lunes, 20 de noviembre de 2017

Astrología Cabalística 10.- Casa IV y Casa VIII.

Casa IV.
     La Casa IV expresa en la Tierra las potencialidades de Cáncer. Vimos al estudiar el signo que de Cáncer nace toda idea de propiedad y de privatización, de modo que la Casa IV significará la materialización de esta idea. Será, pues, la que nos informe sobre la vida privada de la persona, sobre su vida íntima y sobre sus posesiones materiales,
empezando por la fundamental: su hogar. El fundamento de todo edificio humano radica en los sentimientos y Cáncer -ya lo dijimos es el motor del que arranca todo el potencial sentimental.
     Un día la razón será la base de ese edificio, pero en esta etapa, los sentimientos constituyen un cuerpo más desarrollado y todo lo que el ser humano ha realizado tiene un punto de arranque emotivo.
     Por ello, la Casa IV, como intérprete terrestre de Cáncer, constituye la raíz del individuo y en ella encontraremos informaciones sobre sus antepasados, su ciudad, su infancia, su barrio natal, los que viven en su hogar y su comportamiento en la casa y en la vida de familia.
     Por otra parte, la madre es el fundamento del ser viviente, de modo que la Casa IV nos indicará todo lo relacionado con la madre, su temperamento, su forma de ser, su vida, sus problemas. Los manuales de astrología existentes en el mercado, exceptuando los libros de Max Heindel y algún otro, atribuyen la Casa IV al padre y la Casa X, la opuesta, a la madre. Esto constituye un tremendo error, que proviene de astrólogos de la Edad Media, que ocultaban la verdad a los profanos, dando datos erróneos adrede, con la seguridad de que los iniciados sabrían detectarlos.
     También ha contribuido a que se cimentara este error el hecho de que en la Cábala se habla de Binah (tercer Séfira de El Árbol de la Vida) como madre del mundo, y Saturno, la manifestación material de Binah, es el regente de Capricornio, signo que corresponde a la Casa X. Pero Binah es el supremo hermafrodita, y hermafrodita fue la humanidad en sus comienzos. Cuando la división de sexos se produjo, fue Yesod la rectora del sexo femenino, o sea, el tercer Séfira de la columna del centro (noveno de El Árbol de la Vida), el que administra en ese bajo mundo la política del tercer Séfira de arriba, Binah. Yesod y su representación material, la Luna, son los que rigen el sexo femenino a través de las fuerzas de Cáncer.
     Las disonancias planetarias sobre la Casa IV harán que los cimientos sobre los que se asienta la persona sean poco firmes, de modo que por buenas que sean las condiciones en otros dominios, el edificio de su vida se tambaleará y todo resultará precario, empezando por su propia madre, que carecerá o de medios o de inteligencia para orientarla adecuadamente.
     Hogar inestable, cambios frecuentes de casa, desarraigo, dificultad en echar raíces, la vida a la intemperie, dificultades en el hogar, en la familia, en la ciudad natal.
     Cuando muchos planetas se encuentran en la Casa IV: cambios de casa, hogar ambulante, emocionalidad profunda, aunque no aparente. En casos extremos, con malos aspectos: ancestralidad con bases desestabilizadoras, herencia malsana, enfermedades hereditarias, enfermedades contraídas en el claustro materno.
     La Casa IV es una Casa Yod, de plantación y en ella actúa Kether.

Casa VIII.
     La Casa VIII expresa en la Tierra las potencialidades de Escorpio. Dijimos al estudiar el signo que en él los sentimientos se concentran convirtiéndose en poderes interiores. La Casa VIII materializará este hecho dándole una expresión sexual. La Casa VIII es, pues, el sector que nos informa sobre las tendencias sexuales de la persona y sobre su personalidad erótica. También informará de los amores que proceden de la sociedad, ya que la VIII son los sentimientos hacia dentro. Tendremos pues en este sector a las personas que vienen a ligarnos.
     Otro punto importante a destacar en esta Casa VIII es que los sentimientos hacia dentro es lo que llamamos autoestima. Así que este sector mostrará cuan lleno estará nuestro depósito de este valioso material. Veremos cómo nos estiman y cómo nos estimamos.
     A partir de la Casa VII, los sucesivos sectores manifestarán la polaridad contraria de la Casa situada enfrente. Las Casas I y VII representan el Yo y los demás, las Casas II y VIII manifestarán mi dinero y el tuyo. O sea, si la Casa VII es la del cónyuge, el socio, el aliado, el otro (como veremos más adelante), en la VIII veremos reflejado el dinero del cónyuge, el socio, etc. En ella encontraremos el dinero de los demás, del que podremos o no disponer según sea la relación que nos une a ellos. De ahí se
desprenden todas las ideas de dinero ganado sin esfuerzo, herencias, donaciones, premios, regalos, rentabilidad del capital, de los títulos, ya que ese capital también es
«trabajado» por los demás, por las personas y las sociedades que lo administran.
     En el zodíaco instituido, tal como se nos presenta hoy, la máxima separación posible entre dos puntos es de 180 grados, puesto que la rueda zodiacal consta de 360 grados. Ello significa que, a partir del punto 180 se produce un retorno al principio. Partiendo de Aries, la máxima separación es Libra, de modo que con Escorpio, con la Casa VIII, se inicia el retorno a lo primordial.
     Ese retorno, en términos de existencia, equivale a la muerte, ya que con la muerte física el alma se eleva a los mundos superiores. Así pues, la Casa VIII será también la que nos informará sobre la muerte en todos los sentidos, el físico y el figurado, nos dirá en qué forma se producirá, si violenta o suavemente, si en la cama o en una carretera. Si asimilamos el término muerte a llegar al estado final de algo, veremos que la Casa VIII será también la de los cambios, la de las transformaciones. Y estas serán más o menos cómodas o agresivas en función de los aspectos que se produzcan.
     De igual forma, la Casa VIII nos revelará la sensibilidad de la persona respecto al más allá, indicándonos sus posibilidades o sus facilidades de progreso en el dominio de la espiritualidad.
     Los aspectos disonantes planetarios sobre este sector indicarán que el estado de fortuna de nuestro cónyuge y aliados es precario; que será difícil que su dinero llegue hasta nosotros, y si su estado de fortuna es bueno, tendrán dificultad en heredar. También indicará , en otro orden de cosas, la calidad de nuestros amantes. En casos severos podría mostrar disfunciones del aparato reproductor, problemas en las relaciones sexuales, en los partos, en la inseminación. Cambios bruscos.
     El excesivo número de planetas sobre este sector será indicio de dependencia de la fortuna de los demás y de estar atado a intereses, a capitales y problemas económicos. Demasiados planetas en la Casa VIII, también podría producir un exceso de amor propio que derivará, seguramente en egoísmo desproporcionado, en tener un exceso de magnetismo que atraerá a demasiados amantes,
hipersexualidad.
     La Casa VIII es una Casa He, de interiorización y en ella actúa Hochmah.

Te dejo el link al canal de youtube, por si prefieres escucharlo: 
https://www.youtube.com/watch?v=ImAeKoi1Pok 










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