domingo, 12 de noviembre de 2017

Madeleine ∙ 16 ∙

Hoy, como Ser, con toda mi seriedad y anhelo de servicio a la Tierra,
siento que debo dar un mensaje especial y un llamado de atención importante y urgente.
El ser humano debe ya poner fin a la fuerza centrífuga que lo aleja de sí mismo.
La nueva ciencia de la conciencia ha llegado a ser para vosotros de rango prioritario.
Debería ser vuestra principal prioridad y no una especulación ridiculizada,
o en el mejor de los casos ignorada, y desde luego, un asunto siempre temido.

Sois vosotros, los que leéis este texto por ejemplo, cada uno en su entorno,
los que debéis sentar las bases para esta nueva ciencia de la conciencia que se impone,
una conciencia vinculada siempre a la energía y a la naturaleza biológica.
Sois vosotros los que debéis reformular la espiritualidad.
Es cada uno de vosotros quien debe encontrar el nuevo lenguaje
para hablar, ya sin miedo al ridículo, sobre el alma del ser humano y sus necesidades,
sobre el aspecto multifactorial de vuestras alteraciones psicológicas,
energéticas, anímicas y consecuentemente orgánicas,
sobre la ética interna y la llama perenne que posee cada ser humano,
sobre dejar de crear karma, sufrimiento y densidad, y aprender a crear dharma,
sobre la necesidad de renovar por completo la pedagogía, la creatividad y la medicina,
sobre la libertad de elección, de expresión y de autonomía espiritual,
sobre el lenguaje único del amor puro y la dignidad…

Sois vosotros, vuestra generación y la de esos hijos que educáis,
quienes estáis plantando las semillas de la nueva espiritualidad,
un concepto de conciencia y de espíritu claramente real y práctico,
libre, laico, no ritualista, ni manipulador, ético, coherente y necesario día a día.

El amor, la preservación y la sostenibilidad del planeta,
no darán ningún fruto sino se realiza junto a la revolución de la conciencia.
Hasta ahora, en vuestra intensa subida de vibración y ascensión,
habéis estado jugando a ser espirituales y aprendiendo las reglas del juego.

Ha llegado ya el momento de incluir la espiritualidad en la práctica cotidiana,
el momento de trabajar desde la ética de vuestra conciencia,
de sanar desde la coherencia causal, integral y no parcial,
de amar, relacionarse, compartir y crear, en definitiva,
desde esta nueva ciencia global de la conciencia y la realidad espiritual.

Salid de la teoría, amados, salid ya de los prejuicios religiosos, mágicos o ancestrales.
Trabajad y dirigiros hacia ese futuro brillante, abundante, feliz, inteligente y pleno
al que podéis llegar, y hacedlo de forma acorde y respetuosa con la naturaleza y las leyes de la Vida y del Amor.

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(Del texto "Palabras de Magdalena para el 2010" de Marta Povo.- Una vez más: tan vigentes como entonces). 


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