Cáncer.
Finalizado
el ciclo de Fuego, el de Agua se abre con Cáncer. Llegado este punto
de su camino, la persona toma conciencia de aquello que en el ciclo
anterior ha llevado en su
inconsciente. Sagitario ha exteriorizado el designio que transitaba
por el interior y al
hacerlo la persona descubre su realidad, que es ahora
aparente, y la ama. Si Fuego
se traduce por energía, acción, dinamismo, Agua se traduce por
sentimientos, emociones,
deseos, amor.
Si
en Aries encontrábamos el manantial de las energías creadoras, en Cáncer encontraremos
el manantial del amor. Cáncer es la puerta de entrada de los sentimientos,
como Aries es la puerta de entrada del designio divino. Tanto el uno como
el otro, en sus respectivos elementos, son signos Yod, cardinales,
portadores de semilla,
de manera que lo dicho sobre Aries podría ser repetido en relación
con Cáncer,
con la única diferencia que aquí es el potencial de los
sentimientos el que se pone
en marcha.
A
partir de Cáncer, el ser humano ya no actúa movido por un impulso
inconsciente, sino
que persigue un objetivo personal. Lo que en el ciclo de Fuego
era pura acción
desinteresada, en Agua se le pone marca y sello al producto. La
persona dice: “Esto es mío y de
nadie más”, y le pone vallas a su
propiedad, la registra, la titula, la delimita.
Los
astrólogos han visto en Cáncer el signo del hogar, de la
casa en la que se vive y es en el sentido expuesto que debe ser
interpretada esta atribución: para realizar su obra
personal, la persona se encierra en un recinto y se escinde del mundo
a que pertenece
para mejor amar y adorar aquello que siente como suyo.
Con
las aguas de Cáncer ha perdido todo contacto con la
trascendencia, ya que no
oye voces en su interior, pero siente oscuramente que algo inefable
hay más allá y lo
venera a través de la fe. Por ello es el signo de la Iglesia y
cuando el amor que Cáncer
suscita no encuentra una persona física que lo detenga, va como una
flecha hacia
lo universal y se ama a Dios y, a través de Él, a todas las
criaturas de la Tierra.
En
Cáncer son plantadas las semillas del amor y si algunas disonancias
planetarias confluyen
sobre este signo, significará que las semillas no son idóneas y
que, llegado el
momento, los sentimientos producirán dramas y miserias.
Un
exceso de planetas en Cáncer aumenta la tendencia al aislamiento, a
la interiorización
y al cambio de residencia, ya que cada planeta desea poseer su propia casa
para realizar la obra en privado. Al mismo tiempo produce exceso
de emotividad,
de individualismo y de egoísmo, que puede excluir a la persona de la sociedad.
Cáncer
corresponde al Mundo cabalístico de Creaciones. Es el Yod del
elemento Agua que es a su vez el He de los cuatro Elementos. Pero
también es el He de los signos cardinales.
En el proceso creativo está regido por Hesed. En el zodíaco
constituido lo rige
la Luna.
Escorpio.
Escorpio
es el segundo signo de Agua, signo llamado fijo y significa, respecto
al agua, lo que Leo representa para el Elemento Fuego. Si la clave de
Leo era la fidelidad al principio,
la clave de Escorpio será fidelidad a un amor, a unos
sentimientos.
Éste
suele ser uno de los puntos más dramáticos del zodíaco, ya que si
en Leo esa fidelidad
era de tipo inconsciente y no ataba al individuo más que a un
principio
moral,
en Escorpio la persona se encuentra atada a sus sentimientos.
En Escorpio
ya hay un pasado sentimental, el de Cáncer. Un pasado magnificado
por el recuerdo
de una época en que los sentimientos, las emociones, los amores, no
se encontraban
limitados por la razón, por los compromisos, puesto que estaban en
el estadio
de las Emanaciones. Eran amores ideales, platónicos, fugaces, a los
que el potencial
de los deseos no ponía límite.
