El
Cordón Plateado.
Tras
la desaparición del Átomo Germen a la muerte física de la persona,
el cuerpo físico se encuentra todavía ligado a los cuerpos
superiores –el de emociones y el mental- a través del llamado
Cordón Plateado o
Hilo Etérico. Este es un filamento brillante de color plata y
su forma es la de dos números seis unidos, estando un extremo
conectado al corazón y el otro al centro vórtice del cuerpo de
deseos.
Por
ese cordón plateado transitan las imágenes
de la vida que acaba de terminar con
toda su carga emotiva. Dichas imágenes
proceden de la sangre, en la que se van grabando las vivencias y las
emociones que despertamos en los demás con nuestra forma de obrar.
Este registro vital pasa al cuerpo de deseos por el puente tendido
por el Cordón Plateado.
Este
proceso dura de uno a tres días y es
de suma importancia que la persona fallecida disponga de serenidad
alrededor de ella para que la
grabación de estas imágenes en el cuerpo de deseos se efectúe con
el mayor rigor. (Y no nuestras
prisas por enterrar o incinerar al recién fallecido)
La
ciencia médica suele considerar que la muerte tiene lugar cuando
cesa la actividad cerebral. Pero es el paro cardiaco el que produce
la muerte y la ruptura del Cordón Plateado. Como ese rompimiento
puede producirse hasta tres días después de la muerte, de ahí LA
IMPORTANCIA DE EVITAR,
EN LO POSIBLE, VIOLENTAR AL FINADO. (Algo
que para nada se tiene en cuenta en esa sociedad de prisas y más
para "quitarse al muerto de encima", nunca mejor dicho. Ya
sabéis a qué me refiero).
El
reposo del difunto.
Toda
molestia que pueda experimentar el cuerpo en los días posteriores a
la muerte irá en detrimento del trabajo que está realizando,
ya que el trasvase de imágenes sufrirá interferencias que pueden
incluso propiciar que alguna de ellas se pierda, lo cual obligaría a
la persona a tener que repetir en otra vida las vivencias
malogradas.(Esto es muy serio ¿verdad?)
LO
IDEAL
SERÍA DEJAR AL DIFUNTO DURANTE TRES
DÍAS EN UN AMBIENTE DE RESPETUOSO
SILENCIO, ya que los llantos y
manifestaciones de dolor de sus familiares también afectan a ese
trasvase y le impiden fijar su atención en la grabación de
imágenes. Si resulta imposible, como mínimo, deberíamos
intentar que pueda pasar veinticuatro horas de paz para conseguir
realizar el ejercicio del trasvase, también llamado trabajo
post-mortem. Así mismo, ayudará a su alma a encontrar la serenidad
que sus familiares recen una plegaria por él.
En
el momento evolutivo en el que nos encontramos, es natural sentir
tristeza por tener que despedir a un ser querido. Actualmente,
existen numerosas culturas que convierten el duelo en una fiesta
organizada por la familia del finado, ya que consideran que
el alma sigue su
trayecto y se encuentra mucho mejor sin el peso que conlleva el
cuerpo físico. (Algo que la que esto suscribe ya vislumbraba de muy jovencita y hacía preguntas que nadie supo contestar).
Cuando
la mayoría de la humanidad comprenda que se trata de un simple
viaje, que la persona va a efectuar un recorrido y que incluso es muy
posible que se vuelvan a encontrar, entonces la
concepción del duelo cambiará.
En ese momento uno se despedirá de sus difuntos como quien se separa
de alguien que se marcha para realizar un viaje de largo recorrido. (No es más que eso).
Conviene
sustituir la palabra “muerte”
por “TRÁNSITO”,
nos resultará más suave y es más adecuada. (No deja de ser un tránsito, Es un tránsito).
El
tránsito es un proceso natural, todo el mundo sabe que tiene que
iniciar su gran viaje tarde o temprano, pero resulta
chocante el apego que
generamos hacia las personas queridas, porque ese enganche es el que
nos produce más dolor a la hora de soltarnos. Creamos dependencias
los unos de los otros y eso mengua nuestra libertad de acción.
