En
busca de unos padres. (Aquí
quiero hacer una reflexión, porque muchas veces escucho eso de "Los
padres que me han tocado", y nada más lejos de la realidad.
Ocurre que cuando nuestros padres no se comportan como nosotros
deseamos, cuesta trabajo y mucho re-conocer que los hemos elegido).
En
el umbral del mundo material, el Ego pierde ya sus derechos, por así
decirlo, y la dinámica de sus vidas anteriores es la que domina. Su
primer reto será el de encarnar.
Si en otras vidas, la personalidad física ha actuado de forma débil,
sin cosechar
ni grandes amores ni grandes odios, es probable que sean pocas las personas
que en el mundo físico deseen su presencia.
El
deseo de alumbrar una vida suele producirse cuando la persona que
viene al mundo
y la que le ofrece su cuerpo están ligadas por una relación
anterior. El que ha amado
mucho, el que ha suscitado grandes amores, encontrará fácilmente en
la tierra
quien muestre el deseo de acogerlo. Esa apetencia empujará al
encarnante a construir
allí su nido humano, tal vez contraviniendo los planes de su Ego. Lo
mismo le
sucederá a alguien que haya suscitado muchos
odios: sus antiguos enemigos pueden
desear con fuerza que aparezca en sus vidas para ajustarle las
cuentas. Los tibios,
en cambio, se encontrarán en el umbral de la vida sin que nadie se
entusiasme por
ofrecerles asilo.
Por
lo general, se trata de un procedimiento inconsciente, instintivo.
Los futuros padres
llaman en sueños (en el mundo de Deseos) al alma que quieren
recibir, pero su
desconexión al despertarse convierte el proceso en inconsciente.
Resulta
especial el momento en que los antiguos conocidos se encuentran, se reconocen
y unen de nuevo sus fuerzas para la edificación de una obra humana. Cuando
un vínculo de este tipo existe, incluso el karma individual puede
liquidarse en
común, de manera que si uno de los miembros de esa cadena de
solidaridad tiene una
cuenta adversa a pagar, el amor que por él sienten los demás puede
forzar el Ego a
abandonarles su vehículo físico, que ellos cuidarán, mimarán,
protegerán y le darán finalmente,
por la vía de la razón, esas experiencias amargas que debe vivir en
su
piel.
El amor es una medicina universal que
limpia de todos los errores y todo ser
humano contiene el amor en potencia y cuando esa potencialidad se
dinamiza y actúa,
la persona tiene el poder de perdonar los errores de los que se
aproximan a su esfera,
de los que lo amaron y lo odiaron.
Pero
volvamos al proceso en sí. La tarea de los Señores del Destino,
cuando llega a ellos un alma en solicitud de encarnación, es de una
gran complejidad. Su primer trabajo
consiste en buscar al reencarnante unos padres. Si existen lazos
kármicos que lo
unan a sus futuros padres, estos se encargarán de la custodia de su
futuro hijo sin problemas:
bastará con localizarlos en la parte del mundo en que se encuentren.
Pero es
posible que el destino particular de esos futuros padres los haya
situado en distintas
ciudades. Entonces los Señores del Destino deberán procurar
unirlos, inspirando
a uno de ellos la idea de un viaje, de una expatriación, que les
permita entrar
en contacto con el otro elemento. Todo ello deberá ser llevado a
cabo sin violentar
el destino particular de esos padres y de acuerdo con sus necesidades evolutivas.
En
realidad, la tarea de los Señores del Destino se parece al trabajo
de un novelista, todos los personajes deben encajar de una forma
natural y creíble. La diferencia es que estos últimos manejan
personajes imaginarios, mientras que los Ángeles del Destino
trabajan con seres reales. El novelista, en definitiva, se estaría
preparando
para
desempeñar el papel de Señor del Destino.
Esto
podría llevarnos a pensar que somos títeres en manos de los Señores
del Destino,
pero disponemos de una absoluta libertad en la
elección de nuestros propósitos.
La labor de los Ángeles del Destino consiste
en presentarnos opciones susceptibles
de canalizar nuestros movimientos hacia un punto de confluencia, en
el cual
dos seres se encontrarán para realizar la historia hacia la que
tienden sus almas. La
fuerza de esta libertad es tan intensa, que todos los que han tenido
experiencias en
el mundo literario saben que los personajes, una vez creados, "se
escapan", huyen del
propósito del autor y acaban dictándole, por así decirlo, su
propia historia. Al crear
un personaje, el autor crea al mismo tiempo un Artificial en el mundo
de Deseos
y éste se alimenta con la vida que está en afinidad con su forma de
ser y puede
rebelarse contra el novelista que lo creó.
Si
tomamos el aspecto práctico de lo dicho, cuando nos encontramos en
un escenario difícil, convencidos de que las circunstancias (o los
demás) mandan en nuestra vida, debemos
reconsiderar la situación con el convencimiento de que tenemos
suficiente libertad y fuerza, para cambiar la orientación de los
acontecimientos.
