Capítulo
XV - Cita con el Ego.
Las
tres Regiones superiores del mundo del Pensamiento se conocen con el
nombre de Región del Pensamiento Abstracto.
(Recuerdo: diferente del pensamiento concreto)
La
quinta región contiene la Idea-Germen del deseo y de las emociones
en los animales
y en el ser humano. La sexta contiene la Idea-Germen de la vida
vegetal, animal
y humana. La séptima contiene la Idea-Germen de la forma mineral,
vegetal, animal
y humana. (También recuerdo que no intentes aprender de memoria
conceptos que pueden resultarte un tanto ... complicadillos. Quédate
con lo que entiendas. Cuando llegue su momento, entenderás el
resto).
Esas
son Regiones sin formas determinadas, todo es magma vivo, luminoso,
puro soplo
creador. Allí reside nuestro Ego
Superior.
El
Ego Superior es nuestro Yo espiritual, el Yo creador, el que ostenta
todos nuestros poderes, es el centro de la conciencia, Jung le llamó
el centro de gravedad del ser, es la chispa
divina emanada del Dios Creador de nuestra galaxia. Los
cuerpos que poseemos:
el físico, el de deseos y el mental, son meros vehículos del Ego
divino, utilizados
para la adquisición de experiencias que, con la disolución
de esos cuerpos,
se incorporan a ese Ego divino, que es como el disco duro central, la
parte inmortal
de nuestro ser.
La
esencia creadora -o Dios- puede ser comparada con una bengala, como
ya explicamos
antes, que al entrar en contacto con el fuego despide un reguero de chispas.
O bien con una gran vela gracias a la cual se encenderían millones
de velas. Esas
chispas o velitas se desprendieron de la esencia creadora en el
inicio de la Creación
y fueron lanzadas al torrente de la
evolución. Mediante un largo
y
minucioso
proceso, cada una de esas chispas fue reuniendo átomos para formar
sus cuerpos
recogedores de experiencias, el mental, el emotivo y el físico. El
trazo que queda
en nosotros de esa chispa primigenia y que es a la vez el embajador plenipotenciario
de Dios en el hombre, es lo que llamamos el Ego Superior, personalidad
divina o trascendente, es nuestro Dios interno. Es el director
general de las
entidades física, emotiva o mental, el que dirige desde nuestro
interior. (Vuelvo a recordar que nosotros: yo, tu, él ... Todos somos
esas chispas divinas).
Ego
Superior, Alma y Átomo Germen.
En
ocasiones se produce una cierta confusión entre los conceptos de Ego
Superior, alma y Átomo Germen. Vamos a tratar de aclararlos.
Imaginemos que el Átomo
Germen es como una semilla, que va recogiendo las propiedades
de la fruta que la contiene
y que al final volverá a ser plantada (antes lo comparamos a un
disco duro).
Pensemos
en el alma como en un ministro que ejerce en
nombre de su presidente y cuando
éste se lo indica, se retira (de los cuerpos) y le resume todo lo
acontecido durante
su mandato (es como el ordenador que contiene los discos duros).
En
lo que se refiere al Ego Superior, siempre
ha existido una cierta dificultad en comprender
su naturaleza exacta y su función en nuestra evolución (diremos
que es el
dueño del ordenador). Los Egos fueron primero chispas
divinas separadas del cuerpo
de la divinidad, arrojadas del mundo de Dios para evolucionar en un
espacio separado
que conocemos con el nombre de mundo de los espíritus vírgenes. El objetivo
de esa separación era asegurar la continuidad de la Creación en
ulteriores periodos.
El Dios de nuestra galaxia debía asegurar una cantera de entidades
divinas para
cuando él se retirara, en el séptimo Día de la Creación, a
realizar tareas más elevadas.
Era
preciso que una parte de sí mismo descendiera a territorios jamás
hollados por la divinidad, que se fuera al
extranjero, como suele decirse en el lenguaje iniciático cuando
el candidato se dirige al país de la oscuridad. (Reconozco que no
conocía esa expresión, como siempre una comparación muy acertada).
Se
sabe que el progreso de la vida tiene lugar en
dos etapas. La primera es la Involución:
el descenso hacia mundos de densidad creciente para recoger experiencias
a través de la experimentación (lo que la ciencia llamaría el Big
Bang). La
segunda etapa es la Evolución
(también llamado Big Crunch): el regreso a la unidad
universal, el desapego, la espiritualización, la comunión con Dios.
(Reflexiono: interesante, sin involución no hay evolución, ni
vice-versa: "Hombre conócete a ti mismo y conocerás el
Universo y los dioses" estaba en el frontispicio del Templo de
Delfos, donde acudían a preguntar acerca de su vida. Seguimos
buscando fuera lo que tenemos dentro).
