Pero ¿un espíritu poco avanzado siempre se acerca para molestar, por ejemplo, a un médium?
No. También se puede acercar porque necesita ayuda para salir de una circunstancia dolorosa. Si se trata de un espíritu que por cualquier razón se ha aferrado fuertemente a la vida material, no percibe la ayuda que se le está ofreciendo directamente desde el mundo espiritual. El médium es para ellos como un faro en medio de la niebla, por el estado de turbación en que se encuentran, y puede servir de intermediario para proporcionarle la ayuda necesaria para encaminarle hacia su destino en el mundo espiritual.
Pues la mediumnidad no goza de demasiada buena reputación en este mundo.
Ya. Suele pasar en los mundos de vuestro nivel evolutivo.
¿Por qué razón?
Existen varias razones. Una es por el mal ejemplo que dieron aquellos que intentaron utilizar el contacto con el mundo espiritual para lograr objetivos oscuros y egoístas, atrayéndose la influencia de los espíritus más bajos, o de aquellos que la convirtieron en un fraude, intentando enriquecerse a su costa. También se la ha perseguido y desprestigiado de todas las maneras posibles porque no convenía a los poderosos de la Tierra que se desarrollara, ya que el conocimiento que se obtiene directamente del mundo espiritual puede hacer que la humanidad se despierte y tome conciencia de la realidad espiritual, del auténtico propósito de la vida e intente liberarse de las cadenas que le impiden evolucionar, de forma que pierdan estos poderosos toda su influencia para engañarla y manipularla, con el fin de seguir explotándola en su beneficio.
Pero ¿qué sentido tiene que haya personas que tengan esta conexión especial para ser intermediarios de los demás con el mundo espiritual, si cada uno tiene su propia conexión?
Si cada uno de los seres humanos tuviera abierto su canal con el mundo espiritual no sería tan necesario que encarnaran espíritus con el objetivo de servir de canal del mundo espiritual para los demás. Sin embargo, debido a la enorme dificultad que encuentran muchos seres en este mundo para activar su propia conexión, sea por falta de voluntad, por desconocimiento o por temor, se privan de recibir directamente la ayuda que necesitan. Entonces el mundo espiritual se sirve de ciertos espíritus, que vienen con la misión específica de servir de portavoces para transmitir los mensajes que les son necesarios a los espíritus encarnados para su evolución. Tened clara una cosa, el contacto entre el mundo espiritual y el mundo de los encarnados siempre existirá porque le es necesario al espíritu encarnado recibir ayuda espiritual para progresar, no importa cómo ni de qué manera se produzca este contacto.
Si no he entendido mal, al igual que existen en el mundo espiritual espíritus bienintencionados que pretenden ayudarte, también hay espíritus poco avanzados que intentan hacer todo lo posible para que no avances y estos también pueden contactar contigo. ¿Cómo sabe uno quién es su interlocutor al otro lado y qué intenciones lleva?
La calidad del mensaje es la mejor forma de conocer la capacidad del autor. Si se trata de un mensaje bueno y útil, que llega al corazón y sirve para avanzar en el amor, entonces no tengáis duda de que se trata del mensaje de un buen espíritu. Si el mensaje intenta estimular el egoísmo en alguna de sus manifestaciones, por mucho que el interlocutor se haya identificado con un nombre célebre, tipo Jesús, la Virgen o Santa Teresa, entonces tened por seguro que se trata de un impostor que no lleva buenas intenciones. Como Jesús hubiera dicho: “Por sus frutos los conoceréis. El árbol sano no puede dar malos frutos ni tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos”.
¿Y de qué depende que contactemos con unos espíritus u otros?
El contacto mediúmnico se parece mucho al que podéis tener con alguien a través de Internet, ya que en ninguno de los dos casos podéis ver físicamente a vuestro interlocutor. En ambos, podemos contactar con personas de lugares lejanos y puesto que no las conocemos, puede haber gente con buena intención o gente con mala intención que intente engañarnos. Dependiendo de la afición que tengamos entraremos en contacto con un tipo de gente u otro. Si a alguien le atrae cierto tema, buscará un chat o un foro con esa temática, en el que contactará con personas que tienen esa misma afición. Si por ejemplo alguien está buscado entrar en una ONG para ayudar a los demás, buscará páginas web o foros con esa temática. En estos foros es más difícil encontrar a gente con malas intenciones, porque no es el tipo de temática que interesa a los que no traen buenas intenciones. Pero si uno entra en foros que prometen enriquecerse sin esfuerzo o encontrar una pareja elegida de un catálogo, que tenga por seguro que nada bueno puede salir de ello. De igual forma, sea uno médium o no, se atraerá la influencia de espíritus más o menos elevados, por la afinidad de pensamiento y acción con ellos. Es decir, una persona aficionada al juego y las apuestas se atraerá la influencia de espíritus ludópatas que no se han desprendido de sus adicciones después de morir, los cuales estimularán su adicción al juego para satisfacer sus propias expectativas. En el lado contrario, si alguien tiene deseos de ayudar a otra gente, se atraerá la influencia de espíritus benefactores que le ayudarán a conseguir sus objetivos. Por tanto, la mejor garantía para obtener contacto con los espíritus elevados o bienintencionados es la sincera voluntad de emplear las comunicaciones para la mejora espiritual de uno mismo y de los demás. La elevación de sentimiento y pensamiento genera en el médium y en su entorno un nivel vibratorio elevado que impide la entrada de espíritus de baja vibración que no lleven buenas intenciones.
¿Puede ocurrir que una persona, sea médium o no, caiga víctima de las influencias de los espíritus negativos y, aunque quiera cambiar, no pueda retomar el buen camino por culpa de ellos?
No. Depende de uno mismo seguir por un camino u otro. Puede ser difícil deshacerse de antiguos compañeros de fechorías, que tratarán de influir para no perder a su víctima, pero no pueden más que la propia voluntad de uno mismo, ya que sería una vulneración de la ley del libre albedrío de cada uno. Además, como ya he dicho, todos tenemos un espíritu guía personal, un ser altamente evolucionado que es nuestro tutor espiritual y protector. Es el que ha sido llamado por la religión el ángel de la guarda. Este ser tiene más poder por sí mismo que todos los espíritus inferiores juntos y siempre está a nuestra disposición para orientarnos y estimularnos en el camino correcto. Si él quisiera podría apartar de un plumazo a los espíritus menos evolucionados que nos molestan continuamente. Pero ocurre muchas veces que la persona no quiere esta ayuda y, por respeto a su libre albedrío, el “ángel de la guarda” se mantiene a la espera, permitiendo que su pupilo se junte con las compañías que ha querido buscarse, aguardando el momento en que quiera volver a escucharle. También existen otros seres, que aunque no son tan evolucionados, nos suelen seguir la pista para ayudarnos, como por ejemplo ciertos seres queridos o familiares y amigos ya fallecidos u otros espíritus benefactores, que aunque no nos son conocidos se dedican a ayudar a quien lo necesita. Pero, nuevamente, si la persona no quiere escucharles o recibir su ayuda, no tienen más remedio que esperar una mejor ocasión.
¿Y cómo deshacerse de la influencia de estos espíritus negativos?
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