jueves, 28 de septiembre de 2017

Conocerse a sí mismo. Un poco de Teosofía.

     Quiero compartir retazos del texto "Conocimiento de Sí Mismo" del Dr. I. K. Taimni (Iqbal Kishen Taimni, 1898 – 1978 profesor de Química Inorgánica en la Universidad de Allahabad (India). Estos datos son para mostrar que NO es un supuesto iluminado, sino que habla desde la experiencia y conocimiento de la parte más física del ser humano y su profundo estudio durante toda su vida, de lo que hay más allá de eso puramente físico.
     Taimni decía "Un creciente número de personas inteligentes propensas a lo espiritual, está apartándose de las ideas ortodoxas sobre religión y filosofía, para emprender la búsqueda de la Realidad Primaria que está oculta en lo interno de todo ser humano, y que es la meta final de todo empeño espiritual y autodisciplina." Añado: Si estás escuchando/leyendo esto, formas parte de ese "creciente número de personas inteligentes ..."

"""Podemos ahora tratar brevemente de algunos de los hechos des cubiertos por Ocultistas acerca de la constitución interna del hombre. Estos hechos son el fruto de descubrimientos realizados por un gran número de investigadores que han logrado desarrollar sus facultades sutiles y examinar los fenómenos de los planos internos de una manera perfectamente científica. En efecto, para un número de Adeptos avanzados estas cosas pertenecientes a los planos sutiles son cuestión de experiencia directa, del mismo modo que los fenómenos de la vida física lo son para el hombre corriente que vive en su cuerpo físico. (Recuerdo que hay muuuuchas personas con capacidades (que todos tenemos) más desarrolladas y capaces de Ver más allá de lo puramente físico)
     El hombre tiene una constitución muy compleja y funciona en varios vehículos de conciencia. Su conciencia tiene sus raíces en el plano más elevado y es parte de la conciencia del Logos de nuestro sistema Solar, y desciende paso a paso hasta el plano físico que está, digámoslo así, en la periferia de la conciencia Divina. En cada plano del sistema Solar, esta unidad de conciencia individualizada se apropia materia de ese plano, y con ella prepara gradualmente un vehículo por medio del cual puede funcionar en ese plano con eficiencia cada vez mejor. Consideremos una de tales unidades de conciencia y anotemos de una manera amplia y general unos pocos hechos acerca de los vehículos que se apropia y la relación que hay entre ellos. El primer punto que anotar con respecto a estos vehículos es que, yendo de la periferia hacia el centro, los vehículos son menos densos y la conciencia va predominando más y más.
     Conforme a la Teosofía, la totalidad del sistema Solar tiene su base en la conciencia Solar y de ella se deriva; y la manifestación en los planos sucesivos significa una creciente materialización de la Vida del Logos y también que su Conciencia se envuelve en velos cada vez más densos. En este descenso plano tras plano la conciencia pierde paso a paso sus poderes y atributos, hasta que al llegar al plano físico más externo estas limitaciones alcanzan su límite máximo. Es evidente, pues, que cuando la conciencia regresa hacia adentro (como en las prácticas de Yoga, por ejemplo), y se reversa el proceso de descenso, estas limitaciones deben desaparecer una tras otra, y la conciencia debe ser capaz de funcionar con creciente libertad, acercándose siempre en este reverso progresivo al esplendor irrestricto e incondicionado de la Conciencia Divina.
     El segundo punto que tenemos que anotar con respecto a estos vehículos es que a pesar de la multiplicidad de ellos y las grandes diferencias en la índole de manifestaciones por medio de ellos, la conciencia que funciona a través de ellos es una misma y es un rayo de la Conciencia Divina.
     Al estudiar al hombre y su constitución tan compleja, por conveniencia podemos dividirlo en diferentes componentes; pero esto no debe dar la impresión de que en él existen diferentes entidades que operan en él, unas dentro de otras. La conciencia que funciona por medio de un juego completo de vehículos, es indivisible; pero sus diferentes aspectos van surgiendo en mayor o menor grado conforme a la índole y desarrollo del vehículo por medio del cual está trabajando en determinado momento.
     El siguiente punto que tenemos que anotar con respecto a estos vehículos es el de que si bien cada vehículo está en su propio plano y la manifestación de conciencia por medio de ellos difiere en cada plano, parece que los vehículos funcionan en juego de tres. La conciencia que opera como un todo en cada uno de esos juegos de vehículos, es una unidad, aunque esta unidad esté subordinada y contenida dentro de la siguiente unidad mayor de manifestación de la conciencia. (Se me ocurre que como las Matrioshkas, esas muñecas rusas)
