miércoles, 16 de agosto de 2017

Método Kabaleb 4: El Zodíaco.

"""4. Capítulo III - El zodiaco.
     Al iniciar su Creación, cada uno de los dioses creadores de las distintas galaxias delimitó un espacio. En lo que a la Vía Láctea se refiere, ese límite esférico es conocido con el nombre de Zodíaco.
     Siguiendo con el paralelismo entre lo de “arriba” y lo de “abajo”, pensemos que antes de realizar cualquier acto, nosotros al igual que los dioses, deberíamos definir el espacio que ese acto va a ocupar en la vida social, familiar, profesional, sentimental o psíquica. Toda obra necesita un marco de referencia apropiado en el que desarrollarse.
     Imaginemos una empresa que tuviera su sala de reuniones en medio de un descampado, la sensación de vacío de la gente que se reuniera en ella sería tremenda y haría imposible que pudieran trabajar de forma adecuada. Cualquier tipo de actividad que deseemos realizar debe tener establecido un marco de actuación. Lo mismo da que busquemos pareja o que tratemos de vender bolsos. En este último caso, además de tener un local, también se debe delimitar el área de influencia del negocio, porque si fijamos el ámbito de actuación en un perímetro de doscientos cincuenta kilómetros, las acciones publicitarias deberán ser mucho mayores que si es de solo dos kilómetros. (Tiene un razonamiento bien lógico)
     Para encontrar pareja resultará práctico centrar los esfuerzos en un lugar determinado: tu círculo laboral, una discoteca, un local social, una biblioteca.
     Conviene que frecuentemos los lugares donde sea más sencillo encontrar personas con las características que buscamos. Para ello es necesario determinar un espacio.
     Estas tres preguntas te pueden ayudar a crear ese espacio: ¿Qué me propongo? (Objetivo). ¿Por qué lo voy a realizar? (Finalidad). Y ¿Cómo voy a conseguirlo?
(Desarrollo).
     Retomemos el zodíaco. Está formado por doce categorías de seres espirituales, de un tipo determinado de energías, que se conocen con el nombre de: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.
     En cada uno de estos signos residen entidades espirituales que en un periodo anterior de evolución ya habían adquirido poderes creadores y que al comenzar la formación de nuestra galaxia, entregaron su esencia, es decir, la materia prima necesaria para que con ella Dios pudiera realizar su obra. Dicho de una forma más simple, se trata de seres que ya pasaron por la universidad de la vida y ya estaban dispuestos a facilitar su experiencia en un trabajo práctico.
     Volviendo al paralelismo entre arriba y abajo diremos que el ser humano, al igual que la galaxia, está formado con esas energías, conserva una parte de su esencia, de sus características. En la naturaleza ese proceso de compartir se repite constantemente, la tierra entrega sus pastos o los árboles sus frutos para alimentar a distintas especies, entre ellas al ser humano.

Los cuatro Elementos.
     Volvamos al zodiaco. Los signos de Fuego: Aries, Leo y Sagitario, fueron los primeros en proporcionar su esencia, que podría traducirse en: fuerza de arranque, ardor, empuje, espiritualidad, voluntad, impulso creador, entusiasmo. Por ser los primeros, les cubre un halo de inconsciencia y de individualidad.
     Después fueron los signos de Agua quienes lo hicieron: Cáncer, Escorpio y Piscis. Ofrecieron: amor, sentimientos, emociones, deseos, pasiones. Se inició el sentido de posesión, de mi casa, mi familia.
     A continuación brindaron sus dones los signos de Aire: Libra, Acuario y Géminis. Su esencia fue: la colaboración, la razón, la comprensión, la estructuración de la obra, la lógica, el pensamiento, el entendimiento, la comunicación, el discernimiento. Se comprendió la importancia de la colaboración.
     Al Final, fueron los signos de Tierra quienes dieron la puntilla: Capricornio, Tauro y Virgo. Con ellos llegó la materialización, el sentido práctico, la concretización, la cristalización, la capacidad de enraizarse. Es la plasmación de la obra.
     De lo dicho se puede deducir que si la organización de “arriba” está moldeada con todos esos ingredientes, la estructura de “abajo”, es decir, cualquier proyecto que
desarrollemos, también los necesitará. Además, esos componentes tienen un orden determinado, que va marcado por el propio proceso de evolución.
     La voluntad de Aries vendrá en primer lugar; la sabiduría de Leo; el orden de Sagitario; después el ansia de conquista de Cáncer; la pasión egocéntrica de Escorpio; la abnegación de Piscis; a continuación el eterno cuestionamiento de Libra; los descubrimientos e innovaciones de Acuario; la comunicación de Géminis; para finalizar con la puesta en práctica de Capricornio; el goce de Tauro y el desprendimiento y consumación de Virgo. (Como recuerdo a veces, ESTO NO ES DETERMINANTE. Depende del ascendente, de los signos en las Casas, en el momento de nacer... En todo caso es SÓLO UN MAPA, NO UN DESTINO. NO HAY DETERMINISMO).
     Si somos capaces de ordenar correctamente estos materiales cada vez que realicemos un proyecto, lo más probable es que el propósito se cumpla con éxito.
     Para conseguirlo, conviene seguir el orden marcado. Siempre que tengas un propósito, inyéctale su parte de voluntad, de ilusión, de fuerza, de empuje, correspondiente al Fuego. Después necesitará amor, sentimiento, pasión, la fase de Agua. También requerirá colaboración, estructura, lógica, comunicación, la fase de Aire. Finalmente, el análisis, la concretización, la puesta en práctica, la fase de Tierra.

