¿Entonces la Sábana Santa y la imagen que se ha encontrado en ella es verdadera?
Pues sí.
¿Y por qué las pruebas del carbono 14 no la fechan cuando toca?
Lo único que os diré al respecto es que hay algo en el procedimiento que se realiza para fechar que da por cierto algo que no lo es y por eso no cuadran las fechas. Pero esto es desviarnos del tema porque, sea o no la Sábana Santa el lienzo que envolvió a Jesús después de su muerte física, es irrelevante para lo que estamos contando, como lo es que el cuerpo se desintegrara o se descompusiera lentamente como lo hacen todos. Todo esto es irrelevante respecto al mensaje espiritual, así como su concepción, y si María era virgen o no. Os habéis quedado con los sucesos que os parecen extraordinarios, pero que son irrelevantes desde el punto de vista espiritual, y habéis dejado de prestar atención a lo realmente importante, que es el mensaje que Jesús transmitió.
¿Y entonces cómo se le apareció a los apóstoles, si es que realmente se apareció a ellos, después de la muerte?
Las apariciones posteriores a los apóstoles u otras personas con las que convivió no se produjeron con el cuerpo que utilizó en vida, sino que se apareció en forma de cuerpo astral, como se aparecen muchos seres que han fallecido en los lechos de sus seres queridos para despedirse, estando su cuerpo físico inerte en el lugar donde murieron, o en el ataúd. Y es que un cuerpo astral, bajo ciertas circunstancias especiales, puede “condensarse” hasta tomar la apariencia y la solidez casi de un cuerpo físico, y más cuando se trata de un espíritu con la capacidad de Jesús, y esto es conocido por muchos investigadores de los fenómenos que llamáis paranormales.
¿Y tienen algún sentido las afirmaciones proféticas del tipo “en el final de los tiempos los muertos resucitarán”?
Los espíritus de los seres ya fallecidos están regresando continuamente al mundo físico a través de la reencarnación. Es decir, no van a esperar a una supuesta época llamada final de los tiempos para volver. La reencarnación de los espíritus es un proceso que siempre está en marcha mientras haya una humanidad viva en un planeta físico. Lo que sí es verdad es que en la actualidad, y debido a la explosión demográfica, están encarnando simultáneamente mayor cantidad de espíritus que en otras épocas de la historia, coincidiendo con el final de un ciclo, también para que estos espíritus tengan la oportunidad de encarnar en un momento de gran importancia evolutiva. Es la única manera en la que se puede entender la frase “en el final de los tiempos los muertos resucitarán”.
¿Y qué hay de la creencia en el pecado original, es decir, aquello de que por haber pecado los supuestos ancestros de la humanidad (Adán y Eva), los descendientes deben pagar las consecuencias de sus actos?
Te contestaré a esto con un ejemplo. Imaginad que un señor atraca un banco y en la huida se estrella con el coche y muere. Ante la imposibilidad de juzgarlo, el juez toma la decisión de que el hijo del atracador pague los delitos de su padre y vaya a la cárcel en lugar del padre. ¿Consideraríais justo a un juez que tomase esa decisión?
Desde luego que no y no creo que haya ningún tribunal de un país civilizado que tome semejante decisión.
Si para la justicia humana os parece una aberración culpar a un hijo de algo hecho por el padre, ¿por qué creéis que la justicia divina puede ser peor que la humana? En el mundo espiritual cada uno ha de responder por sus propios actos, jamás por los actos cometidos por otros. Por lo tanto, la creencia en el pecado original o en faltas “heredadas” de los antepasados es injusta y carece de fundamento alguno.
¿Y de dónde puede venir esa creencia en pecados heredados de los antepasados?
Lo que sí que ocurre es que uno ha de responder por sus propias acciones y estas pueden venir de vidas pasadas, de modo que puede ocurrir que algunos de nuestros antepasados fuéramos en realidad nosotros mismos viviendo una encarnación anterior. Este es el único sentido correcto en que puede interpretarse una creencia semejante y solo es entendible si se acepta la existencia de la reencarnación.
