Casa
XII.
La
Casa XII expresa en la Tierra las potencialidades de Piscis.
Dijimos al estudiar este signo que es la puerta de salida de
nuestros deseos y emociones, del amor que profesamos a los demás.
La Casa XII será, pues, la materialización de este episodio y
reflejará su consecuencia. Tradicionalmente, la Casa XII es conocida
como el sector que nos informa sobre los enemigos, las pruebas, las
restricciones, las prisiones, la fatalidad. ¿Por qué?
Porque
el deseo es el gran productor de karma. El deseo te lleva a
veces a gozar injustamente de las cosas, a que te apropies de lo que
no te pertenece, que seas agresivo y cruel. En el curso del ciclo del
Agua, gracias al potencial de deseos ofrecido por Cáncer y a la
codicia en el goce que nos ha dado Escorpio, hemos hecho que reinara
en el mundo nuestra ley personal, guiados por valores puramente
subjetivos. Y al llegar a la fase correspondiente a Piscis, toda la
injusticia generada se presenta en nuestro programa de vida para que
la experimentemos en contragolpe.
La
Casa XII, correspondiente a Piscis, es la que canaliza esta
descarga. Será, pues,
a través de este sector que los enemigos pasarán su factura y,
según haya sido nuestra
maldad pasada, nuestros errores, así será la cuenta que tendremos
que pagar.
En la Casa XII están marcadas las «injusticias» que
viviremos, y lo ponemos entrecomillado,
ya que nada de cuanto nos ocurra será injusto, sino que constituirá
el natural
retorno de manivela del film de nuestras iniquidades pasadas. Aunque también
recogeremos todo el bien que hayamos plantado.
Hay
otro aspecto que refleja la Casa XII y es la capacidad de la persona
para vivir la espiritualidad. Nada nos acerca tanto a las divinas
fuentes de luz como las pruebas, los sufrimientos y, siendo la
Casa XII un lugar de purificación, es natural que sea al mismo
tiempo la puerta de acceso a los mundos superiores. Por otra parte,
ya hemos dicho algunas veces que los sentimientos exaltados y puros,
tal como Piscis puede ofrecerlos a través de la Casa XII, son las
alas que permiten al ser humano elevarse hasta las regiones del
espíritu.Así vemos como numerosos presos, en las cárceles, abrazan
la espiritualidad.
Las
disonancias sobre la Casa XII constituirán uno de los peores
presagios desde el punto de vista mundano, ya que significan que una
enorme fuerza de liquidación sopla sobre la persona, y esa
fuerza puede desviarla de su ruta y no permitirle dirigir su vida
según su voluntad, ya que se verá sometida al pago de sus deudas
pasadas, enemigos, prisiones, enfermedades, desgracias.
Si
la Casa XII se encuentra situada en signos de Fuego, y con
disonancias, las pruebas
serán de tipo moral y la persona se verá sujeta a una moral
arbitraria, vacilante.
Será víctima de inmoralidades, se verá expuesta a tentaciones
éticas. Pagando
un karma contraído en anteriores vidas, puede al mismo tiempo cargar cantidades
de futuro karma, ya que los de Fuego son signos Yod, o sea,
portadores
de
semilla. Sirva de ilustración el caso de un individuo que en la
pasada vida fue juez
y que en la presente debe pagar su karma encarnando en una familia de ladrones,
que le inducirá al delito, de modo que si cede a esa inducción,
encontrará un
nuevo karma.
Si
la Casa XII se encuentra en signos de Agua, las pruebas serán
de tipo sentimental: las disonancias pueden producir: traiciones,
infidelidades, amores rotos, relaciones difíciles, enamorarse de la
persona equivocada.
Si
se sitúa en signos de Aire y con disonancias puede dar:
pruebas relacionadas con las ideas, ideologías, pensamiento,
intelecto; la persona se encontrará a merced de sus
enemigos ideológicos, militando en grupos condenados a la oposición
y, de un modo
u otro, imposibilitados o incapacitados para expresar sus ideas,
pruebas en grupo,
en clase.
