se manifiesta a través de Hochmah o a través de Binah.
     Voluntad-Providencia-Inteligencia: en esas tres palabras se encuentra la clave de nuestra existencia. La Voluntad es una fuerza que nos convierte en seres totalmente libres. Cuando la voluntad se pone en marcha, las circunstancias a nuestro alrededor empiezan a moverse y a configurarse de acuerdo con ella.
     Cuando nuestra Voluntad ha actuado, la fuerza providencial se pone en juego automáticamente y dispara su chorro de luz para llevar a la madurez y a la perfección aquello que la Voluntad ha puesto en marcha. Si la Voluntad deja de actuar, tampoco la Providencia lo hace, ya que son dos fuerzas dependientes la una de la otra. Éste es un punto de aprendizaje fundamental. Sin la Voluntad, la vida se parecerá a esas aguas estancadas en las que todos los parásitos anidan. (Aquí hago otra reflexión: es necesario tener presente lo que se está compartiendo aquí, para no quejarme después de que "no consigo lo que quiero").
     Así es. Pero en ciertos momentos necesitamos detenernos a reflexionar, parar el tren de nuestra vida para considerar aspectos profundos de nuestra personalidad y es correcto que lo hagamos. El dato relevante es comprender que después de esa parada es preciso poner en marcha la fuerza de voluntad para que el tren continúe su camino de evolución.
     Por ejemplo, para salir del estado que llamamos depresión, se requiere un esfuerzo de voluntad. En el ámbito simbólico, una de las principales causas de las depresiones es la necesidad que la persona tiene de cambiar su estilo de vida, su forma de enfocar los problemas y las situaciones cotidianas. Las personas sienten que sus miembros se paralizan, se niegan a responder, cuando tratan de volver a la carga, de seguir por la misma senda que les ha conducido a la depresión. En cambio, cuando son capaces de mirar un poco más allá de sus problemas, de levantar la vista y darse cuenta del nuevo paisaje que tienen delante, ponen en marcha la voluntad y consiguen su victoria personal.
     La unión Kether-Hochmah da como resultado una voluntad expansiva luminosa, que incita al individuo a crear mundos y más mundos, utilizando la prerrogativa divina de expandirse ilimitadamente. Esta facultad sería interiorizada en el elemento varón, dotándolo de simiente generadora que permite la reproducción en el mundo físico y que es al mismo tiempo signo anunciador de fecundidad en el mundo espiritual.
     El tercer centro de energía interiorizado en nosotros se encarga de aplicar la ley. Si la voluntad ha actuado de una manera arbitraria y errónea; si la Providencia ha llevado a la perfección algo que es inadecuado a los ojos de la divinidad, Binah-Inteligencia se encarga de llevarnos a comprender que nos hemos equivocado y con sus correcciones nos enseña a utilizar la Voluntad de conformidad con la ley divina.
     La unión de Kether-Binah da como resultado una voluntad conservadora que aprisiona en sí las cualidades ígneas de Kether-Azufre para dar lugar a una creación selectiva, es decir, creación de elementos conformes a su propia naturaleza y limitados a ciertos condicionamientos. Esto nos permite comprender el misterio de la sexualidad; comprender el impulso del varón a generar de forma indiscriminada, mientras que la mujer, cuando sus propiedades esenciales están en orden, lo ejecuta de forma selectiva, con un varón objeto de elección previa. Por otra parte, mientras el varón en el espacio de nueve meses puede generar una cantidad indeterminada de hijos, la mujer debe contentarse con una sola fecundación.
     Ya tenemos pues constituida la pareja humana, tal como funcionará en lo sucesivo. Kether-Hochmah será el hombre y Kether-Binah la mujer. Nos referimos a la especie, ya que en lo individual, las sucesivas encarnaciones que el Ego (con mayúscula) ha efectuado desde entonces han propiciado que la vertiente femenina del varón esté muy potenciada y que la vertiente masculina de la mujer lo esté también.
     Así pues, tres son las fuerzas activas en nosotros. De la primera recibimos una libertad absoluta: nada se opone al ejercicio de nuestra Voluntad. De la segunda obtenemos una ayuda divina, que es como una recompensa a nuestros esfuerzos y, en virtud de esa Gracia Providencial, nuestra obra alcanza su grado de perfección. La tercera de esas fuerzas nos obliga a plegarnos a la Ley y, por lo tanto, propicia que nuestra libertad sólo pueda ser ejercida en actos que sean conformes al designio divino. Pero la Inteligencia de Binah jamás actúa antes, sino después. En la medida que hayamos abusado de nuestros poderes creadores, nos veremos sometidos a la Ley.


(Corazones, como repito, una vez más, aunque puede sonar un poco farragoso, todo esto son temas para reflexionar muy profundamente. Le deberíamos dedicar un poquito de nuestro tiempo ¿de acuerdo?) 




domingo, 22 de octubre de 2017

Madeleine 14.

El principio crístico está siempre en nosotros.
Es la fuente de nuestra capacidad de amar.
Es un principio andrógino, en el que los opuestos y complementarios son solo Uno.
El androginato es la búsqueda o la atracción magnética entre dos polos. 
De hecho es la fusión de los polos en una sola fuerza creativa, en un solo principio.
Eso es el cristo interior, el cristal de luz que vibra aún en la oscuridad.

Ida no existe sin pingala, el yin no existe sin el yang, la intuición no es útil sin el raciocinio, 
la luz no se ve sin la oscuridad, la acción no existiría sin el reposo.
La atracción magnética entre dos polos aparentemente opuestos,
es inevitable y es natural. No neguéis esa dinámica del amor.

Es completamente legítimo, e incluso necesario, la búsqueda de la pareja que nos complemente, 
porque todos anhelamos completarnos en ese androginato espiritual.
Sentir y necesitar la completitud, en el ser humano es un proceso natural para dirigirse hacia la Unidad.
Las leyes del amor contienen siempre ese principio crístico y andrógino.
Todas las relaciones humanas de pareja vibran en esa sintonía, 
ya sean en una frecuencia más lenta o más rápida, 
con intereses o sin, con sufrimiento o sin.
La clave es ese anhelo del androginato, el recuerdo de quién éramos y aún somos.
Esa es una búsqueda que os parece eterna, porque estáis en la Tierra…

Asumid vuestra humanidad, admitid esa búsquela espiritual dentro de lo humano.
Podréis distinguir la fuerza complementaria sana y evolutiva para vuestra vida, 
cuando sintáis que aquella persona no os resta energía sino que os la proporciona, 
o sea cuando os impulse; percibiréis que algo de ella os llena y revitaliza. 
Cuando sintáis esa fuerza de regeneración en cuerpo, mente y alma, 
es que aquella fuerza polar os está llevando hacia el androginato y la completitud de vuestro Ser.
No tengáis miedo de la gran fuerza magnética que contiene el Amor.

(Palabras de Magdalena para el 2010 de Marta Povo, tan válidas como entonces).