La
investigación Oculta ha mostrado también que cuando el cuerpo
emocional empieza a vibrar
a cierta tasa específica, debido a la presencia de determinada
emoción, la violenta agitación
que se produce tiene el efecto de lanzar fuera algún material que no
está en consonancia
con la vibración, y además tomar de la atmósfera emocional
circundante cierta cantidad de material que sí puede vibrar a la
misma tasa. Como resultado de esto, cada vibración causada en el
cuerpo emocional por una emoción, aumenta la proporción de los
componentes que puedan vibrar a esa tasa particular, y disminuye
correspondientemente la proporción de otros componentes que no
pueden vibrar a esa misma tasa. De este modo la propensión a
experimentar cierta emoción crece a medida que dejamos que esa
emoción se exprese repetidamente en nuestro cuerpo emocional. Y en
cambio, cuanto menos ocasión le damos a una clase particular de
emoción para expresarse por medio de nuestro cuerpo, más débil
será la respuesta a esa vibración ante un impacto externo o
interno.
De
esto se deduce que la constitución y la capacidad vibratoria del
cuerpo emocional se modifican
por cada deseo emoción que encuentra expresión por medio de ese
cuerpo. No
existe la más ligera emoción o deseo que no altere en cierta medida
la tendencia del cuerpo
emocional a volver a vibrar de una manera similar. Por tanto, si
constantemente hacemos
que se expresen emociones elevadas y deseos nobles, el cuerpo
emocional se refinará
progresivamente y se capacitará para reproducir vibraciones más
finas; en cambio, los deseos y emociones de tipo bajo lo harán más
y más tosco y dificultarán la expresión de emociones elevadas.
La
recta comprensión de estas leyes, y su aplicación a nuestra vida,
constituyen la base de los métodos para purificar y educar las
emociones. Veamos primero la cuestión específica de purificarlo.
Cuando estudiamos la purificación del cuerpo físico señalamos que
purificar cualquier cuerpo significa esencialmente introducir en ese
cuerpo aquellos constituyentes que armonizan con el Yo Superior y lo
ayudan a expresarse, y eliminar aquellos constituyentes que están en
desarmonía y que por tanto estorban la expresión de ese Yo
Superior. Pues bien; las energías más sutiles, que tienen su origen
en la parte espiritual de nuestra naturaleza, sólo pueden expresarse
en el plano emocional si predominan en este cuerpo aquellos
constituyentes que puede responder a las vibraciones más sutiles.
Cuanto
más refinado esté el cuerpo emocional, más se le facilitará
vibrar en respuesta a los impactos de la conciencia Superior, y menos
responderá a las vibraciones toscas de la vida mundana ordinaria.
Este
refinamiento o purificación del cuerpo emocional se logra, como ya
dijimos, por el ejercicio
de un control estricto sobre nuestras emociones y deseos, que sólo
permita que se expresen aquellas emociones y deseos que estén en
armonía con nuestros ideales espirituales.
Cuanto más desarrollamos el amor, la reverencia, simpatía,
devoción, la compasión
y el deseo de servir a nuestros prójimos y a los grandes Maestros de
Sabiduría, más fino y puro se volverá nuestro cuerpo emocional.
Entonces, el más leve impulso proveniente de nuestro Ser Superior
pondrá todo el cuerpo a vibrar armoniosa y delicadamente,
y los impulsos violentos o pesados de los planos inferiores no lo
afectarán en
lo más mínimo. El solo pensar en el Ishta-Devata
(el objeto de devoción), causará en el corazón
del devoto un afloramiento del amor más profundo y exquisito. Si ha
desarrollado en
alto grado la simpatía, la sola visión del sufrimiento ajeno
atraerá inmediatamente una respuesta de profunda compasión y deseo de aliviar al doliente. Cuando
se alcance esta etapa,
el cuerpo emocional se habrá convertido realmente en un instrumento
idóneo y eficiente del alma, un instrumento vibrante, sensitivo y
refinado, capaz de reflejar fielmente la conciencia Superior.
