viernes, 20 de octubre de 2017

Método Kabaleb 35.- El abismo y la inhibición.

El abismo y la inhibición.
     Esos tres Centros energéticos (te recuerdo que hablábamos de Kether, Hochmah y Binah) constituyen una unidad, pero en el reparto de tareas apareció de inmediato una evidencia: en aquel universo de luz iba a resultar imposible otra vida que la de ellos, los Dioses. Si querían crear una Vida inferior a la suya, para lanzar nuevos seres al torrente de la evolución, era preciso crear en ellos mismos una Zona Oscura, a fin de que la nueva Vida pudiera evolucionar en esa sombra.
     Le tocó a Binah ser "Zona Oscura", el tercer Centro energético. Pero algunos elementos que trabajaban en esa zona estuvieron en desacuerdo. Todos tenían derecho al mismo nivel de luz y ciertos sectores de Binah estimaron injusto tener que renunciar a ella. Nos estamos refiriendo de nuevo a los luciferes.
     La solución del conflicto, como ya se ha dicho, consistió en precipitar al "abismo" a los disidentes. Es decir, las fuerzas hostiles al designio divino fueron lanzadas a un nivel inferior para que siguieran en él su avance sin perturbar la buena marcha de la Creación. Estos fueron los primeros "rezagados" de la historia del presente periodo evolutivo.
     Podemos extraer de ello una enseñanza práctica: cada vez que nos inhibimos, en nuestro quehacer cotidiano; cada vez que pasamos de largo ante los sufrimientos o dificultades del prójimo, diciéndonos: "es su problema", estamos siguiendo la política de los luciferianos, ya que la separación que se produjo en Binah cuando los disidentes fueron arrojados al "abismo", fue debida, como decíamos, a que una parte de sus moradores se inhibieron de la tarea esencial que debían realizar y que consistía en alumbrar nuevos mundos, utilizando la propiedad ígnea de Kether para extender la vida. LA INHIBICIÓN ES UN ENEMIGO A COMBATIR.
     Pero aclaremos una cosa, ya que anteriormente dijimos que debíamos evitar dar consejos e inmiscuirnos en asuntos ajenos. Veamos, un tema es participar en las decisiones que deben tomar los demás, lo cual puede resultar arriesgado por las implicaciones que conlleva; y otro muy distinto que pretendamos pasar por la vida como si nada fuera con nosotros, como aquellos que repiten como loros: “paso mucho”. Si se encuentra a alguien accidentado en una carretera, es lícito pararse; si una persona solicita ayuda, debemos dársela; en un proceso electoral, participemos, porque al final lo relevante serán las experiencias que extraigamos de nuestra vida.
     Volviendo al tema anterior, la técnica del "abismo" sería ya una institución y con ella se resolverían los ulteriores conflictos. Pero esos "rezagados", evolucionando a niveles distintos a los del resto de la especie, crearían una permanente conflictividad y serían, tanto ellos como sus descendientes de los planos inferiores, los grandes agentes del "mal", en definitiva, de los errores que comete el ser humano.
     El yerro resulta ser, en último análisis, la inhibición, la falta de apetencia y participación en el mundo exterior. "La manifestación de la eternidad está representada como un Hambre", escribía el místico Jacob Boehme. Tragarse el
mundo exterior, engullir la eternidad, tal es el objetivo. El que nunca experimenta ese deseo, está empezando a formar en la fila de los "rezagados".
     Una vez excluidos los disidentes de la esfera de Binah, el resto aceptó el "oscurecimiento", es decir, consintieron vivir a un nivel inferior a sus méritos, con todos los inconvenientes derivados de esta situación. Para poner un ejemplo en el ámbito humano, es como si el hombre que ha vivido siempre a la luz del Sol, tuviese de pronto que irse a vivir dentro de una mina.
     Se produjo entonces en las esferas de Binah una cristalización de las energías primordiales y en ese mundo ya más oscuro pudo aparecer una nueva oleada de vida.
     Fue pues el sacrificio de Binah lo que permitió la vida a niveles inferiores y como la historia de Dios es nuestra propia historia, será también mediante el sacrificio que conseguiremos progresar hasta alcanzar cierto nivel evolutivo.
     Tampoco es preciso dramatizar. Los padres deben sacrificarse para educar a sus hijos. Por ejemplo, reducen su “luz” – en este caso, el lenguaje habitual que utilizan para que sus palabras resulten inteligibles a sus retoños.