Volviendo
a lo que ya hemos apuntado con anterioridad, los
lazos kármicos que atan a los padres pueden ser de odio o de amor.
Quien en una existencia anterior ha dado muerte
a una persona, puede tener la obligación, en la próxima, de darle
vida, de modo
que es fácil que se convierta en su madre. Pero, del mismo modo, dos
personas que
se hayan amado mucho, también pueden encontrarse vinculadas por ese
amor que
les incline a nacer en la misma familia.
Cuando
ningún lazo kármico obliga a un individuo a relacionarse con otro,
ni el otro a
cargar con la vida del reencarnante, los Señores del Destino eligen,
de acuerdo con las
necesidades del Ego, la familia que ha de darle
la máxima oportunidad de experimentar
las pruebas que ha escogido.
Que
un individuo nazca en una familia determinada, nunca es el fruto de
una casualidad,
sino de una necesidad. Quien viene al mundo en una casa pobre,
es porque
una exigencia evolutiva lo ha llevado allí y en ningún caso hubiera
podido nacer
en el seno de una familia rica. Sólo la ignorancia de este mecanismo
lleva a ciertos
hijos a culpar a sus padres de haberlos traído al mundo en un
ambiente de miseria. Si ha sido así, es porque ellos necesitaban
conocerla, del mismo modo que con
anterioridad habrán conocido la opulencia o la encontrarán en una
posterior encarnación. (Claro que como "no me acuerdo")
Parece que si se nos facilitara esta información podríamos entender mejor
nuestra vida,
pero los seres humanos estamos todavía poco
preparados para asimilar nuestro pasado sin que ello produzca
desajustes en la vida actual. Y por otro lado, imaginemos
a una persona a quien le comunicamos que sus problemas actuales son debidos
a actuaciones del pasado, su reacción podría ser la de aceptar esa
situación con
resignación, sin mover nada para remediarla por estar convencida que
se lo merece.
Perdería así un tiempo valioso de evolución.
Las
desgracias que puedan sucederle por actuaciones del pasado son
solamente experiencias
a vivir, debe asimilarlas y superarlas, ir más allá, porque a nadie
se le obliga
a ser desgraciado. Todos venimos a la
tierra dotados con las herramientas necesarias
para conseguir el éxito y la felicidad. La principal trampa
con la que puede encontrarse
nuestro personaje es la tendencia a repetir
los errores que le llevaron a acumular
facturas en ese pasado. En tal caso su destino le frenará,
imposibilitando su avance
hasta que decida cambiar de actitud. Tenemos
la mala costumbre de utilizar el
karma como justificación de desgracias y sólo representa un punto
del camino, un tropezón que debe ser superado, pero siempre mediante
un cambio de comportamiento.
Por
otro lado, y volviendo a la reflexión anterior, los lazos kármicos
explican el problema
de las familias que apenas se entienden. Si el odio y el crimen
vinculan, es evidente
que las personas que nacen en el seno de una madre que en una vida
pasada los
maltrató, se sentirán poco queridos en esa familia. El
antídoto, como hemos comentado,
es el amor y el perdón.
La
pregunta que uno se formula entonces es: ¿cómo se perdona un suceso
que ni siquiera
eres consciente de haber vivido? Se trata de perdonar
de oficio. Es decir, cuando
nos damos cuenta que mantenemos una mala relación con una persona,
sin que
en principio haya mediado provocación ni exista un motivo razonable, dediquemos
unos minutos al día, durante una semana, a pedirle perdón y a perdonarla
mentalmente. Experimentaremos resultados sorprendentes.
¿Por qué una
semana? Si la creación se ha programado para siete días, significa
que en ese periodo
se puede conseguir cualquier cambio o transformación en el ser
humano o en
sus circunstancias.
Los
lazos kármicos también son extensivos a un país, al que nos
ligaría un karma colectivo.
Y si en el pasado histórico una nación ha exterminado a otra, es
fácil que en un
futuro, la nación exterminante deba dar la vida o acoger a los que
eliminó.
Los
encarnantes procedentes de la matanza histórica, serán conducidos
por los Ángeles
del Destino a la región conflictiva de la nación que los exterminó,
a fin de que
encuentren en ella argumentos lógicos para intentar diezmar a sus
antiguos diezmadores. (Y esto me recuerda muchas cosas que ocurren actualmente).
Los
recuerdos siempre tratan de escalar posiciones, de abrirse una puerta
en nuestra conciencia. Sería bueno
aprovechar este momento para preguntarse si tenemos alguna factura
pendiente con alguien de nuestro entorno. Estamos a tiempo de
perdonarle y de pedirle perdón...
Preguntas:
1.-
¿Qué hacemos con la materia que no podemos digerir?
2.-
¿En qué mundo liquidamos nuestros actos físicos?
3.-
¿Cuál es la función de los Señores del Destino?
4.-
¿Qué sucede con los tibios en el momento de encarnarse?
5.-
¿Qué sucede cuando no hay lazos kármicos con el que quiere
encarnar?
Te dejo el enlace al canal de youtube, por si prefieres escuchar:
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