Fijémonos en los héroes de las películas, Superman por ejemplo,
realizó su función con gran eficacia hasta que se sintió apegado a
una mortal. (Es para reflexionar)
Apego
y amor.
Tenemos
un concepto del amor muy particular. De entrada, utilizamos en exceso
los pronombres posesivos: mi mujer, mi
marido, mi hijo... El amor es un
concepto mucho más universal, EL AMOR
ES INCAPAZ DE ATAR A NADIE, EL AMOR ES PURA LIBERTAD.
(¡Este es de los míos!) Si amas a una persona, debes ser feliz
si ella es feliz y viceversa. Debe unirnos el ánimo de compartir, de
vivir experiencias comunes, de conseguir la dicha ajena.
Eso
suena bonito pero irreal, y lo seguirá siendo mientras DECIDAMOS (siempre repito: Yo Decido) que así sea, pero si un ser humano, de forma individual, se propone
y puntualicemos, se propone, alcanzar un estado de desapego,
de amor desinteresado, estará plantando una semilla que acabará por
fructificar. Cuanto mayor sea el desapego,
menos doloroso resultará el tránsito. (Es muy fácil. Siempre digo lo mismo: ¡Es muy fácil! Y también digo: Yo decido)
Ciudadano
del nuevo mundo
Una
vez roto el cordón plateado, la persona ya forma parte de un nuevo
mundo. El mundo de Deseos o Astral es
idéntico a la tierra en su forma, constituido por un componente más
sutil, invisible al ojo físico. Esta materia interpenetra el globo
físico y sobresale unos cuantos kilómetros al exterior, de modo que
es mayor. Los mundos Físico y de Deseos están unidos en el espacio.
Puedes desplazarte de un lugar al otro sin moverte de sitio, de igual
manera que los sólidos, líquidos y gases se encuentran juntos en
nuestro cuerpo físico, inter penetrándose unos a otros.
La
nueva vida en ese mundo depende mucho del nivel
de conciencia de la persona que
acaba de realizar el tránsito (morir).
El recién fallecido es esperado del mismo modo que el bebé cuando
nace, pero en ocasiones le cuesta ver a los familiares que acuden a
recibirlo (abrir los ojos).
El
mundo de Deseos es un mundo de luz y cuando alguien acaba de
desprenderse del envoltorio físico, vuelve a su estado
natural, que es ser luz. Es como si nos hubieran
puesto
una escafandra de submarinista o una armadura, en la que solo penetra
la luz por una
rendija, en el momento que nos la quitamos, da la impresión que la
luz exterior es
impresionante.
La chispa divina contenida en cada ser humano es pura luz.
Algunas
personas empiezan a conectar con sus parientes fallecidos antes del
tránsito (ven gente en su habitación), aunque muchos son los que se
lo callan por temor a que los tomen por gente rara o crean que están
locos. Cuando esto sucede, significa que la persona ya está
preparando las maletas, está a punto para marcharse.
Si
el que acaba de fallecer estaba muy apegado a la tierra, a su dinero,
sus pasiones, sus enseres, tardará en abrir
los ojos a su nuevo estado. Cerrará sus sentidos a la
percepción del mundo que tiene delante y se
aferrará con sus sentimientos a la
tierra que acaba de dejar. Lo mismo que algunos bebés que,
imaginándose todavía en el útero materno, tardan varios días en
abrir los ojos a su nuevo mundo. Igual que en la vuelta de
vacaciones, algunos suelen tardar varios días en adaptarse de nuevo
al trabajo. (¡Buenos símiles!)
Ocurre
incluso que la persona se niegue a
aceptar la pérdida de su cuerpo
físico y los que poseen visión espiritual pueden ver al
«fantasma» de ese individuo
montando guardia ante su caja fuerte y desesperándose al ver como
sus herederos lo pasan en grande derrochando lo que él con tanto
apego guardaba. Del mismo modo, pueden ver a los que fueron
aficionados al alcohol introducirse en barriles de vino, con la
esperanza de impregnarse
de los vapores etílicos. (Puede sonar a chiste, y es totalmente cierto, verídico y comprobado).
