Los
Misterios de la Obra Divina.
Bloque
4
Este
es ya el cuarto y último bloque de Los Misterios de la Obra Divina y
nos brinda, como los demás, una información muy importante para
aprender a manejar nuestra vida desde el punto de vista del
conocimiento.
Recuerda,
como siempre, seguir el CCA: Conocer,
Comprender y Aplicar.
A
continuación compartimos un poco más de información sobre nuestro
sistema evolutivo.
Trata de asimilarla bocado a bocado, sin prisa, como quien saborea
una maravillosa
taza de té chino. (También yo insisto en que la información que
estoy compartiendo es para tomársela poquito-a-poquito; no intentar
entenderla toda del tirón o aprendértela de memoria. Sería un
craso error).
Capítulo
XVI - El retorno.
Seguimos
perfilando el recorrido de un alma desde que
abandona su cuerpo físico. Primero
se acopla a su cuerpo de Deseos y en él
elimina el exceso de carga que trae de
la Tierra. Se desprende de las capas que corresponden a las
cuatro primeras Regiones
del mundo del Deseo; pasa después a las tres Regiones superiores. Se desprende
de su cuerpo de Deseos y salta al cuerpo Mental. En las cuatro
primeras regiones
del mundo del Pensamiento, aprenderá a formarse un futuro cuerpo Mental.
Cuando
el cuerpo del Pensamiento muere, todos los átomos-germen pasan a integrarse
al Ego Superior. Se ha terminado una existencia material y
allí el ser, sin conciencia
alguna de su individualidad, se conforta con las elevadas vibraciones
de este
mundo. Pero llega el momento en que el Ego siente el deseo de nuevas experiencias
y los trabajos para una próxima encarnación ya se perfilan. (A
veces me cuestiono si es "obligatorio" lo nuevas
encarnaciones, o puede ser una opción).
¿Cuánto
tiempo vive el Ego despojado de todos sus cuerpos? Este tiempo varía
según la intensidad del afán de vida que posee el Ego y dicho afán
está impreso en los átomos-germen
de sus distintos cuerpos. (Recuerdo que este Ego es con mayúsculas, no es el ego que estamos acostumbrados a tratar en el día a día)
Cuando
iniciamos la búsqueda de nuestra personalidad interna, del autoconocimiento,
experimentamos lo que suele llamarse el hambre
de espíritu, caracterizado
por el afán de adquirir sabiduría con
la misma avidez con la que, en otras
épocas de nuestra vida, hemos devorado un manjar o hemos consumido
una relación
amorosa. Esa ansia de espíritu, en el ámbito trascendente, produce
hambre de
vidas, ya que es en el mundo físico donde el Ego aprende y madura.
Ese anhelo queda
consignado en nuestros átomos-germen y proyecta a la persona, una
vez iniciado
el tránsito (tras la muerte física), siempre más allá, más alto,
sin detenerse apenas,
ni en el mundo de Deseos, para gozar de la vida paradisíaca de la
sexta región;
ni en el mundo del Pensamiento, por donde pasa como un meteorito, parando
justo el tiempo para realizar los trabajos de asimilación.
Renunciando a la felicidad
ultra terrena, los cuerpos superiores mueren voluntariamente y el Ego
se encuentra
en posesión de unos átomos-germen que piden nueva vida.
El
que tiene menos prisa puede consumir centenares de años terrenales
en las regiones
superiores del mundo de Deseos, para beneficiarse de un derecho que
nos asiste
a todos: el de descansar después de haber bregado en el mundo
físico. Allí será feliz
con sus seres queridos y con las almas que se encuentran en afinidad
con él y su
átomo-germen
se impregnará de lo positivo que resulta buscar en la vida aquello
que une.
Luego, cuando pase al mundo del Pensamiento, también puede utilizar
su derecho
al descanso y pasar allí varios siglos. Después, cuando el Ego
recupere sus átomos-germen,
si carecen de inquietud de nueva vida, puede guardarlos hasta que la
ley le obligue a ponerlos de nuevo en circulación y el Ego produzca
una nueva vida.
Pero
debemos apuntar que la gente cada vez tiene más prisa por aprender y
se están acelerando los procesos en todos los niveles.
De
acuerdo con lo dicho, podría afirmarse que la
masa sin inquietudes tarda en volver.
Los demás aparecerán en lapsos más o menos largos según la
intensidad de su
afán de vida o según el tiempo que pierdan en apurar la felicidad
después de la muerte
del cuerpo físico. (Insisto de nuevo en que no deja de ser un
sistema de creencias. Ni me lo creo, ni me lo dejo de creer. Lo
considero interesante de conocer, por eso lo comparto).
Ahora
todo sucede de forma acelerada. Así, nuestras acciones, sentimientos
y pensamientos
tienen una repercusión inmediata en nuestro entorno.
Pongamos
el ejemplo de Ricardo, un empleado de banca que decidió jubilarse anticipadamente.
Primero se planteó las ventajas y desventajas de su decisión tanto en
el ámbito personal como en el laboral. Antes de presentar su
dimisión a su jefe, conectó
con él mentalmente, facilitándole las razones profundas de su cese,
con palabras
armoniosas, porque pensó que de este modo lo estaba preparando para
cuando
le hiciera el planteo real. La reacción del jefe fue mucho más
favorable de lo que
había imaginado. Precisemos que las relaciones entre ambos eran un
tanto crispadas,
educadas, pero mostraban dos personalidades antagónicas. Lo cierto
es que
Ricardo se quedó muy sorprendido. Su jefe, además de aceptar sus
condiciones,
le
elevó la cuantía de la indemnización.
La
proyección de sus pensamientos hacia el jefe tuvo una respuesta
inmediata: la buena
disposición de éste. Ahora bien, en el sentido contrario también
funciona. Si se emiten
sentimientos negativos, de envidia, de rabia, de celos... hacia una
persona, esta
los recibe de inmediato y actuará en consecuencia. Pero como
la emisión es silenciosa,
nos extrañaremos cuando se produzca un rechazo o un mal gesto por parte
de dicha persona y ese movimiento puede incluso servirnos como
argumento para
arremeter con más dureza contra ella. Al final, el asunto puede
convertirse en un
bucle sin salida, que seguiremos alimentando hasta que una de las dos
personas utilice
el corrector universal: el perdón.
El
sueño.
Hemos
dejado el Ego en posesión de los átomos-germen de sus cuerpos
recreándose en la Región Abstracta del mundo del Pensamiento,
llamada también mundo del Espíritu Humano. Pasado un tiempo, que
como hemos visto, puede alargarse más o menos,
el Ego siente la apetencia de nuevas
experiencias que le permitan avanzar hacia
la perfección. Esa necesidad se presenta en forma de sueño.
El Ego "sueña" su nueva
vida terrestre, visualiza, como si de un holograma se tratara, las
imágenes de las
experiencias fundamentales que le esperan, sin detalles, y ese
sueño-deseo lo incita
a introducir el átomo-germen del cuerpo del Pensamiento en la Región
del Pensamiento
Concreto.
En
el orden práctico, si seguimos la ley de correspondencia, “como
es arriba es abajo”,
diríamos que antes de realizar un proyecto
deberíamos “soñarlo”, es decir, configurarlo
en nuestra imaginación. Se trata de crear la imagen de lo que
deseamos con
el máximo de detalles posible, porque todo ello ayudará a que se
cumplan nuestros
propósitos.
Te dejo el enlace al canal de youtube, por si prefieres escuchar:
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