miércoles, 8 de noviembre de 2017

Astrología Cabalística 5.- Características y personalidad de los signos de Agua.

Cáncer.
     Finalizado el ciclo de Fuego, el de Agua se abre con Cáncer. Llegado este punto de su camino, la persona toma conciencia de aquello que en el ciclo anterior ha llevado en su inconsciente. Sagitario ha exteriorizado el designio que transitaba por el interior y al hacerlo la persona descubre su realidad, que es ahora aparente, y la ama. Si Fuego se traduce por energía, acción, dinamismo, Agua se traduce por sentimientos, emociones, deseos, amor.
     Si en Aries encontrábamos el manantial de las energías creadoras, en Cáncer encontraremos el manantial del amor. Cáncer es la puerta de entrada de los sentimientos, como Aries es la puerta de entrada del designio divino. Tanto el uno como el otro, en sus respectivos elementos, son signos Yod, cardinales, portadores de semilla, de manera que lo dicho sobre Aries podría ser repetido en relación con Cáncer, con la única diferencia que aquí es el potencial de los sentimientos el que se pone en marcha.
     A partir de Cáncer, el ser humano ya no actúa movido por un impulso inconsciente, sino que persigue un objetivo personal. Lo que en el ciclo de Fuego era pura acción desinteresada, en Agua se le pone marca y sello al producto. La persona dice: “Esto es mío y de nadie más”, y le pone vallas a su propiedad, la registra, la titula, la delimita.
     Los astrólogos han visto en Cáncer el signo del hogar, de la casa en la que se vive y es en el sentido expuesto que debe ser interpretada esta atribución: para realizar su obra personal, la persona se encierra en un recinto y se escinde del mundo a que pertenece para mejor amar y adorar aquello que siente como suyo.
     Con las aguas de Cáncer ha perdido todo contacto con la trascendencia, ya que no oye voces en su interior, pero siente oscuramente que algo inefable hay más allá y lo venera a través de la fe. Por ello es el signo de la Iglesia y cuando el amor que Cáncer suscita no encuentra una persona física que lo detenga, va como una flecha hacia lo universal y se ama a Dios y, a través de Él, a todas las criaturas de la Tierra. 
     En Cáncer son plantadas las semillas del amor y si algunas disonancias planetarias confluyen sobre este signo, significará que las semillas no son idóneas y que, llegado el momento, los sentimientos producirán dramas y miserias.
     Un exceso de planetas en Cáncer aumenta la tendencia al aislamiento, a la interiorización y al cambio de residencia, ya que cada planeta desea poseer su propia casa para realizar la obra en privado. Al mismo tiempo produce exceso de emotividad, de individualismo y de egoísmo, que puede excluir a la persona de la sociedad.
     Cáncer corresponde al Mundo cabalístico de Creaciones. Es el Yod del elemento Agua que es a su vez el He de los cuatro Elementos. Pero también es el He de los signos cardinales. En el proceso creativo está regido por Hesed. En el zodíaco constituido lo rige la Luna.

Escorpio.
     Escorpio es el segundo signo de Agua, signo llamado fijo y significa, respecto al agua, lo que Leo representa para el Elemento Fuego. Si la clave de Leo era la fidelidad al principio, la clave de Escorpio será fidelidad a un amor, a unos sentimientos.
     Éste suele ser uno de los puntos más dramáticos del zodíaco, ya que si en Leo esa fidelidad era de tipo inconsciente y no ataba al individuo más que a un principio
moral, en Escorpio la persona se encuentra atada a sus sentimientos. En Escorpio ya hay un pasado sentimental, el de Cáncer. Un pasado magnificado por el recuerdo de una época en que los sentimientos, las emociones, los amores, no se encontraban limitados por la razón, por los compromisos, puesto que estaban en el estadio de las Emanaciones. Eran amores ideales, platónicos, fugaces, a los que el potencial de los deseos no ponía límite.
     Este nativo se ve atado a este sueño y volver al pasado será para él una constante tentación. Ese pasado puede ser el de anteriores vidas, o el simple pretérito convencional: volver a la madre, a la ciudad natal, al barrio de la infancia, a la primera novia, a las costumbres de antaño.
     Pero al mismo tiempo hay en Escorpio un impulso que lleva la persona más allá, hacia la sublimación de los sentimientos, hacia su superación. Si lo sigue, siempre le parecerá que traiciona su pasado y la renuncia es dolorosa.
     Por otra parte, las cualidades del ciclo anterior se encuentran interiorizadas en el signo de Agua, de modo que hay fuego en Escorpio, como lo hay en Cáncer, pero mientras en este signo actuaba como una emanación, dando ardor a la imaginación, en Escorpio caldea las emociones internas, dando lugar a toda clase de estados
pasionales. Físicamente, Escorpio rige el sexo y, emocionalmente lo arma para el combate. Allí, el Agua y el Fuego, dos Elementos imprescindibles para la fecundidad, producen la vida.
     Las disonancias planetarias sobre este signo vinculan a la persona, sentimentalmente, a malas situaciones, la enfrentan con deudas kármicas ineludibles: asimilación de sustancias sentimentales tóxicas.
     Cuando hay un excesivo número de planetas en el signo, la naturaleza es muy apasionada y la actividad sexual se multiplica en todas las direcciones.
     Escorpio es el He de los signos de Agua, y el He de los signos Fijos. Pertenece al Mundo cabalístico de Creaciones. En el proceso creativo está regido por Gueburah y en el zodíaco constituido por Marte, expresión material de este Séfira.

Piscis.
     Piscis, signo doble o mutable, tercero de los de Agua y en él los sentimientos se exteriorizan como en Sagitario se exteriorizaba el designio primordial. Es un signo Vav y como todos los que llevan esta marca, se ven accionados por Binah, cuya función es instituir limitando.
     El designio primordial ya sufrió una primera restricción al pasar por Sagitario, un signo Vav, ahora sufrirá la segunda al instituirse los sentimientos. No todas las semillas dan fruto y de los proyectos sentimentales plantados en Cáncer solo algunos subsistirán. Ello significa, en lenguaje claro, que la persona deberá renunciar algunas de sus ambiciones sentimentales para que otras, las esenciales, puedan
realizarse. Esa renuncia, en una humanidad identificada con sus sentimientos, es quizá lo más penoso que pueda pedirse a un individuo, y de ahí la reputación del signo como portador de pruebas y de sacrificios.
     El nativo de Piscis intentará por todos los medios plasmar sus sentimientos en un medio ambiente social, de modo que su actuación será según sean sus sentimientos, y si por un lado es capaz de todos los sacrificios, por otro es también capaz de todas las abyecciones. Lo que no será nunca es una persona cuyo comportamiento pueda preverse por adelantado, ya que como sentimental, vive en un mundo subjetivo y ello supone un comportamiento poco lógico.
     Los aspectos planetarios disonantes sobre Piscis anuncian una complicada digestión de los sentimientos. Exteriorizaciones difíciles, precipitadas, fuera de lugar, y timideces, inhibiciones. Exteriorizará sentimientos que en realidad no tiene y ello dará lugar a vinculaciones sentimentales falsas. El exceso de planetas en este
signo dará lugar a exteriorizaciones sentimentales múltiples; el individuo siempre estará enamorado de alguien, pero sin profundidad.
     Piscis es el Vav de los signos de Agua, y el He de los signos dobles o mutables. En el proceso creativo está regido por Tiphereth, en el zodíaco constituido lo rige Júpiter.
Pertenece al mundo cabalístico de Creaciones.

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