Este
nativo se ve atado a este sueño y volver al pasado será para él
una constante tentación. Ese pasado puede ser el de
anteriores vidas, o el simple pretérito convencional:
volver a la madre, a la ciudad natal, al barrio de la infancia, a la primera
novia, a las costumbres de antaño.
Pero
al mismo tiempo hay en Escorpio un impulso que lleva la persona más
allá, hacia
la sublimación de los sentimientos, hacia su superación. Si lo
sigue, siempre le parecerá
que traiciona su pasado y la renuncia es dolorosa.
Por
otra parte, las cualidades del ciclo anterior se encuentran
interiorizadas en el signo
de Agua, de modo que hay fuego en Escorpio, como lo hay en Cáncer, pero mientras
en este signo actuaba como una emanación, dando ardor a la
imaginación, en
Escorpio caldea las emociones internas, dando lugar a toda
clase de estados
pasionales.
Físicamente, Escorpio rige el sexo y, emocionalmente lo arma para el combate.
Allí, el Agua y el Fuego, dos Elementos imprescindibles para la
fecundidad, producen
la vida.
Las
disonancias planetarias sobre este signo vinculan a la persona, sentimentalmente,
a malas situaciones, la enfrentan con deudas kármicas ineludibles:
asimilación de sustancias sentimentales tóxicas.
Cuando
hay un excesivo número de planetas en el signo, la naturaleza es muy apasionada
y la actividad sexual se multiplica en todas las direcciones.
Escorpio
es el He de los signos de Agua, y el He de los signos Fijos.
Pertenece al Mundo
cabalístico de Creaciones. En el proceso creativo está regido por
Gueburah y en
el zodíaco constituido por Marte, expresión material de este
Séfira.
Piscis.
Piscis,
signo doble o mutable, tercero de los de Agua y en él los
sentimientos se exteriorizan
como en Sagitario se exteriorizaba el designio primordial. Es un
signo Vav
y como todos los que llevan esta marca, se ven accionados por Binah,
cuya función
es instituir limitando.
El
designio primordial ya sufrió una primera restricción al pasar por
Sagitario, un signo
Vav, ahora sufrirá la segunda al instituirse los sentimientos. No
todas las semillas
dan fruto y de los proyectos sentimentales plantados en Cáncer solo
algunos subsistirán.
Ello significa, en lenguaje claro, que la persona deberá renunciar
a algunas
de sus ambiciones sentimentales para que otras, las esenciales,
puedan
realizarse.
Esa renuncia, en una humanidad identificada con sus sentimientos, es quizá
lo más penoso que pueda pedirse a un individuo, y de ahí la
reputación del signo
como portador de pruebas y de sacrificios.
El
nativo de Piscis intentará por todos los medios plasmar sus
sentimientos en un
medio ambiente social, de modo que su actuación será según sean
sus sentimientos,
y si por un lado es capaz de todos los sacrificios, por otro es
también capaz
de todas las abyecciones. Lo que no será nunca es una persona cuyo comportamiento
pueda preverse por adelantado, ya que como sentimental, vive en un
mundo subjetivo y ello supone un comportamiento poco lógico.
Los
aspectos planetarios disonantes sobre Piscis anuncian una complicada digestión
de los sentimientos. Exteriorizaciones difíciles, precipitadas,
fuera de lugar,
y timideces, inhibiciones. Exteriorizará sentimientos que en
realidad no tiene y ello
dará lugar a vinculaciones sentimentales falsas. El exceso de
planetas en este
signo
dará lugar a exteriorizaciones sentimentales múltiples; el
individuo siempre estará
enamorado de alguien, pero sin profundidad.
Piscis
es el Vav de los signos de Agua, y el He de los signos dobles o
mutables. En el proceso creativo está regido por Tiphereth, en el
zodíaco constituido lo rige Júpiter.
Pertenece
al mundo cabalístico de Creaciones.
(Te dejo el enlace al canal de youtube, por si prefieres escuchar:
No hay comentarios:
Publicar un comentario