lunes, 18 de septiembre de 2017

Método Kabaleb 22: El Gran Silencio.- La Patria.

     (Voy a seguir con este apasionante viaje al Más Allá. Ya lo he indicado alguna vez, y lo repito: no nos creamos que cuando nos morimos, nos vamos del tirón al cielo, ni mucho menos. Me he acordado de una frase que he escuchado más de una vez: "Aprender a morir es aprender a Vivir", aunque la palabra Muerte, le sigue dando tanto yuyo, todavía a muchas, a demasiadas quizás personas. C'a uno es c'a uno)

Capítulo XIV - El gran silencio.
     Después del paréntesis sobre los moradores del mundo de Deseos, prosigamos con el tránsito (Tránsito, esa es la palabra) entre la vida y la muerte. Maticemos que lo primordial en el proceso relatado es hallar el nexo de unión con el vivir cotidiano, con nuestro propio modelo de evolución. En efecto, si lo concebimos como un proceso anecdótico que tiene lugar en otros planos, servirá para bien poco. Ha de ser una enseñanza práctica, que podamos aplicar a diario. (Que digo yo que toda enseñanza, para que surta algún efecto, tienes que: practicar, practicar y practicar, si no, no sirve de nada).
     Por fin llega el momento en que el alma continúa su trayecto hacia más elevadas tareas y se produce la “muerte” del cuerpo de deseos, como sucediera en su día con el
cuerpo físico. Entonces la vida se retira al cuerpo mental, incorporando a él los átomos gérmenes de los cuerpos físico, etérico y de deseos.
     Hemos realizado por lo tanto una serie de trabajos en la tierra con el cuerpo físico; después éste se ha muerto y hemos laborado con nuestro cuerpo de deseos en el mundo de Deseos y después de liquidar también a este último, nos disponemos a realizar tareas de crecimiento con el cuerpo mental, en el mundo del Pensamiento. (Ya sabemos que el Cuerpo Mental es uno de los Cuerpos -por llamarlos de alguna forma- de que se compone el Ser Humano, no solamente este cuerpito físico).
     Parece un tanto complejo porque manejamos conceptos poco conocidos. En cambio, si estuviéramos pensando en la práctica de un deporte, nos parecería lógico asumir el uso del cuerpo físico. Si habláramos de una relación amorosa, las emociones estarían en liza. Si el ejemplo fuera un examen de filosofía, sabríamos que debemos emplear el cuerpo mental. (Como siempre, magníficos ejemplos para entenderlo mejor). 
     Todos los días utilizamos los tres cuerpos, (el que NO somos conscientes de ello, es nuestra historia personal) es lógico que al prepararnos para una nueva existencia terrenal, debamos repasar el trabajo realizado en cada uno de ellos y grabarlo en el disco duro. (Deberíamos hacer, y me da que, en la inmensa mayoría: no lo hacemos).
     A diferencia de lo que sucede con nuestro cuerpo físico, el cadáver del cuerpo de deseos nunca se descompone, porque la materia que lo forma tiene una vida autónoma. Las formas abandonadas por el alma siguen flotando y son conocidas con el nombre de cascarones. Esos cascarones son capaces de transmitir los sentimientos de la persona que los habitó. A veces los elementales juguetones los ocupan, les imprimen movimiento y dan la sensación de estar vivos.
     Los cascarones constituyen el elemento pintoresco del mundo de Deseos. Su existencia puede comprenderse por lo referido con anterioridad. Si en los mundos inferiores la materia se desagrega porque se encuentra sometida a la fuerza de repulsión activa en ellos, en los mundos superiores, cuando el cuerpo que corresponde a esos mundos muere, queda flotando durante miles de años y ese
cuerpo muerto, llamado cascarón, conserva las virtudes del alma que lo habitó. Si un habitante del mundo de Deseos se pone dentro de ese cascarón, podrá
manifestarse como lo hizo su dueño y engañar así a los que, en la tierra, invocan al propietario del cascarón. (Se me ocurre que hay muchas, muchas, muchas personas que se dejan engañar por esos cascarones).
     Las personas que practican el espiritismo, la ouija u otros métodos para atraer espíritus suelen encontrárselos y piensan que les ha contestado el espíritu de Napoleón, de Cervantes o de Galileo. Se trata tan solo de un espíritu burlón que se ha calzado un cascarón famoso, en la mayoría de los casos. (Nos dejamos engañar con lo que queremos. Nadie nos engaña, está claro: nos dejamos engañar).
     Esas "ocupaciones" sólo se llevan a cabo con los cascarones de individuos célebres. ¿A quién se le ocurriría irrumpir en el cascarón de un Juan nadie? Y así el ocupante puede permitirse el lujo de presentarse y adquirir notoriedad en una sesión mediumnímica diciendo que es Shakespeare, Platón o Goya. Si se manifiesta como pintor, gracias a la memoria de su pasada habilidad que posee el cascarón, podrá inspirar cuadros al médium en el más puro estilo del pintor que utilizó aquel cuerpo de deseos, y todos se asombrarán del prodigio, sin que nadie se permita dudar que ha estado en contacto con el espíritu de Goya o Velázquez, o de quien sea. Quienes utilicen el cascarón de Platón, se expresarán como el sublime filósofo griego, pero todo cuanto digan puede encontrarse en los libros que dejó el maestro de Atenas, con las mismas palabras o con otras equivalentes. Un cascarón no se inventa nada nuevo
     Hemos visto anteriormente que la persona abandona su cuerpo de Deseos para vivir en su cuerpo Mental. El tránsito de un mundo a otro se realiza sin pérdida de conciencia. El individuo vive de una forma lúcida el hecho de abandonar un estado para entrar en otro y ese tránsito se acompaña de una inefable felicidad. Ello es debido a que, aun siendo el cuerpo de Deseos una magnífica plataforma experimental, casi siempre lo vivimos como un lastre, como un peso de obligada carga y el momento en que nos desconectamos es vivido como una liberación. En términos prácticos podría decirse que cuando conseguimos, en algún terreno de la
vida, que finalice el dominio de las emociones, sentimos una liberación. (Si no tenemos emociones, somos como máquinas ¿no? Otra opción es que he alcanza el satori, la iluminación. También puede ser).
     En muchas escuelas iniciáticas ese paso entre el cuerpo de Deseos y el cuerpo Mental se conoce con el nombre de "el Gran Silencio", porque todo se acalla alrededor del alma y se siente sola, pero bañada en la sublime armonía del universo. El alma tiene el sentimiento de estar entrando en su patria y se encuentra como el que regresa de un largo exilio.
     Como contrapunto práctico, podríamos decir que para superar los estados pasionales en los que a menudo nos sentimos naufragar, es necesario entrar en el “gran
silencio.” O sea, cuando los caballos de la emoción se desbocan, es preciso separarse un poco del mundo, acudir a un balneario, a la playa o a la montaña, para buscar el
SILENCIO que aquiete el alma. (Silencio, esa palabra que se me repite muy a menudo últimamente. Por algo será).