Cada cual con su esencia.
     Además, cada ser humano ha nacido bajo la influencia de una energía que viene determinada por su signo astrológico y que marcará el potencial que le toca desarrollar. Que una persona sea Escorpio, por ejemplo, significa que el Sol, en su trayectoria, pasaba el día en que nació por el signo de Escorpio. El Sol es el astro rey de nuestro universo (arriba) y en el ámbito particular (abajo) también guarda una
importancia primordial, ya que marca el objetivo de vida de una persona.
     Todo tiene su razón de ser. Cada signo encierra una esencia determinada, una cultura, un aprendizaje que el ser humano ha de asimilar. El universo está formado con la materia de los doce signos, lo mismo que el ser humano, pero cada persona debe trabajar una esencia especial, la que ha marcado su nacimiento.
     La esencia principal de Escorpio es el amor propio y por lo tanto, el aprendizaje preferente de alguien nacido bajo ese signo consiste en aprender a quererse como plataforma para ejercitar el amor hacia los demás. Una mala comprensión del tema puede llevarnos a llamarlo egoísmo, pero el amor bien entendido empieza por uno mismo. Aprender a quererse, a aceptarse tal y como se es, representa el primer paso
para que se abran las puertas de la relación con los demás (sobre todo para alguien que ha nacido bajo el signo de Escorpio).

Las constelaciones y los signos.
     En numerosas ocasiones surge la pregunta sobre la relación entre las constelaciones que vemos en el cielo y los signos del zodíaco. El funcionamiento y el sentido del zodiaco, al igual que las mitologías o las religiones, fue revelado al ser humano por inspiración.
     Los científicos se propusieron entonces averiguar cuál era el origen de aquello que los filósofos de la antigüedad llamaban zodíaco, y observando el cielo se dieron cuenta que si unían con una línea imaginaria grupos de estrellas, aparecía un dibujo que, con cierta imaginación, podía resultar ser el de los animales asociados a los signos zodiacales, y así nacieron las constelaciones.
     Astrología y astronomía tienen dos objetivos y dos funciones bien diferenciadas.
     Pero esos grupos de estrellas se encuentran en movimiento, de manera que la constelación de Aries, por ejemplo, se halla en un emplazamiento distinto al que
corresponde al signo de Aries en el zodiaco. Así, es preciso comprender que la astrología trabaja con el simbolismo asociado a los signos y olvidarse de las constelaciones, que son meros elementos del paisaje.
     Para resumir este capítulo, diremos que para realizar un proyecto, es preciso delimitar un zodiaco, un espacio en el cual llevaremos a cabo nuestra obra. Para conseguirlo, deberemos utilizar ingredientes como la voluntad, el poder del deseo o la capacidad de organización. Estos mismos elementos son los que ha utilizado nuestro Dios para elaborar su proyecto.

Preguntas
1.- ¿Cómo se llama el espacio en que se desarrolla nuestra Creación?
2.- ¿Qué debe definirse en cualquier acto de creación?
3.- ¿Cuáles son las categorías que forman el zodíaco?
4.- ¿Cuáles son las características principales de los cuatro Elementos?
5.- ¿Cuál es el mejor signo del zodíaco?""" 

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