Quiero
compartir retazos del texto "Conocimiento de Sí Mismo" del
Dr. I. K. Taimni (Iqbal Kishen Taimni, 1898 – 1978 profesor de
Química Inorgánica en la Universidad de Allahabad (India). Estos
datos son para mostrar que NO es un supuesto iluminado, sino que
habla desde la experiencia y conocimiento de la parte más física
del ser humano y su profundo estudio durante toda su vida, de lo que
hay más allá de eso puramente físico.
Taimni
decía "Un creciente número de personas inteligentes propensas
a lo espiritual, está apartándose de las ideas ortodoxas sobre
religión y filosofía, para emprender la búsqueda de la Realidad
Primaria que está oculta en lo interno de todo ser humano, y que es
la meta final de todo empeño espiritual y autodisciplina."
Añado: Si estás escuchando/leyendo esto, formas parte de ese
"creciente número de personas inteligentes ..."
"""Podemos
ahora tratar brevemente de algunos de los hechos des cubiertos por
Ocultistas acerca de la constitución interna del hombre. Estos
hechos son el fruto de descubrimientos realizados por un gran número
de investigadores que han logrado desarrollar sus facultades sutiles
y examinar los fenómenos de los planos internos de una manera
perfectamente científica. En efecto, para un número de Adeptos
avanzados estas cosas pertenecientes a los planos sutiles son
cuestión de experiencia directa, del mismo modo que los fenómenos
de la vida física lo son para el hombre corriente que vive en su
cuerpo físico. (Recuerdo que hay muuuuchas personas con
capacidades (que todos tenemos) más desarrolladas y capaces de Ver
más allá de lo puramente físico)
El
hombre tiene una constitución muy compleja y funciona en varios
vehículos de conciencia. Su conciencia tiene sus raíces en el plano
más elevado y es parte de la conciencia del Logos de nuestro sistema
Solar, y desciende paso a paso hasta el plano físico que está,
digámoslo así, en la periferia de la conciencia Divina. En cada
plano del sistema Solar, esta unidad de conciencia individualizada se
apropia materia de ese plano, y con ella prepara gradualmente un
vehículo por medio del cual puede funcionar en ese plano con
eficiencia cada vez mejor. Consideremos una de tales unidades de
conciencia y anotemos de una manera amplia y general unos pocos
hechos acerca de los vehículos que se apropia y la relación que hay
entre ellos. El primer punto que anotar con respecto a estos
vehículos es que, yendo de la periferia hacia el centro, los
vehículos son menos densos y la conciencia va predominando más y
más.
Conforme
a la Teosofía, la totalidad del sistema Solar tiene su base en la
conciencia Solar y de ella se deriva; y la manifestación en los
planos sucesivos significa una creciente materialización de la Vida
del Logos y también que su Conciencia se envuelve en velos cada vez
más densos. En este descenso plano tras plano la conciencia pierde
paso a paso sus poderes y atributos, hasta que al llegar al plano
físico más externo estas limitaciones alcanzan su límite máximo.
Es evidente, pues, que cuando la conciencia regresa hacia adentro
(como en las prácticas de Yoga, por ejemplo), y se reversa el
proceso de descenso, estas limitaciones deben desaparecer una tras
otra, y la conciencia debe ser capaz de funcionar con creciente
libertad, acercándose siempre en este reverso progresivo al
esplendor irrestricto e incondicionado de la Conciencia Divina.
El
segundo punto que tenemos que anotar con respecto a estos vehículos
es que a pesar de la multiplicidad de ellos y las grandes diferencias
en la índole de manifestaciones por medio de ellos, la conciencia
que funciona a través de ellos es una misma y es un rayo de la
Conciencia Divina.
Al
estudiar al hombre y su constitución tan compleja, por conveniencia
podemos dividirlo en diferentes componentes; pero esto no debe dar la
impresión de que en él existen diferentes entidades que operan en
él, unas dentro de otras. La conciencia que funciona por medio de un
juego completo de vehículos, es indivisible; pero sus diferentes
aspectos van surgiendo en mayor o menor grado conforme a la índole y
desarrollo del vehículo por medio del cual está trabajando en
determinado momento.
El
siguiente punto que tenemos que anotar con respecto a estos vehículos
es el de que si bien cada vehículo está en su propio plano y la
manifestación de conciencia por medio de ellos difiere en cada
plano, parece que los vehículos funcionan en juego de tres. La
conciencia que opera como un todo en cada uno de esos juegos de
vehículos, es una unidad, aunque esta unidad esté subordinada y
contenida dentro de la siguiente unidad mayor de manifestación de la
conciencia. (Se me ocurre que como las Matrioshkas, esas muñecas
rusas)
Los
tres vehículos más densos (Físico, Emocional y Mental inferior)
forman el juego de vehículos de la personalidad, por medio del cual
funciona muy limitadamente la conciencia. Constituyen la esfera de la
PERSONALIDAD.