Resulta
triste estar apegado a una posesión sin poder disfrutar de ella, de
modo que, a fuerza de frustraciones, esos seres acaban apartándose
de un camino imposible y un día abren los ojos a los trabajos
que les esperan en el nuevo mundo. Entonces descubren a sus
familiares y siguen su senda evolutiva.
Algo
similar sucede con quienes estaban unidos por lazos muy fuertes a
personas que se quedan en la tierra. El llanto de estas últimas, sus
ansias de que vuelvan, su desamparo, su angustia, el auxilio que
solicitan los mantiene emotivamente unidos y les impide
seguir su camino evolutivo. Ese amor posesivo de una persona viva por
una fallecida resulta perjudicial
para los desencarnados (los
que carecen de cuerpo físico). (En algún vídeo explico lo que
descubrí con mi padre, después de 40 años de irse) La forma de
amor correcta de un vivo hacia una persona en tránsito consiste en
desear que se aleje y viva en plenitud su nueva situación.
La
información sobre
estos temas está a nuestro
alcance, pero cada uno de nosotros debe acceder a ella de
forma individual. Existen infinidad de libros que explican este
proceso y todos los demás, sólo tenemos que leerlos. Aunque para
encontrarlos es preciso estar preparado y para
ello es necesario soltar apegos. Alguien muy atado a sus
emociones primarias tiene poco interés por estos temas y prefiere
pensar, porque le resulta más cómodo, que todo empieza y acaba en
esta vida. A la hora de la verdad esa persona
tampoco actúa en consonancia con estas ideas, de lo contrario
trataría de disfrutar más de lo que tiene en lugar de apegarse y
repetir siempre los mismos patrones; más que atesorar dinero y
llenar sus cuentas bancarias, buscaría la manera de gastarlo y
disponer de más tiempo libre. (Algo
que sería muy coherente y sin embargo no lo hacen).
En
el caso que una persona muera joven y carezca de familiares conocidos
que estén en el más allá, se presenta un comité
de acogida formado por ángeles.
Los
que se quedan en el mundo físico, los familiares del difunto, pueden
ayudarle a superar el trance del tránsito a través de sus
oraciones. Al orar movilizan
fuerzas elementales que protegen al recién fallecido, aislándolo de
influencias negativas y proyectándolo hacia la cumbre, hasta dejarlo
en la zona en la que se realizan los trabajos que ahora le incumben.
En las oraciones es preceptivo pedir a los
guías que lo eleven, que le permitan salir de la zona intermedia
para iniciar los trabajos en ese nuevo mundo.
Si
el ruego se formula para que vuelva, para que se acuerde de nosotros
y se quede cerca, se frenará la
evolución de la persona querida, ralentizando su avance natural.
(Repito: OJO AL DATO).
Una
pregunta que surge a menudo: ¿Qué sucede si has sido abandonado por
tus padres o si mantenías relaciones tensas, ¿en esos casos también
vienen a buscarte?
Las
relaciones que se mantienen en la tierra forman parte del ajuar que
se ha elegido para desarrollar las experiencias
que necesitamos, pero cuando se finaliza la andadura, la persona
se desprende de él (por lo menos hasta la próxima aventura). Así
que los familiares vienen a buscarte como si nada hubiera sucedido,
ya que en ese momento tu estado de conciencia (y el suyo) es otro.
Preguntas:
1.-
¿Después de haber realizado una experiencia, te tomas un descanso
para asimilarla?
2.-
¿A qué o a quién te sientes apegado?
3.-
¿Crees en la reencarnación?
4.-
¿Te has aferrado alguna vez a algo que sabías que debías dejar
atrás?
5.-
¿Hay alguien con quien puedas mejorar relaciones? Hazlo.
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