     Los tres vehículos más densos (Físico, Emocional y Mental inferior) forman el juego de vehículos de la personalidad, por medio del cual funciona muy limitadamente la conciencia. Constituyen la esfera de la PERSONALIDAD.
     Los tres vehículos superiores (Causal, Intuicional y Volitivo) forman el juego de vehículos de la INDIVIDUALIDAD, por medio del cual opera más ampliamente la conciencia. Constituyen la esfera de la Individualidad, que incluye la de la personalidad.
     La PERSONALIDAD es esa conciencia humana limitada y corriente que opera por medio de los cuerpos físico, emocional y mental inferior. Como estos tres vehículos son temporales y se forman de nuevo a cada encarnación, la personalidad es evidentemente una manifestación temporal que se disuelve y desaparece al ir destruyéndose estos tres cuerpos uno tras otro durante la progresiva recesión de la conciencia que tiene lugar después de la muerte. Si bien la conciencia que opera por medio de la personalidad es un tenue rayo de la Conciencia Divina, se ha olvidado de su origen Divino por culpa de las limitaciones e ilusiones de los planos en que funciona; y así nace esta entidad temporal que se cree independiente y separada de otras. Esta entidad se mueve sobre el escenario del mundo durante unos años; se retira a los planos sutiles después de la muerte del cuerpo físico, y, después de pasar un tiempo más o menos largo en esos planos se disuelve finalmente y desaparece para siempre.
     Pero los hombres, identificados con esta entidad ilusoria, se mantienen embargados en sus mezquinos intereses, olvidadizos de su destino mayor y de la vida mucho más espléndida que se oculta tras la máscara de la personalidad. Los pocos que ven a través de esta ilusión emprenden la senda que finalmente los conduce a la realización de su naturaleza Divina y los capacita para usar su personalidad como instrumento de su Yo Superior. La inmensa mayoría nace, vive y muere en esta ilusión; pasan de una a otra existencia y viven una y otra vez tan inconscientes de su verdadera naturaleza como las flores del campo o las aves y bestias de la selva. (Se me ocurre que probablemente las flores del campo, las aves y bestias de la selva, sean más conscientes de su auténtica naturaleza que el ser humano, que se considera un ser inteligente, o se supone).
     El siguiente componente de nuestra constitución interna es la Individualidad, el Yo Superior, llamado también el Ego. Representa el elemento espiritual en el hombre. Es el Ser Inmortal que dura vida tras vida y gradualmente desarrolla todos los atributos y poderes Divinos que lleva dentro de sí, durante el largo período cónico de su evolución.
     Esta INDIVIDUALIDAD, si bien trabaja bajo las limitaciones de sus propios planos, está sin embargo, muy por encima de las más crasas ilusiones que enturbian la visión de la personalidad y la hacen pensar de sí misma como de una entidad separada que lucha por su existencia independiente contra todas las demás manifestaciones de la vida Divina. El hombre como Yo Superior se da cuenta de la unidad de la vida y de su unidad con la vida, y conoce el propósito Divino de la evolución. Tiene la memoria de todas las vidas separadas por las que ha pasado en sus sucesivas personalidades. Puede identificarse en conciencia con todos los seres vivientes.
     Gradualmente, al progresar en evolución, el conocimiento la sabiduría y el poder que son atributos de la vida Divina, aparecen en la Individualidad en medida siempre creciente, pues “su futuro es el de algo cuyo crecimiento y esplendor no tienen límites”.
     Pero este Yo Inmortal Divino que es el elemento espiritual en el hombre, no constituye todavía el aspecto superior de su naturaleza. Dentro de él mora eternamente la Mónada, el Purusha de la filosofía Sankhya, aquel misterioso Ser de quien no podemos formarnos ninguna idea aunque es el corazón mismo de nuestro complejo ser. La Mónada vive por encima del tiempo, en la eternidad. Es una en esencia con el Logos Solar; es un rayo del Sol Divino; tiene su centro de conciencia en el plano Monádico, y cobija a la Individualidad e influye sobre ella en el plano Volitivo.
     Todo esto, desde luego, le parece absurdo al intelecto que no es sino una expresión inferiorísima de la Realidad y que, por tanto, no puede esperarse que comprenda sin la luz de la intuición los aspectos superiores de la Verdad. Pero a la luz de los planos superiores, lo que parece necedad al intelecto se hace claro como la luz del día, y las paradojas de la vida inferior se tornan en las realidades indivisibles y vivientes de la vida superior."""


(Como os he dicho al principio, estos textos, que no son continuados en el libro, sino que he ido cogiendo lo que me ha parecido más facilito, son del libro "Conocimiento de Sí Mismo" del Dr. I. K. Taimni, que os recomiendo.)

Te dejo el enlace del canal de youtube, por si prefieres escucharlo:




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