Elementos
y signos.
El
Zodiaco constituido y el Zodiaco constituyente.
En
el primer curso, “Los Misterios de la Obra Divina”,
explicábamos que el zodíaco fue
el huevo del que salió nuestro sistema solar. Los doce signos
son las 12 fuentes primordiales
de energía que han permitido y permiten la edificación de todo lo creado.
Si un día una de esas fuentes dejara de manar, desaparecería de
nuestro universo
solar aquello que pertenece a su naturaleza.
Como
pequeños universos en miniatura que somos, llevamos
todos en nuestro cuerpo
materia que obedece a las leyes de los doce signos, pero esa materia permanecería
en estado pasivo si no fuera activada por los planetas, al
transitar por uno
y otro signo. Son los planetas los que imprimen movimiento a la
esencia zodiacal,
dándole así protagonismo y poniendo en relieve su personalidad y
haciendo que
arraigue en nosotros su simiente. Así pues, la
posición de los planetas en un horóscopo
de nacimiento nos indicará cuáles son las partes zodiacales activas
en un
individuo,
en qué grado lo son y cuál será la influencia recibirá de la
fuerza zodiacal, ya
que, si una sinfonía musical cambia según la personalidad del
director de orquesta,
también el mensaje zodiacal es interpretado de distinta manera según
el planeta
que nos lo transmite. (Aquí quiero hacer una reflexión y
recordar que los Planetas, al igual que la Madre Gaia, son Seres
Vivos: Seres Vivos, no un cacho de piedra que está ahí arriba).
La
rueda zodiacal está compuesta por 12 signos que, generalmente, se
representan por este orden: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo,
Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
Así
se nos presenta el zodíaco constituido,
pero cuando el Dios de nuestro sistema solar inició los trabajos de
creación de nuestro universo las fuerzas zodiacales fueron
organizadas por otro orden. Primero se
constituyó la vida con el material proveniente de los signos de
Fuego. Después utilizó los ingredientes procedentes de los signos
de Agua. Luego, las fuerzas de los signos de Aire, y finalmente las
energías de los signos de Tierra. Como la vida aquí abajo
transcurre a la imagen de la de arriba, tendremos que también en
nuestros asuntos humanos lo primero que aparece es el Fuego, -
impulso- luego el Agua, -Deseo-; el Aire, -Ideas- y la Tierra,
-Materialización.
Así,
diremos que el zodiaco Constituyente,
el que sigue el orden de la Creación, se forma así: Aries, Leo, Sagitario, Cáncer, Escorpio, Piscis, Libra, Acuario, Géminis, Capricornio,
Tauro, Virgo. (Se me ocurre con todo esto que los fanáticos
religiosos puede que griten que cómo se le ocurre a nadie mezclar a
Dios con los signos del zodíaco, sin querer reconocer que "Nada
es casual" y que "Todo está conectado" de una forma
invisible y perfecta).
Signos
Cardinales.
Cada
una de esas fuerzas se expresa en nosotros en tres tiempos sucesivos:
nos penetra,
permanece y sale. Cuando la fuerza penetra en nosotros, nos hace depositarlos
de un potencial que es como un motor que nos pone en marcha hacia algo
que en su momento se realizará. Los signos portadores de esa fuerza
de penetración
se conocen astrológicamente como signos cardinales.
Los
signos cardinales o motores, portadores de semilla, serán: Aries,
Cáncer, Libra y Capricornio. (Si quieres acordarte mejor: son los primeros signos de cada Elemento).
Signos
Fijos.
Viene
luego el tiempo de permanencia o interiorización, en el que las fuerzas cósmicas
operan en nuestra naturaleza interna, plantando en nosotros las
semillas que
han dejado los signos anteriores. Los signos que realizan este
trabajo se conocen con
el nombre de signos fijos.
Los
signos fijos o interiorizadores: Leo,
Escorpio, Acuario y Tauro. (Para ayudar a recordar: segundos
signos de cada Elemento).
Signos
Dobles o Mutables.
Por
último, en la fase de salida o exteriorización, tendremos que la
fuerza que nos penetró
en la primera fase, que germinó en nosotros en la segunda, sale al
exterior transformada,
según el contenido de nuestra naturaleza interna. Los signos portadores
de esta tercera fuerza se conocen con el nombre de signos dobles o mutables.
Signos
dobles o mutables, exteriorizadores: Sagitario,
Piscis, Géminis y Virgo (Para ayudar a recordar: terceros signos
de cada Elemento).
Igualmente,
tendremos que los signos cardinales son Yod; los signos fijos, He; y
los signos dobles o mutables, Vav. (Eso ya lo hemos visto en
lecciones anteriores).
El
orden de la Creación.
En
el trabajo de Creación, Dios o energía primigenia de nuestro
sistema solar, empezó
utilizando las fuerzas provenientes de los signos de Fuego,
las cuales alimentaron
su Designio, su Propósito
creador. Es decir, le facilitaron la semilla de su
futuro universo.
