domingo, 11 de junio de 2017

Casos verídicos: De los padres.

A raíz de la entrada anterior, se me ocurre también:

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De la res-ponsabilidad de los padres.

Seguro que si te pregunto por tu relación con tus padres, tu primera respuesta, casi de forma compulsiva, automática y a boca-jarro, va a ser: "Mis padres son (han sido) unas buenísimas personas, unos magníficos padres".
NO estoy cuestionando lo "buena gente" que ha sido tu padre y tu madre. No lo pongo en duda.
Ocurre que, si escarbo un poco, sólo un poco, tengo que ir Aceptando que “Es cierto que: no me sentí Amad@ como hubiera necesitado …; No me sentí Aceptad@ como necesitaba …; No me sentí … como me hubiera gustado; No me … como ...”
Como seguramente ya me habéis escuchado/leído en alguna ocasión: *”La cuestión NO es “Qué” ocurre, sino “Cómo” yo vivo eso que ocurre”. Y más en un niño, que no tiene la capacidad de raciocinio de un adulto.
Me viene a la memoria lo que comparte mi querida profe Ana Daza: El ego es el escudo que construye un niño, al sentirse rechazado por lo que es.”
Cuando soy adult@, se supone (repito siempre lo de “se supone”) que tengo (o debo tener) el raciocinio de pensar, reflexionar por mi mism@ acerca del papel que mis padres han tenido en mi vida: Ellos han hecho según han sabido y podido, dependiendo de sus circunstancias y conocimientos, AL IGUAL QUE YO LO HAGO CON MIS HIJ@S Y CON TOD@S. Yo lo he experimentado de una determinada manera, en función de mis necesidades de niñ@. No siempre han coincidido mis necesidades con lo que yo “he percibido, sentido” que mis padres hacían conmigo en un momento determinado.
Es un magnífico ejercicio de auto-conocimiento el reflexionar acerca de estas cuestiones. :) 
Si tus padres viven, sería una preciosa sugerencia el darles la oportunidad de que te cuenten “su versión” de la película de tu vida. Su versión personal de “¿Por qué actué en ese momento de esta manera determinada? Y que, muy probablemente te hizo daño, porque tu no te sentías … … … como te hubiera gustado, como hubieras necesitado … … … ”
Dales la oportunidad de que te compartan su sentir.
Acepta que no lo han hecho de otra manera porque NO sabían o NO podían, o ambas cosas a la par.
Perdona-te a ti mism@ pro haber arrastrado durante tanto tiempo ese rencor hacia ellos.
Analizo mi res-ponsabilidad como padre/madre de mis hij@s. Siempre desde la aceptación de lo que comparte Kahlil Gibran:

"""Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad."""






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