Si
se producen disonancias y la Casa XII se encuentra en signos de
Tierra, ello constituye
una amenaza para el físico de la persona: enfermedades, cárceles,
pérdida de
bienes materiales, accidentes, pruebas relacionadas con la
materialización, con acabar
cosas.
La
acumulación de planetas en este sector es signo de una vida
atareada, de escasa libertad y de sumisión al destino.
La
Casa XII es una Casa Vav, de exteriorización y en ella actúa Binah.
Casa
VII.
La
Casa VII expresa en la Tierra las potencialidades de Libra.
Dijimos al estudiar el signo que en él nace el Elemento Aire, el que
genera la lógica y la razón que inclinan al ser humano a la
búsqueda del complemento. Todo ello cristaliza en la Casa VII
en forma de búsqueda del otro, del complemento que ha de permitirnos
realizar nuestro programa humano. Ya señalamos al hablar de Libra el
carácter razonable de esa búsqueda, su carácter no sentimental.
Antes, los matrimonios los realizaban los padres, sin que entrase en
línea de cuentas la sentimentalidad de los interesados. Hoy son los
sentimientos o el sexo lo que origina un matrimonio y no puede
decirse que esto haya aportado mayor estabilidad al edificio
conyugal, sino más bien al contrario.
Hemos
visto como en la Casa V aparece un amor que es don divino y que nace
del sincronismo
absoluto entre dos seres, de su perfecta identificación el uno con
el otro por
haber vivido experiencias similares. Pero ese estado de perfecto goce
no es el perseguido
por la evolución y esos grandes amores románticos no entran en la
política del Ego Superior. Son un oasis, un suntuoso descanso entre
dos batallas y después hay que saber decir adiós y proseguir el
peregrinaje.
El
matrimonio ha de servir para limar asperezas y limitar los poderes de
un Yo que solo sometiéndose a las leyes de Binah conseguirá
realizar su obra. En la Casa VII encontraremos, pues,
información sobre el cónyuge, su forma de ser, su carácter, sus
cualidades. Igualmente nos informará sobre la personalidad de los
socios, de los
aliados,
de aquellos con los que la vida nos confronta. En general, veremos en
la Casa VII
la reacción de la sociedad ante nuestras iniciativas, puesto que la
Casa VII se opone
a la Casa I, que refleja el impulso de nuestra voluntad.
La
Casa VII mostrará también el aspecto de nuestra vida en el que
estamos empezando
a reflexionar, a buscar el equilibrio. Será pues el sector en el que
se presentarán
más dudas, en el que nos costará más tomar decisiones.
Las
disonancias planetarias sobre la Casa VII anunciarán un
cónyuge difícil, de mal carácter, malas cualidades o con problemas, psicológicos, de salud, de dinero, etc. Igualmente, anunciará aliados complicados y problemáticos, de modo
que mejor será no tenerlos o tratar de comprender el mensaje que
traen. Malas disposiciones de la sociedad respecto a nuestras
iniciativas, problemas para encontrar pareja.
Cuando
un excesivo número de planetas se encuentra activando la Casa VII,
la persona
es literalmente aplastada por el otro, sea el cónyuge, el socio, la
organización social.
La persona encuentra siempre a otro que llega primero a todas partes
y será esencial
para él que no entre en conflicto con los demás, que no acuda a
tribunales ni a
jueces, sino al contrario, que trate de pasar desapercibido sin
buscar la confrontación en ningún dominio. La clave
estará en aprender a pactar, a escuchar los
razonamientos ajenos, porque forman parte de su propia realidad.
Muchos
planetas también pueden dar numerosas parejas.
La
Casa VII es una Casa Yod, de plantación y en ella actúa Kether.
Te dejo el enlace al canal de youtube, por si prefieres escucharlo:
https://www.youtube.com/watch?v=h8DCD8nb804&t=1s
https://www.youtube.com/watch?v=h8DCD8nb804&t=1s
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