     El sacrificio fue una Ley cuya adopción se hizo necesaria en el alba de la Creación. Pero, como acabamos de señalar, ese sacrificio fue el que instituyó en el mundo el Mal”, porque generó una conflictividad que tuvo que ser reprimida por decreto, por así decirlo, postergando a un nivel inferior a los que se rebelaron contra la decisión divina.
     El objetivo del sacrificio debe ser la creación. La luz es la materia prima de toda edificación, pero es la luz que circula por nuestro interior la que lleva el germen de la vida y es ésa la que debemos utilizar para nuestras creaciones, ya que la ley quiere que toda cosa, antes de tener una existencia exterior, haya sido edificada en nuestra naturaleza interna. Utilizando nuestro potencial para multiplicar la creación divina, estaremos ejecutando la política de Dios.
     Si nos concentramos en nosotros y nos inhibimos de toda creación, estamos oponiéndonos a la política divina. La luz consumida en creaciones externas nos va siendo restituida a medida que la vamos gastando, de acuerdo con la ley que reza: "cada cual según sus necesidades", pero la calidad de la luz recibida dependerá de la obra que estemos realizando.
     Es a través de los Éteres que captamos la luz y ya hemos explicado que disponemos de esa fuerza vital en la medida que la vayamos utilizando: si consumimos mucho Éter Químico, el flujo de Éter Reflector y Luminoso disminuirá. Es como si tienes un presupuesto para pasar el mes, si gastas mucho en comida, te quedará menos para ropa.
     Pero aún en el caso de estar utilizando los Éteres superiores para creaciones sublimes, si esa petición de luz es continua, difícilmente podremos conservar esa luz en nuestro interior y se formará en nosotros una "zona oscura", como sucediera con Binah.
     El problema puede consistir en que nos resulte imposible llevar a madurez todas las tendencias que se manifiestan en nuestro interior, exteriorizarlas, conseguir que se conviertan en una obra externa, de modo que una parte de nosotros mismos permanecerá en el "abismo", evolucionando en otros niveles, en otro tiempo, en otra vida.
     Así pues, para poder crear y cumplir con el compromiso divino nos vemos en la obligación de utilizar la luz que solicitamos y proyectarla fuera de nosotros mismos.
     Si la totalidad de nuestro ser se opone al sacrificio, salinizándonos para impedir que la Luz pueda salir al exterior, nos sitúa automáticamente fuera del esquema de la creación. Y si por un lado alcanzamos la plenitud del conocimiento, al dejar de emplearlo para abrir nuevos frentes en la creación, se convierte en una enseñanza inútil, en un puro desperdicio y ello nos sitúa en las filas de los rezagados.
     Pongamos otro ejemplo. Hemos dicho en capítulos anteriores que las relaciones con los demás son portadoras de karma, generan facturas que nos obligarán a tener que volver nuevamente a la tierra para liquidarlas. Con esta información podríamos decidir encerrarnos en casa para el resto de nuestros días y evitar así la generación de nuevo karma. Pero dado que en nuestro sistema de vida necesitamos compartir para evolucionar más deprisa, el encierro nos apartaría de esa vía, sería como si nos salinizáramos (nos encerráramos en sal para conservarnos) y nos situaríamos así fuera del esquema de la creación, convirtiéndonos en rezagados.
     Crear es pues una necesidad, incluso las creaciones erróneas, aquellas cuyo ropaje material se destruye al poco tiempo de edificarlo, son preferibles a la inactividad, ya que la energía que se desprende de esos errores, al ser reincorporada de forma contundente al individuo en las bajas regiones del mundo de Deseos, después de la muerte física, es generadora de conciencia. Mientras que la inhibición pocas veces nos permite darnos cuenta que estamos desconectados de la vanguardia de nuestra Oleada de Vida. (Una reflexión muy a tener en cuenta: dejar de hacer por equivocarme, es peor que hacer algo, ya que nunca sé cuales van a ser los resultados de mi acción). 

(Recuerda una vez más: NO te enredes con lo que no entiendes y quédate con lo que sí, que seguro que es muuucho más de lo que quieres admitir). 

El enlace al Canal de Youtube, por si prefieres escuchar:


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