Con
respecto al desarrollo de las emociones superiores es necesario
recordar que para que se inicie una vibración en el cuerpo emocional
se requiere algún tipo de estímulo. Nuestra naturaleza emocional se
asemeja algo a un arpa en que sólo cuando tocamos cierta cuerda se
produce cierta nota. El secreto para poder despertar una emoción
particular que deseamos, consiste en ser capaces de tocar las
cuerdas correctas de nuestro instrumento emocional. Las emociones de
clase inferior se despiertan fácilmente por estímulos procedentes
del mundo externo, porque el cuerpo emocional está acostumbrado a
responder a tales estímulos; pero para despertar las emociones de
clase superior el estudiante tendrá que penetrar en las regiones
internas de su ser para obtener los estímulos necesarios.
Pensamientos
de índole elevada proveerán a veces tales estímulos; otras veces
la oración sincera ayudará a liberar aquellas energías del alma
que encuentran expresión en emociones bellas. De todos modos, esta
es una tarea difícil, y sólo con paciencia y persistencia podemos
construir una naturaleza emocional bella y refinada. En esta ardua
tarea, el estudiante de la Renovación Propia será muy ayudado por
la práctica regular de la meditación. Esta abre gradualmente el
canal entre el cuerpo emocional y el vehículo Intuicional,
y permite que desciendan aquellas energías cuya influencia sobre el
cuerpo emocional
despiertan las emociones exaltadas y nobles que siempre asociamos con
el
desarrollo
espiritual.
Hemos
de recordar que las emociones más bellas son expresiones de la
conciencia Superior
en los planos inferiores, y representan una etapa en nuestra
evolución. Se vuelven innecesarias y cada vez menos prominentes,
cuando se han desarrollado las contrapartes más altas. Así por
ejemplo, cuando se ha desarrollado suficientemente la devoción
superior (para-bhakti), el devoto se vuelve tranquilo, sereno y
completo, y entonces no muestra las emociones violentas,
contradictorias y constantemente cambiantes del amor apasionado, de
la apatía, de la infelicidad, miseria, etc., que caracterizan las
etapas inferiores de devoción.
Por
lo general, los santos, sabios y Adeptos no muestran externamente las
emociones de compasión,
amor, etc. Esto no quiere decir que se han vuelto indiferentes o
duros. Ellos son directamente conscientes de la Unidad de la vida y
su unidad con esa Vida, y su respuesta a esa Vida o a su expresión
en los planos inferiores tiene lugar, por tanto, en un plano mucho
más alto, muy por encima del plano emocional.
Puede
verse, pues, que el desarrollo de las emociones más finas no es
tanto cuestión de construir
o crear algo, como de dejar que el esplendor interno irrumpa a través
de nuestras mentes. Es en realidad cuestión de purificar la mente,
desenvolver nuestra índole espiritual y abrir el pasaje entre lo
inferior y lo superior de nuestra naturaleza. Por ejemplo, cuando se
ha desarrollado en alto grado la devoción al propio Ishta-devata, y
el cuerpo emocional está inundado de un amor que desciende del plano
Búddhico, (Intuicional), quedan lavadas, como si dijéramos, todas
las impurezas de nuestra naturaleza inferior, y se eliminan
rápidamente las emociones de tipo más tosco. Semejante irrupción
de intenso amor logra más en la purificación de la mente y en la
apertura del canal entre los planos Búddhico y emocional, que largos
meses de meditación corriente y de disciplina mental.
El
secreto de la Renovación de Sí Mismo para el desenvolvimiento de
nuestra naturaleza espiritual,
consiste en purificar la mente, en suprimir la corriente mental que
oscurece nuestra
naturaleza divina, en subordinar el yo inferior al superior, y
finalmente, liquidar el yo
inferior.
El
enlace al libro, por si prefieres leerlo a tu ritmo:
El
enlace al canal por si prefieres escucharlo despacito:
https://www.youtube.com/watch?v=Cv0Fb7_SKUc&feature=youtu.be
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