También has dicho que no es cierta la creencia en que la sexualidad es algo pecaminoso y que el que se abstiene de relaciones sexuales es más puro y elevado que el resto.
Así es. Y me gustaría saber de dónde han sacado esa afirmación que ha servido para imponer el voto de castidad para los religiosos, sean estos sacerdotes, monjas o frailes.
Supongo que se basa en el ejemplo que dio Jesús.
¡Vosotros no conocéis la vida íntima de Jesús para afirmar que no tuvo relaciones sexuales! Jamás dijo Jesús públicamente que abstenerse de las relaciones sexuales era acercarse a Dios o ser más puro. Si así fuera y todos los humanos tomaran la decisión de abstenerse de relaciones sexuales de por vida, ¡en un plazo de ciento veinte años se habría extinguido la vida humana en la Tierra! ¿No os parece que entra en contradicción con lo de “creced y multiplicaos”? Ya me diréis si conocéis otra forma de multiplicarse que no sea a través de la relación sexual. ¡Porque en épocas pasadas no podían recurrir a la fecundación in vitro!
¿He de entender de tus palabras que la relación sexual ha de tener siempre como motivo la procreación?
No, hombre. Ya hemos hablado de ello ampliamente. La relación sexual para el espíritu avanzado es una manifestación de amor íntimo. Otra cosa muy diferente es cuando para satisfacer los deseos sexuales se cometen abusos de todo tipo y se vulnera el libre albedrío de las personas, sobre todo de las más indefensas, como mujeres y niños, que son dedicados al comercio del sexo (hablo de la prostitución y la pedofilia), o se manipula y engaña de mil maneras para obtener sexo diciendo que se ama cuando en realidad es mentira, algo que ocurre muy frecuentemente en vuestro mundo. Todo eso sí que lo denunció Jesús. Tened en cuenta que en la época de Jesús, la mujer era considerada poco más que una esclava del hombre en todos los aspectos, incluido el sexual, y no tenía prácticamente ningún derecho. Los hombres podían hacer lo que les viniera en gana sin que nadie les dijera nada y la mujer tenía que soportar los abusos del hombre con la bendición de la religión, como por ejemplo cuando se repudiaba a las mujeres y se las condenaba a la prostitución por no tener forma alguna de sobrevivir. Jesús luchó mucho por defender los derechos de la mujer, para que dejara de considerársela una esclava sexual, y también para reprender a aquellos que las culpabilizaban, haciéndoles ver que ellos eran responsables de su lamentable situación. Pero la Iglesia ha transformado todo esto en un alegato contra la sexualidad.
Pues la Iglesia ha hecho bandera de esa relación entre la pureza y la castidad con el ejemplo de la Virgen María, la madre de Jesús.
Si dejamos a un lado el tema de la concepción de Jesús, María, como la mayoría de mujeres, fue virgen solo hasta que empezó a tener relaciones sexuales con su pareja, José, fruto de las cuales tuvo varios hijos e hijas, que son los hermanos de Jesús. Y lo más llamativo es que esto último está recogido en los Evangelios que los cristianos dicen seguir, cuyos autores no vieron ningún problema en que Jesús, como la mayoría de seres humanos, tuviera hermanos, y no se tomaron la molestia de ocultarlo, como intenta hacer la Iglesia actualmente. Que María tuvo más hijos y que estos tenían nombre y apellido está reflejado en diversos versículos de los Evangelios (Marcos 6, 3; Mateo 13, 55; Mateo 12, 46-47, Lucas 8, 19-20). Os cito algunos a modo de ejemplo:
“Mientras él aún hablaba a la gente he aquí que su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: ‘Aquí están tu madre y tus hermanos que quieren verte’.”
“‘¿No se llama su madre María y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?’ Otros decían: ‘Pero ¡si es Jesús, el hijo de José, el carpintero! María es su madre, y sus hermanos son Santiago, José, Simón y Judas. Sus hermanas aún viven aquí. ¿Cómo es que Jesús sabe tanto y puede hacer estos milagros?’”
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