Los
tres vehículos superiores (Causal, Intuicional y Volitivo) forman el
juego de vehículos de la INDIVIDUALIDAD, por medio del cual opera
más ampliamente la conciencia. Constituyen la esfera de la
Individualidad, que incluye la de la personalidad.
La
PERSONALIDAD es esa conciencia humana limitada y corriente que opera
por medio de los cuerpos físico, emocional y mental inferior. Como
estos tres vehículos son temporales y se forman de nuevo a cada
encarnación, la personalidad es evidentemente una manifestación
temporal que se disuelve y desaparece al ir destruyéndose estos tres
cuerpos uno tras otro durante la progresiva recesión de la
conciencia que tiene lugar después de la muerte. Si bien la
conciencia que opera por medio de la personalidad es un tenue rayo de
la Conciencia Divina, se ha olvidado de su origen Divino por culpa de
las limitaciones e ilusiones de los planos en que funciona; y así
nace esta entidad temporal que se cree independiente y separada de
otras. Esta entidad se mueve sobre el escenario del mundo durante
unos años; se retira a los planos sutiles después de la muerte del
cuerpo físico, y, después de pasar un tiempo más o menos largo en
esos planos se disuelve finalmente y desaparece para siempre.
Pero
los hombres, identificados con esta entidad ilusoria, se mantienen
embargados en sus mezquinos intereses, olvidadizos de su destino
mayor y de la vida mucho más espléndida que se oculta tras la
máscara de la personalidad. Los pocos que ven a través de esta
ilusión emprenden la senda que finalmente los conduce a la
realización de su naturaleza Divina y los capacita para usar su
personalidad como instrumento de su Yo Superior. La inmensa mayoría
nace, vive y muere en esta ilusión; pasan de una a otra existencia y
viven una y otra vez tan inconscientes de su verdadera naturaleza
como las flores del campo o las aves y bestias de la selva. (Se me
ocurre que probablemente las flores del campo, las aves y bestias de
la selva, sean más conscientes de su auténtica naturaleza que el
ser humano, que se considera un ser inteligente, o se supone).
El
siguiente componente de nuestra constitución interna es la
Individualidad, el Yo Superior, llamado también el Ego. Representa
el elemento espiritual en el hombre. Es el Ser Inmortal que dura vida
tras vida y gradualmente desarrolla todos los atributos y poderes
Divinos que lleva dentro de sí, durante el largo período cónico de
su evolución.
Esta
INDIVIDUALIDAD, si bien trabaja bajo las limitaciones de sus propios
planos, está sin embargo, muy por encima de las más crasas
ilusiones que enturbian la visión de la personalidad y la hacen
pensar de sí misma como de una entidad separada que lucha por su
existencia independiente contra todas las demás manifestaciones de
la vida Divina. El hombre como Yo Superior se da cuenta de la unidad
de la vida y de su unidad con la vida, y conoce el propósito Divino
de la evolución. Tiene la memoria de todas las vidas separadas por
las que ha pasado en sus sucesivas personalidades. Puede
identificarse en conciencia con todos los seres vivientes.
Gradualmente,
al progresar en evolución, el conocimiento la sabiduría y el poder
que son atributos de la vida Divina, aparecen en la Individualidad en
medida siempre creciente, pues “su futuro es el de algo cuyo
crecimiento y esplendor no tienen límites”.
Pero
este Yo Inmortal Divino que es el elemento espiritual en el hombre,
no constituye todavía el aspecto superior de su naturaleza. Dentro
de él mora eternamente la Mónada, el Purusha de la filosofía
Sankhya, aquel misterioso Ser de quien no podemos formarnos ninguna
idea aunque es el corazón mismo de nuestro complejo ser. La Mónada
vive por encima del tiempo, en la eternidad. Es una en esencia con el
Logos Solar; es un rayo del Sol Divino; tiene su centro de conciencia
en el plano Monádico, y cobija a la Individualidad e influye sobre
ella en el plano Volitivo.
Todo
esto, desde luego, le parece absurdo al intelecto que no es sino una
expresión inferiorísima de la Realidad y que, por tanto, no puede
esperarse que comprenda sin la luz de la intuición los aspectos
superiores de la Verdad. Pero a la luz de los planos superiores, lo
que parece necedad al intelecto se hace claro como la luz del día, y
las paradojas de la vida inferior se tornan en las realidades
indivisibles y vivientes de la vida superior."""
(Como
os he dicho al principio, estos textos, que no son continuados en el
libro, sino que he ido cogiendo lo que me ha parecido más facilito,
son del libro "Conocimiento de Sí Mismo" del Dr. I. K.
Taimni, que os recomiendo.)
Te dejo el enlace del canal de youtube, por si prefieres escucharlo:
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