Luego
utilizó las fuerzas provenientes de los signos de Agua, los
cuales pusieron a su disposición esa esencia llamada Amor.
Se mezcló en esa etapa designio y amor, haciendo
con ellos una de las columnas de su obra.
Los
signos de Aire ofrecieron después sus fuerzas y con ellas y
se establecieron las leyes que
rigen el universo y de ellas nacieron en nuestro bajo mundo la lógica
y la razón,
que constituyen la segunda columna de la obra divina, la de la
Izquierda, que nos
permite comprender el funcionamiento de la máquina cósmica, al
descubrir las leyes
que la mueven. (Aquí se me ocurre que puede estar haciendo
referencia al Árbol de la Vida Cabalístico, que ya sabemos que hay
otros).
Ya
sólo faltaba que los signos de Tierra entraran
en funciones para ofrecer a la Creación
su fuerza coagulante y
cristalizadora con la que envolver las energías de los
demás signos, de manera que dispusieran de un cuerpo material para manifestarse.
Con esas fuerzas se vistió la Obra, se le dio un ropaje y una
apariencia.
Así
lo hizo Dios y así lo hacemos nosotros, de manera que si en un
horóscopo vemos que una persona tiene una mayoría de planetas en
signos de Fuego, diremos que es portador de designio, de
iniciativa, y que es utilizada para plantar la semilla de su
universo.
Si
la mayoría de los planetas se encuentran en signos de Agua, diremos
que los sentimientos, las emociones tenderán a dominar y que esa persona posiblemente lo
vea todo de manera más subjetiva y personal, porque el Agua
corresponde al He, que
es una fuerza interiorizada y pone de manifiesto lo que va por
dentro, lo que es propiedad
exclusiva y patrimonio del individuo.
Si
la mayoría de los planetas se encuentran en signos de Aire diremos
que es una persona
aplicada en descifrar las leyes y que impregna de lógica y de
razón sus asuntos
humanos y su comportamiento es bastante previsible puesto que obedece
a valores
universales y objetivos. Binah, que rige el Aire, es el gran creador
de moldes.
Si
la mayoría de los planetas se encuentra en signos de Tierra, diremos
que es una persona
de realizaciones prácticas y que dispondrá de medios
materiales para realizar
de una forma tangible sus aspiraciones.
Resumiendo;
los pertenecientes a signos de Fuego pondrán en el mundo las
semillas de las cosas y, como tales, serán portadores de futuro;
los pertenecientes a signos de Agua ofrecerán su propia tierra
corporal y emocional para que esa semilla pueda enraizarse: serán
portadores de amor que se expresa como un ardor interno que los
impulsa a llevar a la perfección la obra. También sus frutos
corresponderán a una etapa
futura, pero a un futuro ya más inmediato.
Los
pertenecientes a signos de Aire realizarán su obra a través de la
ley y el orden, son
portadores de lógica y de razón e instituyen el marco legal
en el que la obra podrá
ser realizada.
Los
pertenecientes a signos de Tierra son portadores de sentido
práctico, son los
que instituyen realmente en el mundo físico lo que el espíritu
proyectó en su día.
Así
tendremos que cada experiencia humana que
vivimos pasa por el ciclo de Fuego, el de Agua, el de Aire y
finalmente se hace realidad en el ciclo de Tierra. Cuando esos
cuatro ciclos han transcurrido y aportado cada uno su fruto
experimental, el alma debe
abandonar la realidad física, es decir, sus posesiones, sus
pertenencias, para recomenzar
un nuevo gran ciclo experimental a partir de cero.
Para
vivir plenamente las experiencias de cada ciclo, es decir, para
aprender las lecciones
programadas por el Ego Superior, el ser humano necesita, por lo
general, cuatro
vidas. En la primera inicia los trabajos que han de llevarlo a
la experiencia deseada.
En la segunda vive intensamente por dentro lo que más tarde proyectará
al exterior como un fruto de sus propias entrañas. En la tercera
busca la manera
de instituir lo que lleva dentro en el marco social para que
resulte compatible
con los intereses de los demás y que sirva también esos intereses ajenos, renunciando
si es preciso a parte de su primitivo propósito. Es en la cuarta
encarnación
cuando consigue ver su primigenio designio convertido en una realidad
material que le permitirá darse cuenta de si realmente aquello es
tal como lo imaginaba.
Añadamos
que no es obligado el que transcurra tanto tiempo para vivir
plenamente un
ciclo experimental y que todo depende de la velocidad de crucero del
interesado. Ciertas
personas consiguen realizar todo el trabajo cíclico en una sola
vida.
(Aquí
de nuevo hago un recordatorio: a poco que sepamos algo de los signos
del zodíaco, podré mejor re-conocer-me y re-conocer al otro).
Aquí te dejo el enlace al Canal de Youtube, por si quieres escuchar:
https://www.youtube.com/watch?v=hDTRU2Zb6lI
https://www.youtube.com/watch?v=hDTRU2Zb6lI
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