La patria.
     Tras el "gran silencio" viene el despertar y el alma se encuentra en una región denominada Segundo Cielo, situada en la parte inferior del mundo del Pensamiento, conocida como Región del Pensamiento Concreto. (Ya sabemos que también existe el Pensamiento Abstracto)
     En las escuelas iniciáticas se suele llamar patria al mundo del pensamiento, porque dichas instituciones trabajan con el cuerpo del Pensamiento y sus adeptos sienten que ese mundo es su patria. Otros, más identificados con el mundo de Deseos, dan el nombre de patria a esa sorprendente esfera antes descrita. La denominación patria encaja a la perfección con uno y otro mundo, del mismo modo que la de exilio es acertada cuando se habla de la Tierra, puesto que el mundo físico es para nosotros una morada provisional, en la que sólo podemos vivir un periodo limitado de años,
mientras que en los demás mundos la limitación es inexistente.
     Si sabemos que la tierra es una morada provisional, todo lo que encuentras en ella, en el plano material, también lo es. Así que resulta absurdo, desde un punto de vista mental, apegarse a nuestras posesiones terrenales. (El des-apego es fundamental en una vida medianamente en Paz. Todavía hay muchas personas que se creen que este plano físico es lo único que existe. Cada uno nos creemos lo que queremos creer, vuelvo a lo mismo. Ya va siendo hora de que nos espabilemos un poco y nos demos cuenta de eso. Como dicen los budistas: El mayor motivo de sufrimiento es el apego, a las personas o a las posesiones materiales).
     La patria es una extensión de nuestro propio hogar, la zona donde nos sentimos o deberíamos sentirnos cómodos, sin problemas, en confianza. Donde no se tienen en cuenta los errores, maldades, incompetencias que hayamos podido cometer, porque es nuestra casa, porque somos de allí.
     Y en la patria del cielo los habitantes miran hacia la tierra con otros ojos; te ven como obreros de la vida que experimentan en el destierro sus poderes creadores, para un día ser sabios, bondadosos, excelentes. Así nos sentimos cuando emergemos del gran silencio y nos encontramos en la casa de Dios, donde un día moraremos definitivamente sin que nada nos obligue a nuevos destierros. (O como tengo entendido que ocurre, que hay Almas con un Amor tan grande y un nivel de evolución tan alto, que no tienen por qué volver, y sí lo hacen para "echar una manita" a estos humonitos, que estamos mu perdíos, mu perdíos, mu perdíos).

El link al canal de youtube, por si prefieres escuchar: 

https://www.youtube.com/watch?v=8qLXKLqJ5ZA





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