Una
vez la etapa de Evolución haya finalizado, la vida que ha
conquistado la omnisciencia
ya nunca podrá descender, y tampoco le apetecería hacerlo, puesto
que
su
interés se centrará en comprender el funcionamiento, la vida que se
desarrolla en los
planos cósmicos hasta llegar al Ser Supremo. Pero como todo progreso entraña
sacrificio, lo cual es una realidad a todos los niveles,
la vida divina, para poder
progresar, se ve obligada a crear nuevas unidades vitales y a
separarlas de sí misma.
Esas unidades podrán descender, en su Involución, a mundos más profundos,
produciendo sus propias experiencias. (Aclaro que la etimología de
sacrificio es "hacer sagradas las cosas, honrarlas" y no
significado que le damos en el lenguaje coloquial).
Una
pregunta muy formulada es: ¿Por qué el
progreso siempre tiene que entrañar sacrificio?
Por la misma razón que un globo para elevarse necesita soltar
lastre. Pongamos que una persona se enfada con una amiga. Para
superar esa situación, se presentan dos opciones: la primera que la
amiga pida perdón y el otro la disculpe; la segunda
es elevarse por encima del problema,
es decir, que seamos capaces de valorar
las circunstancias desde un punto de vista más amplio. Pero al
aceptar esa visión
estamos renunciando a una parte de lo que llamamos “tener
razón”, en cierto modo
nos estamos sacrificando para alcanzar un objetivo superior: la
reconciliación. Conviene
recordar que la palabra sacrificio viene de “sacro facere”, hacer
lo sagrado. (Vaya, no lo había leído aún. Se me ocurre que
aquí, lo que entendemos por sacrificio, tiene que ver y mucho con
los apegos).
Esta
es la historia de los espíritus virginales. Para Dios, crearlos era
una necesidad. Estas chispas divinas que somos nosotros, una vez
diferenciadas del cuerpo de Dios, por poseer todos los atributos de
la divinidad creadora, empezaron a sentir hambre
de conocimiento y éste fue el principio de nuestro
desarrollo.
En
los comienzos, toda la oleada de espíritus virginales éramos
iguales. La diferenciación
empezó al individualizarnos como seres humanos. La técnica
de ese descenso
consistió en crear vehículos en cada uno de los mundos en los que
se deseaba
organizar la vida, a fin de que ellos aportaran sus experiencias al
Ego divino, el
cual permanecería en los mundos superiores conservando su plena
lucidez. Estas experiencias
tenían un sentido si eran vertidas a una personalidad superior, susceptible
de valorarlas y utilizarlas. En cambio, si esa personalidad hubiese descendido
a su vez, confundiéndose con los avatares materiales, ¿a quién hubiesen aprovechado
sus experiencias? (Buena pregunta).
Así,
al vivir nuestros cuerpos experiencias personales y al ser éstas
transmitidas a nuestra
virginal parcela divina, ésta empezó a diferenciarse de las
demás, ya que unas
sabían unas cosas y otras sabían otras. Los
espíritus vírgenes dejaron de serlo para
convertirse en Egos, detentores de las mismas potencialidades, por
ser todos divinos,
pero con conocimientos diferentes.
Desde
su formación como Espíritu Virgen, diferenciado de Dios en el
Primer Día de la
Creación, el Ego permaneció en esferas que se conocen con el nombre
de:
Mundo
del Espíritu Divino
Mundo
del Espíritu Vital
Mundo
del Espíritu Humano
El
mundo del espíritu humano corresponde a las Regiones superiores del
mundo del Pensamiento. Cuando nuestro cuerpo
físico adquirió el punto deseado de madurez, el Ego
descendió hasta él para ejercer su Voluntad. Cuando los tres
cuerpos mueren, los átomos-gérmenes
respectivos son depositados en el Ego. Esta entrega tiene lugar en la
región limítrofe que separa la parte inferior del mundo del
Pensamiento de la parte superior.
De
esta forma, después de cada vida en la Tierra, los átomos-gérmenes
de los tres cuerpos,
físico, de deseos y mental, descargan su contenido experimental en
el Ego, que
aumenta así su caudal de sabiduría. (Para evitar repeticiones de
aquí en adelante hablaremos
simplemente de “Ego” pero teniendo en cuenta que Kabaleb se
refiere al Ego
Superior, no al Ego personal).
A
su vez el Ego aporta a los sucesivos cuerpos que va formando la
iluminación adquirida
en las esferas en que reside, las del triple Espíritu: divino, vital
y humano, uniendo
de esta forma el saber del cielo al de la tierra. (Que digo yo que es nuestra misión: unir el cielo con la tierra).
Aquí te dejo en enlace al vídeo de youtube, por si prefieres escucharlo:
https://www.youtube.com/watch?v=zGAQ3iFNPxQ&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=zGAQ3iFNPxQ&feature=youtu.be
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